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Narran a través de Twitter el calvario de un murciano en Mauthausen

EP / LV

Domingo, 25 de enero 2015, 00:20

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Cuatro años resumidos en centenares de 'tuits'. Es el objetivo de la iniciativa que el pasado jueves puso en marcha el periodista Carlos Hernández en Twitter. Su intención: narrar en 140 caracteres las vivencias de su tío Antonio Hernández Marín, un prisionero murciano que pasó cuatro años y medio recluido en el campo de concentración de Mauthausen, en Austria. Y lo hace en «tiempo real», porque los 'tuits', publicados a través de la cuenta '@deportado4443', son escritos en el día y a la hora en que ocurrieron realmente, eso sí, hace más de 70 años.

Precisamente, hoy se cumple el 74 aniversario de la llegada de Hernández a Mauthausen, donde pasó 52 meses hasta ser liberado por las tropas norteamericanas. Posteriormente, recuperó una «amarga libertad» en la que le esperaba, de nuevo, el exilio en Francia hasta su muerte en 1992, según explica a Europa Press su sobrino, Carlos Hernández, quien ha dedicado un año y medio a investigar la vida de su tío y de los más de 9.000 españoles que pasaron por los campos nazis. El trabajo lo ha plasmado en el libro 'Los últimos españoles de Mauthausen', que acaba de publicar Ediciones B y que presentará este martes en Madrid.

No obstante, Hernández ha querido ir más allá de la publicación del libro y ha decidido usar las nuevas tecnologías para dar a conocer la vida de su tío. El objetivo, explica el autor, es que los españoles conozcan uno de los capítulos de su historia «más desconocidos: el internamiento, el sufrimiento y, en muchos casos, la muerte en los campos de concentración nazis de más de 9.000 compatriotas». La narración, que comenzó a las 0.00 horas del jueves, se prolongará durante más de tres meses, en los que se resumirá la vida de Hernández y la del resto de deportados españoles.

Antonio Hernández nació en Molina de Segura en 1907 y fue jornalero y ferroviario. En 1936, cuando se produjo la sublevación franquista, decidió alistarse en el cuerpo de Carabineros para defender la República. La derrota le empujó al exilio y, más tarde, a enrolarse en el Ejército francés para afrontar una nueva guerra, según recuerda su sobrino. Luego fue capturado por los alemanes y enviado en 1941 a Mauthausen. Hernández trabajó en la construcción del propio campo y en su cantera, hasta que a finales de 1944 fue trasladado a Gusen, donde murieron la mayor parte de los españoles. Sin embargo, Hernández consiguió mantenerse con vida.

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