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Una murciana hace realidad el último deseo de Josín

Una murciana hace realidad el último deseo de Josín

Su esquela y su funeral están preparados, aunque antes de irse todavía tenía algo importante que hacer, encontrar una familia para el amigo que más quiere: Trasgu. Antonia Morales, lorquina aunque residente en Asturias, cuidará a partir de ahora del can

Isaac Asenjo

Viernes, 21 de octubre 2016, 08:41

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«Sólo pido que le den el amor que se merece». Josín Lazcano tiene 49 años, está enfermo; en estado terminal, y cree que le quedan solo unas semanas de vida. Su esquela y su funeral están preparados, aunque antes de irse todavía tenía algo importante que hacer, encontrar una familia para el amigo que más quiere: Trasgu.

Una vez al límite de la enfermedad ha decidido terminar con el tratamiento y dejarse ir. Se ha abandonado a su suerte. No sin antes dejar a su perro en buenas manos, su compañero inseparable en los últimos tres años.

«Los informes son determinantes y no quiero abandonarlo, igual que él nunca me ha abandonado a mí. He pasado malos momentos y él ha estado ahí», cuenta en los micrófonos de la Televisión del Principado de Asturias (TPA).

«Siempre hice lo que me dio la gana, di mucha guerra. No me ajusté a unas normas y por eso pagué también por ello. Tuve dinero y lo perdí. Pero no me arrepiento. Me dediqué a mi pasión, el arte», dice el protagonista de la historia, al que le ha tocado vivir en la calle en muchos momentos de su vida.

Esta historia entre la muerte, el valor de la amistad y las despedidas tiene un cierto parecido con la de Truman, ganadora del Goya a mejor película en la última edición. Un film que emocionó a miles de espectadores, al igual que ha ocurrido con Josín y Trasgu, después de que éste hiciera un llamamiento en la prensa asturiana. El final es como el que cuenta Cesc Gay, con Ricardo Darín y Javier Cámara al frente.

La respuesta fue multitudinaria y Josín eligió entre los muchos pretendientes a Antonia Morales, una murciana residente en Asturias. Viven cerca, a unos 30 kilómetros. Uno en Mieres, la otra en Lugo de Llanera. Se decantó por ella por la buena conexión con el can y solo le puso un par de conciones: Que no le castre, porque es tan «mujeriego» como él, y que no le vista con ninguna prenda, «ni pijadillas de esas», dice a la TPA. «La felicidad que me ha dado día a día es irrecompensable. No tiene precio».

«Josín se puede ir tranquilo porque Trasgu va a estar bien cuidado», afirma Antonia en declaraciones a la Cadena Ser. El animal ya corretea por la casa de la mujer, que vive con su pareja y su hijo. Reconoce que lo más duro fue la despedida. «Fue muy rápido e intenso. Le hicieron una fiesta en un pequeño bar. Es un perro que se hace de querrer. Cuando llegó el momento, no quise mirar atrás». Fue el último paseo que dieron juntos. Ahora Josín espera seguir 'su viaje' tranquilo y por eso prefiere no volver a ver a su fiel compañero, aunque tiene claro que éste nunca lo olvidará.

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