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Nuestro Padre Jesús de la Humillación, talla anónima del siglo XVII, portado por 26 estantes al cruzar el Puente Viejo.
Y llegó María Magdalena

Y llegó María Magdalena

El segundo cortejo de la Archicofradía de la Sangre procesiona desde El Carmen sus tres pasos en absoluto recogimiento

Antonio Botías

Jueves, 24 de marzo 2016, 20:21

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Es el contrapunto a la explosión 'colorá' que el pasado Miércoles Santo se desbordó, Puente Viejo abajo y hacia Murcia, desde la parroquia de El Carmen. Porque si aquel desfile de la Archicofradía de la Sangre, que es Real, Muy Ilustre, Venerable y Antiquísima, era casi festivo y multitudinario, el que este jueves volvió a cruzar el río devino en luto riguroso y recogimiento absoluto. Túnicas negras en la tarde del Jueves Santo, aunque adornadas con tímidos ribetes rojos que recordaron su procedencia 'colorá'.

Si el miércoles recorrieron la ciudad algunos de sus pasos más populares, anoche lo hizo uno de los más originales y, hasta ahora, desconocidos en la propuesta cofradiera murciana. Se trata del llamado 'Cristo del Amor en la Conversión del Buen ladrón', grupo escultórico obra de José Hernández Navarro, el querido escultor murciano, quien representa en madera a Cristo entre los dos célebres ladrones. Este año, además, se estrenó una nueva talla que el mismo autor de Los Ramos suma al trono: María Magdalena.

La procesión partió desde El Carmen pronto, a las seis y media de la tarde, y se adentró en la ciudad mientras en muchas parroquias se celebraban los tradicionales oficios de Jueves Santo. Muchos murcianos disfrutaron de un desfile donde destacó la imponente talla del Cristo de la Humillación, una imagen del siglo XVII a la que acompaña otra mucho más reciente, obra de Antonio Campillo: Nuestra Señora de la Soledad del Calvario.

La antigua del Retorno

Varios centenares de cofrades también hacen voto de silencio durante las horas que dura su estación de penitencia por algunas calles donde solo la luz de las velas ilumina el paso de la comitiva. Y tampoco entregarán ni un caramelo. Ni visten los estantes la túnica corta, sino otra larga, calzados con sandalias.

Cuando se fundó la procesión en el año 1980 se conocía como la del Retorno y hasta hace unos años desfilaba durante la noche, adentrándose en la madrugada del Viernes Santo. Pero al fin, después de algunos cambios, este magnífico desfile que propone la Archicofradía, encontró su lugar ideal.

Así lo rubrican los miles de murcianos que acompañan el cortejo cada Jueves Santo, un desfile que en los últimos años ha disfrutado del aplauso de la Murcia nazarena y que también ha logrado no restar protagonismo a la procesión del Silencio que parte de San Lorenzo. Una y otra ya forman parte de la agenda cofrade en el ecuador de la Semana Santa.

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