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Nemesio Mariño, en la sede de la escuela de piragüismo Mar Menor, frente a la playa de La Ribera.
«Con el tiempo se olvidará la denuncia, pero yo recordaré siempre aquella noche»
SAN JAVIER

«Con el tiempo se olvidará la denuncia, pero yo recordaré siempre aquella noche»

ALEXIA SALAS

Miércoles, 10 de septiembre 2014, 01:57

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«¿Cómo se recompone la reputación después de ser investigado durante dos años y medio por presuntos abusos a menores?», es lo que se pregunta Nemesio Mariño, el entrenador de piragüismo que fue denunciado en marzo de 2012 por dos adolescentes, tal como informó este periódico en su día. «Creo que recomponerla del todo es imposible», asume poco después de conocer que el Juzgado de Instrucción número 4 de San Javier ha archivado las denuncias, porque «las diligencias no permiten justificar que se haya perpetrado el delito», afirma el reciente auto judicial.

El juez aclara que las declaraciones de las menores fueron «ambiguas» y sugiere los celos deportivos como posible causa de la denuncia, al asegurar que «cabe sospechar que al escuchar cómo el denunciado animaba a la compañera -en una prueba deportiva- surgiese en ellas un ánimo de resentimiento».

Según la abogada del entrenador, Aurora López, «la investigación ha sido durísima; se ha mirado con lupa su trayectoria y se ha tomado declaración a 15 testigos. Tras esa búsqueda exhaustiva, el juzgado no ha encontrado motivo de juicio», indica la letrada.

Desde aquella noche que pasó detenido, la vida del entrenador de piragüismo cambió radicalmente. «Con el tiempo se olvidará la denuncia, pero yo recordaré siempre esa noche», dice, dispuesto ya a reclamar en los tribunales la respuesta que cree que hay detrás de las denuncias. «Las familias de las niñas actuaron como lo habría hecho cualquiera, pero detrás ha habido alguien que ha manipulado la situación», opina.

Entre las consecuencias positivas, Mariño menciona la respuesta del Club Piragüismo Mar Menor y de los padres del medio centenar de alumnos. «Se les convocó al principio para exponerles la situación y decidieron mantenerme como entrenador. Fue una señal de confianza», afirma.

Dos años de tensión

Atrás quedan dos años de tensión y situaciones difíciles. «Sentía las miradas de la gente cuando iba a llevar a mis hijas al colegio, pero eso ya pasó». La orden de alejamiento le impidió estar junto a sus alumnos en el verano de 2012 cuando ganaron la medalla de oro en el Campeonato de España. «Tuve que verlo a 500 metros», recuerda.

Ya solo le preocupa que «se confirme con esto la buena imagen del club», que cuenta con medio centenar de alumnos. «Ha habido nuevas incorporaciones en este tiempo, lo cual me da mucha confianza, pero además no he perdido la ilusión de trabajar», explica en la sede de la escuela, frente a la playa de La Ribera.

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