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Omowale y sus seguidores, en una de sus 'maniobras'.
País de panteras

País de panteras

animan a los negros a mudarse a cinco estados del Sur y sacar el máximo partido de las leyes sobre armas

CARLOS BENITO

Miércoles, 20 de julio 2016, 11:22

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El atentado de la semana pasada en Dallas, en el que Micah Xavier Johnson mató a tiros a cinco policías e hirió a otros siete, ha dado una nueva relevancia a los movimientos más radicales de la ciudadanía negra de Estados Unidos. El autor del ataque era fiel seguidor en internet de ese confuso universo de grupos y grupúsculos a menudo enfrentados, con una maraña de ramificaciones que se extienden desde la llamada a la autodefensa afroamericana hasta el odio visceral a los blancos. Seguía, por ejemplo, al Black Riders Liberation Party o a la African American Defense League (que, tras el suceso, llamó a atacar a «todos los que vistan de azul excepto el cartero»), pero solo consta que asistiese a las reuniones de dos de estos colectivos, que en realidad forman un mismo cuerpo de dos cabezas: el People's New Black Panther Party (PNBPP, es decir, algo así como el Partido Popular de los Nuevos Panteras Negras) y el Huey P. Newton Gun Club. «No era un extraño para nosotros», ha admitido el 'coronel' Babu Omowale, fundador de ambos, que valora así la actuación del francotirador: «No podemos aprobarla, no la apoyamos, pero la entendemos. Entendemos cómo las condiciones actuales de América empujaron a ese hombre a responder como lo hizo». Su compañero Yafeuh Balogun ha ido un poco más lejos: «Algún día se le celebrará».

Omowale está aprovechando la desacostumbrada atención de los medios para exponer la ideología de su grupo, condenado habitualmente a difundir su doctrina por vericuetos más marginales. En una entrevista con el programa radiofónico de Aaron Klein, ha llamado a los afroamericanos a establecer un estado propio dentro de EE UU, que abarcaría Alabama, Georgia, Luisiana, Misisipi y Carolina del Sur: «Solo necesitamos emigrar de vuelta a esos estados y hacernos con el control de la economía. Si la gente negra se muda allí, es casi seguro que la gente blanca se marchará. Así que no reviste gran dificultad conseguir nuestro propio país dentro del país», ha argumentado Omowale, que se define como ministro de Defensa del PNBPP. En sus participaciones en las redes sociales, es propenso a referirse a los policías como 'cerdos' y a escribir el nombre del país 'Amerikkka', con las tres kas del Ku Klux Klan.

El PNBPP nació el verano pasado en Dallas como escisión del NBPP, el Partido de los Nuevos Panteras Negras, una controvertida organización que existe desde 1989 y de la que los 'panteras negras' originales, los revolucionarios socialistas de los 60 y los 70, abominan en cuanto se les presenta la ocasión. El Huey P. Newton Gun Club es un poco anterior: surgió en 2014 y también está bautizado en homenaje a uno de los fundadores de aquellos 'panteras negras'. Por mucha rabia que les dé a los viejos combatientes del 'black power', parece evidente que los planteamientos de Babu Omowale son un eco de los que el propio Huey P. Newton defendía hace medio siglo, cuando se empolló las leyes de armas de California, organizó patrullas provistas de escopetas y las puso a fiscalizar a la Policía.

La bandera como trapo

La actividad principal de Omowale es exactamente esa: anima a los negros a sacar el máximo partido de la legislación estadounidense y salir a la calle con sus armas de fuego a la vista, algo permitido en la mayor parte de los estados. «Queremos que todos los hombres y mujeres negros del país se armen legalmente», ha dicho el 'coronel', que siempre encabeza las 'maniobras' de sus organizaciones. Se trata de marchas a las que acuden con ropa militar, portando fusiles de asalto y la enseña panafricana (roja, negra y verde), con la intención de demostrar a la población negra que tiene todo el derecho a proveerse de armas y exhibirlas en la calle. La primera vez que desfilaron de esa guisa fue en agosto de 2014, días después de que un policía matara en Ferguson al joven Michael Brown, y desde entonces su inquietante presencia en actos públicos de Texas se ha vuelto habitual. En abril de este año, se encararon con los ultraderechistas blancos que protestaban ante una mezquita. En mayo, se presentaron sin invitación en los eventos del Día de Martin Luther King: «Solía ondear la puta bandera, / ahora la uso como trapo», coreaban, según informó un periodista de la BBC que -un poco intimidado- les acompañó en aquella ocasión. Y, el jueves pasado, Omowale y varios de sus seguidores, algunos de ellos armados, participaban en la manifestación de Dallas cuando Johnson abrió fuego contra los agentes.

«Unos cuantos camaradas fueron arrestados, básicamente porque estaban vestidos con ropa de estilo militar y uno llevaba chaleco antibalas, pero todo eso es perfectamente legal», protestó el líder en una conversación con el 'Washington Post'. Aunque su actitud de «guerra abierta con la Policía» pueda parecer la manera menos adecuada de encarar el problema, habría que citar un par de argumentos en favor del PNBPP y los demás grupos afines. Los expertos en violencia de EE UU no les atribuyen ningún ataque en los últimos dos años, pese a la conmoción que han causado las muertes de afroamericanos tiroteados por agentes, y destacan que su índice de criminalidad es tremendamente inferior al de los supremacistas blancos. Y ese historial limpio tiene que ver con el segundo factor: según ha publicado 'The Daily Beast', Micah Xavier Johnson fue descartado por los reclutadores de las organizaciones radicales, que lo consideraron 'inestable'.

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