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Vista del proceso de impresión de sellos. / alberto ferreras / virginia carrasco
FILATELIA

La Fábrica de Moneda y Timbre se encarga de su elaboración después de recibir el diseño de Correos

PPLL

Domingo, 20 de abril 2014, 09:35

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Fabricar un sello no es tarea fácil. Desde que se comienza con el diseño hasta su puesta en circulación pueden pasar más de cinco meses. La Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, en pleno centro de Madrid, es la encargada de hacer todos los sellos y monedas que circulan en España desde 1850. Nació en 1893 de la fusión de la Casa de la Moneda y la Fábrica del Sello. A pesar de que desde 1861 compartían edificio en Madrid, habían sido independientes hasta ese momento. La fábrica se encuentra al servicio de Correos desde que en 1850 la entidad llevara a cabo la primera emisión de sellos en España, que a partir de entonces fueron la forma de pago de los servicios postales accesible para toda la población.

A partir de ese momento, el denominador común ha sido la «seguridad en el servicio», como explica el director industrial de la Real Casa de la Moneda, Ángel Nieto. Respecto al diseño, el director señaló que siempre «viene dado por Correos». En el departamento de preimpresión de la fábrica lo que se hace son «pequeños ajustes» para no tener problemas de medidas y «para ver que no va a haber fallos a la hora de imprimir».

Técnicas de impresión

A pesar de que la elaboración de un sello ha cambiado mucho gracias a las mejoras tecnológicas, la fábrica sigue manteniendo sus tradiciones y sus enormes planchas. Desde que en el mes de octubre se aprueba el calendario anual de las emisiones de sellos del año siguiente, pueden pasar más de cinco meses hasta su puesta en circulación. Aunque el diseño se pueda decidir en 20 o 30 días, las estampillas más artesanales pueden tardar cuatro meses en imprimirse en la fábrica. Además, la fecha en la que el sello se pone en circulación la establece el Ministerio de Fomento.

Existen dos técnicas de impresión: el «offset» y el huecograbado. El primero es un sistema de impresión que consiste en aplicar una tinta sobre una plancha metálica que se moja con agua para que repela la tinta en las zonas de no imagen y así grabe el motivo diseñado anteriormente. A pesar de ser un método más barato, es de menor calidad que el «huecograbado». En este segundo caso, la prensa rotativa imprime directamente a partir de un cilindro de cobre que, a medida que gira, va dejando la tinta solo en los «alveolos» del área con imágenes, tal y como explica Nieto. De este modo la tinta es absorbida por la superficie del papel cuando entra en contacto con la placa. Para el «offset», el original se descompone en cuatro colores para poder ser impreso: cian, magenta, amarillo y negro, los colores de cuatricromía. Para cada uno de ellos se utiliza un cilindro de impresión, encargado de transferir al soporte la tinta correspondiente. La suma de cada uno de los colores da como resultado la imagen del original. La técnica del huecograbado se diferencia del «offset» en la reproducción de detalles muy preciosos sobre papeles bastantes finos. Por ello el coste de fabricación es mayor.

«Marca España»

La Fábrica Nacional de Moneda y Timbre presentó una serie filatélica con siete sellos «Marca España». Cada uno de ellos representará una letra de la palabra «España» con diversos aspectos que definen y diferencian el país. El primero, con la «E» de «Empresarial», destaca la actividad que realizan las empresas españolas fuera de sus fronteras. Más tarde se pondrán en circulación la «S» de «Sol», la «P» de «Patrimonio», la «A» de «Arte», la «Ñ» como signo distintivo del idioma español, y la última «A» de «Avance». La tirada ha sido de 300.000 ejemplares y el primero de la serie se puso en circulación el 25 de marzo a un precio de 92 céntimos.

La mayor novedad es la marca de agua en forma de «ñ» en la esquina inferior derecha del sello. Es la primera vez que se lleva a cabo esta técnica. «Aunque no se verá claramente, se apreciará al tacto», asegura Nieto, quien confirma que a partir de ahora Correos pretende utilizar este elemento en todos los sellos españoles para «darles identidad propia» y que se conviertan en la seña distintiva de nuestro país». Algo parecido ya ocurre con los sellos de otros países como los de Reino Unido o Portugal.

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