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Etiqueta del vino 'Monastrellissimo'.
El vino murciano 'antipostureo' conquista España

El vino murciano 'antipostureo' conquista España

Una etiqueta irónica con los expertos fingidos hace viral el 'Monastrellissimo' de la vinoteca Vinissimo de San Javier

alexia salas

Martes, 4 de octubre 2016, 19:38

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Si le ha tocado en suerte un cuñado presuntamente entendido en vinos, que le arruina cada cena, o peor aún, un jefe pseudoenólogo, descúbrales el 'Monastrellissimo' e invíteles a leer la etiqueta. Este vino con Denominación de Origen Jumilla, producido por Bodegas Bleda y embotellado por encargo de la vinoteca Vinissimo, de San Javier, se ha convertido en viral en las redes sociales y despertado la atención de los medios nacionales a raíz de que un comprador anónimo fotografió el texto adherido a la botella y lo envió a su grupo de 'Whatsapp'. De ahí a los incesantes pedidos de botellas desde toda España que esta semana ha recibido el teléfono de su promotor, el empresario murciano Jesús Moreno Bueno, hay solo unas horas de diferencia. Internet se ha cogido el 'puntillo' con el caldo de su uva Monastrell y quiere más copas.

El trampolín de la fama repentina de este tinto murciano se halla en la etiqueta, que hay que consumir de un sorbo hasta la última palabra, empezando por la parte descriptiva y ortodoxa hasta la descaradamente irreverente: "Tinto de fuerte color, rojo púrpura intenso con ribetes violáceos, muy expresivo y afrutado en nariz con taninos vivos en boca y con gran estructura. Como si te digo que...unos leperos vampiro de buena familia lo recolectan solo en noches de apareamiento del cernícalo real mientras escuchan a Chiquetete (los leperos). Acto seguido se fermenta en barricas de tungsteno construidas por glamurosos enanos carlistas con crestas de colores. Te lo vas a creer igual".

¿Ya se imagina a su jefe o cuñado enmudecido y frenando en seco ese balanceo sabiondo de la copa?. El fundador y director comercial de Vinissimo asegura que "queríamos hacer algo diferente, un vino joven con algo de barrica que entrara bien, que no perdiera la frescura y por eso elegimos el racimo para la contraetiqueta, pero cuando nos dieron las características técnicas el diseñador, Diego Galián, resopló". "Esa nota de humor ayuda a romper el postureo del vino", comenta Jesús Moreno, quien se confiesa el primer sorprendido por el impacto nacional de la botella. "Debe ser que después del verano y con este panorama político hay ganas de un poco de humor", reflexiona tras contestar a una petición de entrevista con Julia Otero.

Su intención con el vino Monastrellissimo parte en cambio de una convicción bien seria. "En todos mis proyectos empresariales he defendido la sostenibilidad y los productos regionales y de kilómetro cero", explica el empresario. Cuando encargó su primer vino al bodeguero Antonio Jesús Bleda tenía claro que "quería hacer algo de nuestra tierra, como es la Monastrell". Le fastidia "el marquismo, la riojitis y la fiebre de las tres erres -Rioja, Rueda, Ribera del Duero- que se suele padecer con el vino", pero más aún cuando comprueba que "aún hay prejuicios con los vinos murcianos", y quien prefiere el postureo de las marcas más conocidas por miedo a ser visto como un analfabeto vinícola, como el que finge haber leído el 'Ulysses' de Joyce o mueve los labios como si supiera cantar en inglés.

La popularidad del vino creado por Jesús Moreno y su compañera, Eva María Martínez, ha reforzado la campaña de mecenazgo que dedicaron con Monastrellissimo en apoyo al deportista local paralímpico Lorenzo Albaladejo para sufragar sus gastos de entrenamiento. De la misma etiqueta, Vinissimo descorchó más de 200 botellas en el reciente Gastrotour organizado en San Javier por La Verdad. Con idéntica filosofía de romper reglas y tópicos del vino, el empresario organiza las cenas de maridaje cada jueves -hay lista de espera- en el que no hay que casar tinto con carne y blanco con pescado a la fuerza. "Servimos postres de chocolate con vino tinto y a la gente le encanta", cuenta Jesús Moreno, quien ve en estos encuentros el sentido del vino. "El vino es la civilización, disfrutar de algo elaborado con sabiduría y relacionarte con gente. En las primera y segunda copas hay mucho silencio, y a partir de la tercera suben los decibelios de la charla", explica el empresario, que prepara ya sus próximos retoños embotellados, un blanco y un tinto que tendrán que luchar por estar a la altura de la fama del primogénito.

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