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El partido de los extremos

El partido de los extremos

Los chicos del Eibar siguen jugando con los críos cuando se los cruzan por la calle. Pero algo ha cambiado. Ya no mandan las botas al zapatero. «Las marcas se las regalan cada dos meses»

JAVIER ORTIZ DE LAZCANO

Jueves, 27 de noviembre 2014, 11:09

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«Es un partido con un morbo especial», admite en su despacho de Ipurua Álex Aranzabal, el presidente que ha llevado al Eibar a Primera. El sábado se vivirá una batalla de David contra Goliat con un balón por medio. A un lado, el más rico del mundo, el Real Madrid, un club con estrellas célebres en todo el planeta. Al otro, el más modesto de las grandes ligas de Europa, un modelo de gestión, la noticia más inesperada que ha dado el fútbol español en los últimos tiempos, jugadores cuyos logros apenas trascendían del pequeño valle guipuzcoano en el que está su ciudad.

El escenario añade impacto al partido. Construido sobre una antigua escombrera, Ipurua tiene un aforo de 5.250 personas y uno de sus graderíos provisionales es de mecanotubo. Los aficionados llegan hasta él por escaleras mecánicas o callejuelas en cuesta. Las imágenes de televisión transmitirán al mundo un campo rodeado de montañas, con dos torres enfrente. «Esa escenografía va a causar impacto en San Francisco o en Pekín», confía Aranzabal.

A nadie se le escapa que uno de los asuntos que más inquieta a Gaizka Garitano, el entrenador local, es cómo frenar a Cristiano Ronaldo. Nunca las jerarquías estarán tan marcadas. El duelo más imprevisto está lleno de contrastes. No hay más que fijarse en los sueldos. CR7 es el segundo mejor pagado del mundo, solo superado por Messi. Gana 39,5 millones de euros al año, 107.337 euros al día.

Garitano colocará a dos jugadores sobre Ronaldo, los vizcaínos Eneko Bóveda y Ander Capa, uno como lateral y el otro como interior. Este año han alcanzado la mejor ficha de su carrera: el salario mínimo de Primera, 129.000 euros, gracias a ser pacientes y escalar divisiones con un club al que el primero llegó en Segunda B y el segundo a su filial de Tercera. CR7 se lleva en tres días 322.000 euros. Los que le intentarán frenar suman al año entre los dos 258.000. Y no se quejan. Capa cobraba 6.000 euros por todo el curso en 2011-12 en el filial. «Tenemos lo que tenemos y estamos contentos con ello. No puedes compararte con jugadorazos como ellos», dice.

No hay niño en Madrid que sueñe con cruzarse con Cristiano en un parque y ponerse a dar unas patadas al balón con él. Las estrellas blancas solo pisan la calle si hay un compromiso publicitario con el que hacer 'caja'. El sábado dos decenas de chicos perseguían una pelota por la tarde en una céntrica calle eibarresa. De repente, apareció Dani Nieto (Palma Nova, Mallorca). Tocó unos pocos balones y se fotografió con todos.

Salió a tomar el aire porque estaba aburrido en el piso de alquiler que le ha puesto el club y por el que la entidad abona en torno a 700 euros al mes. En las antípodas de los 5 millones de euros que pagó CR7 por su mansión de 950 metros cuadrados en una de las urbanizaciones más exclusivas de España, La Finca, en Pozuelo de Alarcón. Un oasis de lujo blindado con calles privadas y servicio de basuras propio.

Lanzarote, un barcelonés del Espanyol que estuvo en el Eibar en 2010-11, recuerda inolvidable su estancia en el equipo azulgrana. «Todos los futbolistas deberían pasar por allí. En el pueblo da lo mismo que seas jugador del primer equipo, carnicero o panadero». Jon Errasti, el mediocentro que hará frente al internacional Isco, es el único eibarrés del equipo: «La vida de un jugador de fútbol aquí es normal. Sales a la calle tranquilamente. La gente te respeta y no te atosiga. Las cosas han cambiado más para nosotros a nivel de repercusión deportiva que en nuestro día a día».

Acostumbrados a cruzar España de punta a punta en autobús, poco a poco comienzan a catar los lujos de la categoría. Ángel Zapico es un asturiano de Sama de Langreo que llegó a Eibar de joven para trabajar en la industria armera. Lo ha sido todo en el club, entrenador del juvenil, segundo entrenador, delegado y directivo. Ahora es el utillero. Señala a unas cajas vacías en el vestuario. «Hace unos años, cuando estábamos en Segunda B, los jugadores me pedían que les mandara sus botas estropeadas al zapatero. Ahora, las casas de prendas deportivas les mandan los últimos modelos gratis cada dos meses».

«Somos hormigas»

El éxito del Eibar sirve como mensaje al mundo del fútbol. «Aquí empezamos por saber cuánto dinero tenemos antes de comenzar a hacer el presupuesto. Nunca gastamos más de lo que tenemos. Los demás lo hacen al revés», indica Aranzabal. En estos tiempos de ajustes, ha aumentado plantilla. Ha pasado de tener una persona a tiempo total y otra a media jornada fuera del área deportiva a contar con nueve en la administración. De nuevo, en las antípodas del Madrid, con 411 empleados no deportivos.

Tras recibir a los blancos, el Eibar volverá a vivir un acontecimiento señalado. Una semana después visitará al Celta y se desplazará a Vigo en un vuelo charter contratado por el club, algo que nunca ha hecho. Al regreso, los jugadores serán trasladados en autobús desde el aeropuerto de Vitoria al campo de Ipurua en donde dormirán en tres habitaciones en las que tiene repartidas veinte literas a la espera del entrenamiento del día siguiente. Cuando se remodeló el campo en 2005, con el equipo en Segunda A, el club decidió aprovechar un hueco para ganarse un sitio donde los jugadores pudieran descansar tras los viajes y los días de doble sesión. «Nos hemos ahorrado un dineral en gastos de hotel», se felicitan.

La entidad vive en plena cruzada contra el despilfarro. Horas antes de iniciar el viaje hacia Bilbao, en donde protagonizaron la proeza de empatar a cero ante el Athletic a finales de septiembre, Garitano convocó a sus jugadores. Nada de ir a un hotel. La cita era en el 'txoko' del club, donde la plantilla merendó antes de montar en el autobús.

El Eibar no olvida que le ha hecho grande su economía doméstica. Es la célebre hucha del club. De cada año en Primera o Segunda se retira una cantidad para cuando vengan mal dadas. Aranzabal ya sabe lo que es tirar de fondos de reserva. «Somos hormigas en un mundo de cigarras», resume. El Madrid no tiene que mirar al futuro. En su condición de club con más ingresos del mundo se puede permitir descomunales inversiones. Un año paga 96 millones por Cristiano, al siguiente una cifra muy parecida por Bale y éste 80 por James Rodríguez. El Eibar ha cerrado este verano el primer traspaso de su historia, 85.000 euros por Dani Nieto, una operación muy meditada y en la que se embarcó por entender que era una apuesta de futuro.

Dos semanas atrás, CR7 y Xabi Irureta, el portero al que intentará batir, coincidieron en el acto de entrega de los premios Pichichi y Zamora en Madrid. El madridista se llevó el primer galardón y el azulgrana el otro en Segunda A. Profesional, Cristiano quiso saber lo que le espera en Ipurua. «Parece un campo muy pequeño», deslizó. Aranzabal estaba en el corro. «Le dijimos que las medidas del césped no son tan pequeñas, que el del Rayo es incluso menor». Será un partido con todas las consecuencias. El presidente azulgrana avisa que no se limitarán a escenificar la lucha de David contra Goliat.

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