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La Toscana, de saldo

La Toscana, de saldo

Sotheby's vende el legendario castillo de Modanella por 28 millones de euros. Palacios ligados a figuras como Dante o Petrarca también están de oferta. El 'made in Italy' se tambalea: Pirelli es ahora de los chinos

Daniel Vidal

Jueves, 16 de abril 2015, 12:24

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Quiere comprarse un rincón de la Toscana? El castillo di Modanella, a 30 kilómetros de Siena, es su oportunidad. En realidad es un pueblo medieval, con varios edificios en su interior y un gran torreón donde, dicen, se alojó algunas noches Galileo Galilei por cortesía de los Piccolimini, una familia de aristócratas de la que salieron dos papas (Pío II y Pío III), y que residió durante más de 600 años en esta fortaleza del corazón de la campiña italiana. Atravesar sus grandes puertas y entrar al patio, «que es impresionante, significa dar un paso atrás en la historia», describe John Jonk, jefe de ventas en la Toscana de la división inmobilaria de Sotheby's. Jonk ha sido el encargado de colocar el cartel de 'se vende' a la finca. El precio de salida son 28 millones de euros.

Si tenemos en cuenta que el castillo está situado en un terreno donde lucharon güelfos y gibelinos, y que cuenta con 115 habitaciones y 100 baños, 18 hectáreas de viñedos entre bosques, una pista de tenis, cuatro piscinas y dos lagos, los 28 millones son casi una ganga, según defiende el responsable de la casa de subastas: «Tiene una muy buena relación calidad precio, y además es más barato que un bonito apartamento en Eaton Square (en el centro de Londres)». Con la diferencia de que aquí, por la noche, el silencio solo lo rompe «la respiración de los jabalíes».

Jonk no suelta prenda sobre los posibles compradores: «Se han interesado en todo el mundo. También italianos de Italia». Tampoco sobre los vendedores, una familia que adquirió la propiedad hace 30 años y que quiere mantener el anonimato. De hecho, Sotheby's intentaba 'colocar' Modanella con la máxima discreción hasta que un artículo en el diario británico 'The Telegraph' descubrió el 'pastel' hace dos semanas. Ni siquiera los medios italianos se habían enterado, «pero a los ingleses les pirran estas historias», ilustra Nick Squires, corresponsal del periódico en Roma. Sobre todo si se desarrollan en uno de los rincones más hermosos del planeta. Y, encima, con tintes medievales.

Ahora que cualquier hijo de vecino puede acceder a la oferta en internet, han empezado a arreciar las críticas de quienes consideran la venta de esta valiosa porción de la Toscana «un expolio más» del acervo italiano. El problema es que este no es el único castillo de saldo que se puede encontrar en los portales inmobiliarios. Los altísimos costes de mantenimiento de estas propiedades, junto a la reforma fiscal de Mario Monti, que multiplicó hasta por 30 los impuestos sobre inmuebles históricos, ha provocado que otros 70 palacios, construcciones legendarias asociadas a figuras como Dante o Petrarca (toscanos de pura cepa), vayan a venderse al mejor postor. «Esos impuestos aún son bajos para el Reino Unido, pero para algunos propietarios italianos fueron la gota que colmó el vaso. Ahora es un buen momento para comprar», aconseja Jonk. Entre rusos, chinos y árabes anda el juego, aunque algunos británicos también apuestan fuerte. El propio Squires apunta que, dada la fortaleza de la libra respecto al euro, hacerse con uno de estos castillos puede resultar muy jugoso para determinados bolsillos. Y una verdadera catástrofe para el patrimonio cultural italiano, claro.

Pasta y aceite españoles

Algo parecido a lo que ocurre desde hace años con la industria agroalimentaria, textil y automovilística transalpina. Míticos pilares de la economía nacional que, de un tiempo a esta parte, han servido de caladero para el capital extranjero. Empresas europeas, americanas y chinas han hecho su agosto gracias a la crisis en Italia. Coldiretti, la principal asociación empresarial del sector agrícola, calcula que en los últimos 10 años se han vendido 20 de las más importantes compañías alimentarias del país, por valor de más de 2.000 millones de euros. Los ejemplos de esta interminable desamortización no se pueden contar con los dedos de las manos: Carapelli, Sasso y Bertolli, los tres aceites de oliva más vendidos, son españoles. Como la pasta Garofalo. La cerveza Peroni tiene alma surafricana e inglesa, como la nacionalidad de sus principales accionistas. Y el italianísimo queso Galbani ahora tiene dueños franceses, como Gucci, Fendi o Bulgari, auténticas joyas de la corona de la moda nacional.

Italia ha vendido, a trozos o en su totalidad, empresas tan ligadas a su idiosincrasia como Alitalia, Parmalat, Valentino, Edison o Fiat. Y ahora se enfrenta al omnímodo poder de la economía china, que ha entrado en los mercados de Roma, Milán y Turín como un elefante en una cacharrería. Pero con un montón de millones de euros. Los chinos ya se han hecho con parte de Enel, Eni, Telecom, Medioabanca, Generali, Ansaldo... Y la última jugada ha sido soltar más de 7.000 millones de euros para comprar el 26% de Pirelli, quinto fabricante de neumáticos mundial y otro símbolo del país. Uno de los pocos que aún presumían de sus productos 'made in Italy'.

Vino. Las 18 hectáreas dedicadas al cultivo de la vid en la finca permiten producir vinos que han sido premiados en diferentes ocasiones. Sangiovese, Canaiolo, Cabernet Sauvignon, Merlot y uvas Viognier rodean el castillo.

Lagos naturales. Si el próximo propietario se cansa de nadar en alguna de las cuatro piscinas de la propiedad, puede darse un chapuzón en uno de los dos lagos naturales, donde también se puede pescar. Para los cazadores, el castillo está enclavado en un bosque trufado de jabalíes: los únicos que pueden romper el silencio de la noche, según Sotheby's.

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