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Ni pañuelo blanco al cuello ni pendientes «llamativos»

Los responsables de la cofradía llevan al detalle el rigor penitencial en cuanto al vestuario

LA VERDAD

Martes, 31 de marzo 2015, 02:00

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«He visto un pañuelo. ¡No hay pañuelo en los marrajos!». Con ojo de halcón, en el callejón de Bretau, la entrada de la hermandad morada a la iglesia de Santa María de Gracia, el directivo Alfonso Pagán revisaba la indumentaria de las decenas de nazarenos que se disponían a iniciar su desfile del Lunes Santo. Unos pendientes «llamativos», un cíngulo demasiado bajo, estar «preparados» pero no entrar al templo hasta recibir la orden por megafonía... Ningún detalle pasa por alto a los responsables de una cofradía que lleva a gala el rigor penitencial en el vestuario, en el paso con que desfila y en las formas. Otra cosa es contener hasta el extremo a la chiquillería nazarena, a la que se permite disfrutar con el reparto de caramelos.

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