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Compras en unos grandes almacenes. / Archivo
informe nielsen

Un estudio revela que ocho de cada diez españoles han cambiado sus hábitos alimenticios y de ocio desde el comienzo de la crisis

PPLL

Sábado, 17 de mayo 2014, 18:34

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Los hogares españoles vigilan lo que gastan. A pesar de los datos optimistas que hablan del fin de la crisis, las familias aún no lo han notado. El año pasado cada hogar gastó de media 2.318 euros al año en productos envasados de gran consumo, un euro menos que en 2012, según han explicado durante la presentación del informe anual Nielsen 360 los directivos de esta compañía dedicada al estudio de los mercados y los consumidores.

Así, las familias españolas siguen manteniendo una actitud de ahorro y el 77% de la población reconoce que ha cambiado sus hábitos de consumo desde el comienzo de la crisis. Así, siete de cada diez personas afirman que su ahorro se basa en la reducción de sus actividades de ocio, como salir de fiesta con sus amigos o ir al cine o a cenar fuera. Además, ha subido la frecuencia de compra de las familias pero gastando lo mismo, lo que supone un aumento en el número de visitas al supermercado (2-3 veces a la semana) pero con un importe medio de solo 15 euros por compra.

Los niveles de confianza están al nivel de 2011. Gustavo Núñez, director general de Nielsen España, ha explicado que el optimismo y la confianza de las familias son los factores básicos que conseguirán sacar a España de la crisis. Según Núñez, la población se divide entre los que no pueden gastar más por sus apretadas condiciones económicas, y los que sí podrían pero no lo hacen contenidos por el ambiente de ahorro que "flota sobre sus conciencias". Sin embargo, ha asegurado que los datos del último trimestre de 2013 y del primero de 2014 hacen prever un aumento generalizado de la confianza y, por tanto, del consumo, aunque "el proceso será largo".

Por otro lado, Alfonso Delgado, director de nuevos mercados de Nielsen España, ha lamentado que más de 6.500 bares y restaurantes tuvieron que echar el cierre el año pasado, debido a una mayor "concienciación del ahorro" de las familias, que "han pasado de un consumo fuera a dentro del hogar". Delgado ha explicado que la alta tasa de desempleo se ha traducido en un cambio de los planes de ocio, tanto de las personas en paro como de los de su entorno. "Por ejemplo, aunque tú sigas teniendo trabajo, si tu hermano o tu amigo lo ha perdido optarás más por invitarle a casa a cenar o a tomar unas copas que en ir a algún sitio fuera", ha señalado.

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