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El catedrático de Botánica, José María Egea, en uno de los huertos de cultivo sostenible.
«Las pequeñas acciones pueden cambiar el mundo»

«Las pequeñas acciones pueden cambiar el mundo»

José María Egea Doctor en Biología y catedrático de Botánica en la UMU. Participa hoy con una ponencia en el Aula de Cultura de Cajamurcia, dentro del ciclo 'Soberanía alimentaria'

RAQUEL SUÁREZ

Martes, 24 de marzo 2015, 02:04

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«Cada uno de los consumidores, con su decisión de compra, tiene la capacidad de transformar el sistema agroalimentario por uno más sostenible, justo y equitativo» explica José María Egea, doctor en Biología y catedrático de Botánica en la Universidad de Murcia. Egea, que es el promotor de la iniciativa 'Del campo al campus' -creada con el objetivo de interactuar con productores y consumidores murcianos, al margen de las grandes cadenas de distribución- ofrece hoy, a las 19.30, una ponencia en el Aula de Cultura de Cajamurcia, en Murcia, dentro del ciclo 'Soberanía alimentaria', dirigido a promocionar el consumo responsable.

-Las jornadas en las que participan se denominan 'Soberanía alimentaria', ¿nuestras decisiones sobre cómo queremos alimentarnos están más condicionadas de lo que creemos?

-El sistema agroalimentario predominante en la actualidad es un modelo completamente insostenible, controlado, en gran parte, por un puñado de multinacionales. Estos son los que deciden lo que comemos y los grandes beneficiarios económicos del sistema. Por un lado, están las empresas de semillas que son las que deciden lo que vamos a consumir poniendo en el mercado unas semillas u otras. Los agricultores lo único que hacen es elegir las semillas que van a comprar. Solo una empresa, Monsanto, controla más de la cuarta parte del mercado mundial de semillas, según los datos publicados por el Grupo ETC, en 2013. Por otro lado, están las grandes empresas de distribución de alimentos, que son las que deciden, comprando al mejor postor, qué alimentos se van a poner a la venta en el mercado. El consumidor elegirá entre los productos que encuentra en los lineales de las grandes superficies. Los productores y consumidores la única capacidad que tienen es la de elegir. Los que realmente deciden son el resto de eslabones de la cadena agroalimentaria. Elegir y decidir es muy distinto.

-Su conferencia 'Cambia tu compra para cambiar al mundo' hace referencia a la aportación de cada individuo para conseguir un objetivo. Sin embargo, muchas personas son reticentes porque piensan que las actuaciones particulares no sirven. ¿Qué les diría?

-Que están muy equivocados. La frase de Galeano 'Mucha gente pequeña en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas pueden cambiar el mundo', es una realidad. Cada uno de los consumidores, con su decisión de compra, tiene la capacidad de transformar nuestro sistema agroalimentario por uno más sostenible, justo y equitativo, en el que productores y consumidores recuperen su control. Una alternativa la podemos encontrar en las propuestas agroecológicas, que apuestan por un modelo de producción y consumo orientado hacia los circuitos cortos de comercialización y a la utilización de recursos del territorio.

Responsabilidad

-¿Qué implica el consumo responsable?

-El consumo responsable está relacionado con ese poder que, con nuestra decisión de compra, tenemos los consumidores para caminar hacia un mundo más racional, en armonía con nuestros recursos naturales y culturales, sin obviar la perspectiva socioeconómica. En relación al sistema agroalimentario, el consumo responsable implica tener presente la salud humana y ambiental del planeta, así como apostar por la conservación de la biodiversidad agraria amenazada, en la que se incluyen los paisajes agrarios tradicionales, los recursos genéticos locales, y la cultura campesina. Se trata de contribuir al desarrollo socioeconómico del territorio, pagando precios justos a los agricultores para que puedan llevar una calidad de vida digna, y ofertar alimentos sanos y saludables, a precios no abusivos para los consumidores. En definitiva, el consumo responsable constituye una apuesta por la sostenibilidad del sistema agroalimentario, desde una perspectiva agroecológica.

-¿Qué falsas creencias impiden que las personas adopten esta forma de consumo?

-No creo que se trate de falsas creencias. Más bien lo que se ha producido ha sido un secuestro de nuestra memoria biocultural. Desde la Revolución Verde se ha dinamitado de tal forma la trasmisión de conocimientos sobre el uso y gestión racional de los recursos naturales, en favor de un modelo de producción y consumo globalizado, que ya ni nos planteamos la existencia de otras posibles alternativas. El criterio predominante para los productores es que el cultivo sea muy productivo y, para la gran mayoría de consumidores, que el producto sea barato. Hoy, se requiere una reeducación de ambos colectivos para modificar los hábitos adquiridos.

-Uno de los hándicaps es el temor a tener que pagar un precio más alto, especialmente en las actuales circunstancias. ¿Esto es cierto?

-Me imagino que se refiere al sobreprecio que se paga habitualmente por un producto ecológico. Esto suele ser cierto para un modelo de agricultura ecológica que busca conseguir un nicho de mercado y al que ya se han apuntado las mismas multinacionales que controlan el mercado convencional. La propuesta agroecológica pasa por establecer una relación directa entre productores y consumidores, de tal forma que ambos salgan beneficiados. El precio para los productos ecológicos de temporada puede ser incluso inferior a los convencionales.

-Hace unos años promovió 'Del campo al campus' para fomentar el consumo responsable, ¿qué repercusión ha tenido este proyecto?

-'Del campo al campus' es una iniciativa de consumo responsable que se puso en marcha a finales de 2010, con el objetivo de interactuar con productores y consumidores murcianos, al margen de las grandes cadenas de distribución. En un principio, la iniciativa tuvo una buena acogida, pero insostenible en el tiempo debido, entre otros factores, a que se trataba de una venta online, con un solo día de reparto a la semana. Esto nos llevó a promover la tienda Zagaleco, en la plaza Santo Domingo, con la misma filosofía, pero con una apertura diaria. En la actualidad, se ha consolidado como una iniciativa del que se benefician numerosos productores y consumidores murcianos.

Rutas agroturísticas

-Una de las actividades promovidas dentro de 'Del campo al campus' han sido las rutas agroturísticas. ¿Cuál es el propósito de realizar estas rutas y a qué personas va dirigida la actividad?

-Su finalidad es acercar a los ciudadanos del medio urbano al entorno rural y agrario, desde una perspectiva diferente al turismo rural impersonal y deslocalizado que se ha impuesto en la actualidad. Para ello, se han diseñado diversas rutas ecoagroturísticas, bioitinerarios y otras actividades, para dar a conocer el rico patrimonio natural y cultural de la Región de Murcia, así como la diversidad gastronómica de nuestro territorio. El turismo agroecológico, en el que se enmarca estas propuestas, busca la complementariedad de las actividades productivas del territorio, la gestión de las iniciativas por los actores locales y el respeto a los recursos naturales y patrimoniales del territorio.

-¿Considera que a día de hoy se han conseguido los objetivos pretendidos?

-Creo que se ha dado un paso hacia adelante muy importante por ser el primero. Pero, si la meta es transformar nuestras formas de consumo por otras más responsables estamos muy lejos de alcanzar los objetivos. La educación es imprescindible, pero debe ir acompañada de un movimiento ciudadano potente que presione sobre las instituciones públicas para cambiar el modelo agroalimentario actual. La meta debería ser la de pasar de la Revolución Verde y Biotecnológica a la Revolución Agroecológica. Y para ello estamos muy alejados del objetivo. Los movimientos campesinos, por la soberanía alimentaria y ecologistas, entre otros, han apostado por esta línea, lo que nos hace ser optimistas para que se produzca el cambio hacia un sistema agroalimentario sostenible desde una perspectiva ambiental, económica y sociocultural.

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