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Un jinete del Paso Azul levanta a su caballo de manos, mientras otros ensayan distintos movimientos para los desfiles bíblico pasionales de esta noche.
Antesala de la gran contienda

Antesala de la gran contienda

Blancos y azules se enfrentan esta noche en bordados, cabalgaduras, carros, carrozas y tronos. La Procesión del Perdón, que preside el Paso Morado, está considerada como el ensayo general del Viernes Santo

I. R. / P. W. R.

Jueves, 13 de abril 2017, 01:29

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La carrera principal recreará esta noche un anfiteatro de la época del Imperio Romano. En la arena se enfrentarán blancos y azules, que competirán en bordados, cabalgaduras, carros, carrozas y tronos. La Procesión del Perdón, de Jueves Santo, es la antesala de la gran contienda que tendrá lugar mañana, Viernes Santo. Es, por tanto, el ensayo general de lo que está por llegar.

Esta percepción no es bien acogida por algunos que se muestran contrarios a plantear el desfile bíblico pasional de Jueves Santo como una prueba o entrenamiento. Y, en cierto modo, cada vez llevan más razón, porque con el paso de los años la procesión ha ido cobrando autonomía propia planteándose como un espectáculo distinto. Para entender la Semana Santa lorquina -dicen- hay que visualizar todo el conjunto. Lo que ocurre Jueves y Viernes Santo, ya que, faltando a una de las citas, este puzzle tan complicado quedaría incompleto.

La rivalidad entre blancos y azules, a las puertas del delirio, chocará frontalmente con el cortejo repleto de barroquismo de la Cofradía del Santísimo Cristo del Perdón, Paso Morado, que pondrá en escena los tronos de la Mesa de los Apóstoles, el Cristo de la Misericordia, El Calvario, la Piedad y el Cristo del Perdón. Cerrará el desfile bien entrada la noche. Pero antes, se podrá contemplar, dentro del cortejo azul, el trono del Misterio de la Coronación de Espinas de Nuestro Señor Jesucristo, una auténtica filigrana en madera de caoba que realizó el artista Manuel Guzmán Bejarano.

El Paso Blanco procesionará al Cristo del Rescate, de Sánchez Lozano, portado por 88 costaleros; y el trono de la Oración en el Huerto, del imaginero José Hernández Navarro, que reproduce el estandarte bordado por Emilio Felices. La procesión, tercera que transcurre por la carrera principal, estará repleta de grupos bíblico-históricos, tanto a pie como a caballo y carros, que escenificarán la dominación que en Tierra Santa ejercieron sobre Israel los grandes imperios de la antigüedad, Roma, Egipto, Persia...

Se iniciará en la iglesia de Nuestra Señora la Virgen del Carmen y recorrerá la calle Nogalte, incorporándose a Lope Gisbert y a Floridablanca para entrar en la carrera principal hasta el Óvalo de Santa Paula. La secundaria transitará por Lope Gisbert, donde cada vez se sitúa mayor número de personas ante la imposibilidad de hacerse con una silla de las tribunas de la principal. Ayer, las cuadras de las cofradías 'grandes', blancos y azules, eran un no parar de jinetes y caballos que ultimaban todos los detalles de cara a la procesión de hoy. Los del Paso Blanco, en la nave de La Velica, mientras que los azules en la carpa del recinto ferial del Huerto de la Rueda.

Junto a los jinetes y los integrantes de la Comisión de Caballos de ambas cofradías, decenas de lorquinos y visitantes que acuden para contemplar los cientos de ejemplares que estos días se dan cita en la ciudad llegados desde las mejores cuadras del país.

Antes, este mediodía, los encarnados harán su tradicional convocatoria en el Ayuntamiento, a la que asistirán las banderas de todas las cofradías. Por la noche, en el Barrio será la Procesión del Silencio con la Soledad, el Cristo de la Sangre y Nuestro Padre Jesús de la Penitencia.

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