Secciones
Servicios
Destacamos
ALEXIA SALAS
Jueves, 11 de diciembre 2014, 01:34
Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.
Compartir
Ya no son tan novatos. Los 83 alumnos de nuevo ingreso en la Academia General del Aire, que se incorporaron a la formación militar el pasado septiembre, fueron ayer una sola voz al entonar la 'Salve aviadora', ese rezo cantado que los uniformados de azul del Ejército español le dedican a su patrona, la Virgen de Loreto.
Ayer, en el día de su festividad, la base costera volvió a convertir la Plaza de Armas en el lugar de homenaje a la bandera. Para los nuevos alumnos equivale al acto de confirmación de su compromiso con la vida militar. Los que besaron la enseña ayer, bajo el sol invernal del Mar Menor, ya no piensan en otra vida que no sea culminar los cuatro años de formación en la AGA, más otro de especialización en distintos destinos. Algunos de ellos empezarán a volar -ese objetivo que vale años de estudio y sacrificio- dentro de dos años, en el tercer curso. Otros cumplirán con su promesa de servicio a la Patria desde otros puestos técnicos, como profesionales especialistas del Ejército del Aire, que este año celebra el 75 aniversario de su creación.
«La ruta elegida es exigente y llena de sacrificios», les dijo el coronel director, Pablo Sánchez de Lara, que estrena con ellos su primer año en la base de La Ribera como máximo responsable, aunque ya estuvo en su día como alumno y posteriormente como capitán profesor.
Uno a uno besaron la Bandera los 83 alumnos, entre ellos diez mujeres, de los distintos cuerpos de la Defensa. La misma enseña que regaló a la academia murciana la Reina Sofía, con su filigrana bordada en perlas para realzar el escudo, sostenida con mano firme por el abanderado, David González Fernández, número uno de su promoción en el tercer curso, como manda la tradición.
Trabajo, ilusión y honradez
El coronel Sánchez de Lara les recordó que «para ser buen militar hay que comprender que los méritos individuales valen poco, más bien nada, y que el éxito de tu compañero es el nuestro». No dudó el director en destacar, por encima de todas las virtudes de la vida militar, la honradez, como 'bandera' deseable. Lo hizo con palabras de Calderón de la Barca: «En mala o buena fortuna, la milicia no es más que una religión de hombres honrados». La destacó además entre las tres bases que les aconsejó para regir su vida: el trabajo, la ilusión y la honradez. No se dejó de lado «el espíritu aeronáutico, lleva a España en vuestro corazón, el valor, la disciplina y el espíritu de sacrificio», entre otros valores: «En momentos de duda o flaqueza, pensad que la bandera de España os dará fuerzas», aseguró en su discurso el director.
Un desfile aeroterrestre precedió al homenaje a los caídos por la Patria, que como siempre rubricó la Patrulla Águila. Los familiares de los alumnos vivieron con emoción el primer acto en la vida militar de los jóvenes alumnos durante una mañana en la que los padres dispararon sus cámaras en los jardines de la AGA para llevarse ese recuerdo imborrable.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.