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Mónica Carrilo, junto a su libro. / V. CARRASCO
ENTREVISTA

La presentadora de informativos Mónica Carrillo se sumerge en el mundo literario con ‘La luz de Candela’, una historia de amor actual y apasionada protagonizada por una fotógrafa y un exuberante modelo

PPLL

Sábado, 19 de abril 2014, 09:23

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Primer libro, primera promoción y primera vez detrás de los focos como escritora. Mónica Carrillo (Elche, 1976) parece una niña con zapatos nuevos, exultante de emoción. La presentadora de los informativos de las 21.00 en Antena 3 lleva toda la mañana atendiendo a la prensa y respondiendo a preguntas como las que ella misma plantea como periodista. La razón es su estreno literario con La luz de Candela, una historia de amor actual y apasionada con la que pretende colarse en los hogares de los lectores de la misma forma que lo hace en millones de hogares cada noche a través del televisor. Es una experiencia muy emocionante, novedosa y muy intensa desde el principio. Hacer entrevistas desde el otro lado y empatizar con el entrevistado, experimentar lo que hay al otro lado, es una sensación peculiar y muy enriquecedora, describe Carrillo.

La periodista sitúa el germen de La luz de Candela en los microcuentos con los que triunfa en la red social Twitter, donde miles de seguidores siguen las incursiones literarias en 140 caracteres de Carrillo, que decidió incluirlas en su primer libro a modo de homenaje. Tenía una vertiente literaria más aletargada que no había salido a la luz. Había escrito algunas cosas, pero nunca con ánimo de ser expuestas al gran público, explica. Twitter fue la vía de escape a esa necesidad creativa de contar cosas y, a partir de ahí, me planteé crear unos personajes, una trama y dar cohesión a esas ideas que me rondaban la cabeza. Todos sus microcuentos hablan de amor y desamor, una tendencia que ahora repite en su libro, una historia que define como llena de emociones.

Para dar vida al relato, Carrillo creó a Candela y Manuela, los personajes sobre los que orbita la historia. Candela es fuego, una pasión inflamable y que no quiere apagarse y se aferra a ese enamoramiento que de repente la atropella con todas sus fuerzas y en toda su intensidad. Manuel es su musa, resume la periodista, que refleja una historia de amor, pasión y desgarro desde el prisma de Candela, una mujer adulta, profesional y responsable que se aferra sin poderlo remediar a una relación tóxica. En ocasiones el corazón está mal de la cabeza y en otras la cabeza está mal del corazón, pero es maravilloso porque creo que las emociones no se pueden controlar, el amor llega sin avisar y es lo más democrático que hay. Da igual tu condición, tu sexo o tu edad. En cualquier momento puede poner patas arriba tu vida, argumenta la recién estrenada autora. Lo que me ha gustado ha sido reflexionar sobre esas emociones que lleva aparejadas ese tipo de relación y los distintos tipos de relaciones que se pueden ir generando, a ratos un poco más obsesivo, a ratos más dependiente. Mi idea ha sido invitar al lector a que reflexione, que cada lector haga suya la historia de Manuel y Candela y pueda hacer su propia lectura.

Alrededor de Candela, Carrillo ha ido tejiendo un universo femenino que funciona como pilar básico para la protagonista, no solo aportándole experiencia y apoyo incondicional, sino otras formas de amor que aparecen de forma tangencial como lo es la amistad, el amor de los padres o un referente masculino que le muestra que otros tipos de amor en pareja son posibles. A la hora de reflejar ese universo femenino, su objetivo fue tratar de plasmar una cuestión que define como solidaridad femenina y rendir homenaje a tantas horas de escucha de las amigas, a la fortaleza y a su función de pilares y de alumbrar el camino cuando la protagonista se encuentra en un momento oscuro, formando parte de ese alumbramiento para que consiga salir.

Rompiendo el tópico que afirma que la primera novela es la más autobiográfica, Carrillo afirma que su intención ha sido dar rienda suelta la labor de ficcionar, alejándose de la necesidad de estar sujeta a la noticia que exige su trabajo diario como periodista. Obviamente mi esencia está en mis letras, mi sensibilidad o mi sentido del humor, pero más allá de eso no he querido mostrar nada más de mí, precisamente porque quería fantasear y crear personajes, escribir de manera libre y sin estar encorsetada, explica. Agradece el privilegio que supone ser un rostro que cada noche se cuela en la casa de las personas aunque admite que, por la misma razón, su trabajo es mirado con lupa, razón por la que trató de sacudirse los miedos el mismo día que decidió escribir la novela. Es un reto que me interesa, salir de la zona de confort de lo que hasta ahora había sido mi trabajo y someterme desde esta otra faceta a la crítica y al análisis. Espero que sea benévolo porque me parece que es valiente y me gusta reconocerme así. En este sentido, admite que la literatura es muy compleja y uno sabe que está adentrándose en un terreno muy difícil que solo unos pocos dominan. Llego con la prudencia y el respeto con el que creo que hay que llegar.

Con el libro ya en la calle, la acogida ha sido cálida, aunque por el momento prefiere disfrutar cada uno de los momentos que le está brindando la nueva experiencia. Después ya me plantearé si hay un segundo parto, pero ahora estoy recién salida del quirófano y quiero disfrutar del bebé.

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