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A. S. / P. W. R.
Miércoles, 1 de abril 2015, 02:09
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«Nos da la vida. Tenerlo aquí unas 'horicas' todos los años es para nosotros lo más grande». Los mayores de la Residencia de San Diego se mostraban ayer tarde encantados con la presencia del Santísimo Cristo de la Sangre en el centro. Pocos pudieron dormir la siesta, porque la imagen titular de la Archicofradía del Santísimo Cristo de la Sangre, Paso Encarnado, llegaba al centro minutos después de las tres de la tarde.
Desde el mediodía todos los residentes estaban expectantes y cada dos por tres preguntaban a sus cuidadores cuándo iba a llegar la imagen. «A media mañana trajeron el trono y como lo veían en el jardín, no paraban de preguntarnos cuándo iban a traerlo. Están encantados con esta tradición, pero desde el terremoto mucho más, ya que como la iglesia está clausurada por las obras, la misa se celebra aquí», contaban desde la Residencia San Diego.
A los setenta mayores del centro se sumaron amigos y familiares que no se quisieron perder la oportunidad de estar a solo unos centímetros del Cristo de la Sangre. Se celebró una misa y horas después iniciaba su periplo hacia el 'encuentro'.
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