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Ricardo Vicente. / Daniel Surutusa
Ricardo Vicente: «Lo importante es no ser el último de la cola»
MÚSICA

Ricardo Vicente: «Lo importante es no ser el último de la cola»

El músico se encuentra ahora de gira por España presentando el disco y libro '¿Qué haces tan lejos de casa?'

VERÓNICA MELLADO

Jueves, 3 de abril 2014, 19:43

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Tachenko, La Costa Brava, Francisco Nixon y 'El problema de los tres cuerpos' avalan su amplia experiencia musical, pero Ricardo Vicente, autor del libro y el disco '¿Qué haces tan lejos de casa?' asegura que antes surgió la escritura. Su amistad con el desparecido Sergio Algora (El Niño Gusano, Muy Poca Gente), su peregrinaje con Fran (Nixon) y últimamente con The New Raemon, su bagaje en giras conciertos, hoteles, y un mundo de encuentros y desencuentros se dan cita en los textos de su libro y en sus canciones. Ricardo Vicente habla de su debut en solitario.

-De '¿Qué haces tan lejos de casa?' ya se han hecho eco los principales medios del país ¿cómo se vive tanta repercusión?

-Pues con Google Calendar para ir organizando cada cita. Hay que ser organizado pero yo estoy contento porque ha tenido mucha repercusión en líneas generales. Al principio era el trabajo de entrevistas y presentaciones para medios generales y ahora ya, con la gira, para medios locales.

-Vale, la prensa ha respondido, pero ¿qué tal el público en las actuaciones? Porque tiene una gira extensísima.

-Está funcionando bastante bien pero alterno formatos. Primero hice presentaciones en librerías y asuntos más relacionadas con el mundo editorial y ahora estoy llevando a cabo las presentaciones del disco al uso. Estoy un poco agotado pero sorprendido de que haya funcionado tan bien. Más de 30 fechas. De hecho, en las ciudades grandes, como Madrid y Barcelona, vamos a repetir.

-Ahora, por fin, en solitario ¿por qué le ha costado tanto dar el salto?

-Sinceramente no es una cuestión que yo me haya planteado como un objetivo nunca, pero es la propia obra, la entidad de lo que acabo de terminar, que no tenía cabida dentro de una colaboración con nadie. Un disco siempre se puede compartir. Nunca falta gente para presentarlo y colaborar, pero una novela es algo más personal. De hecho Fran, que es con quien más he trabajado, me dijo: "Creo que es una obra muy tuya y tienes que defenderlo tú solo". Por eso, hemos estado trabajando un año, cada uno por su lado, dedicados a nuestros respectivos proyectos.

-¿Quería hacer un disco o un libro? ¿Por qué elige este formato 'dúo'?

-Quería hacer ambas cosas y aportarle peso. Yo sé de contenidos, de notas, de palabras, pero no sé de gramaje, de estética, de diseño o maquetación Así que evidentemente necesitas un equipo para terminar algo que te parezca tan bueno que pienses que merece la pena pagar por ello. Cada vez consumimos más cultura, pero en formato digital, así que queríamos aportar un extra al formato físico. Teníamos muy claro que no queríamos hacer una obra vulgar, de andar por casa, y creo que el resultado es una obra de calidad.

-Agustín Fernández Mallo dice en el prólogo de su disco que el texto tiene entidad literaria por sí misma, más allá de lecturas de posibles fans ¿Quería seguir esa tendencia tan en boga ahora mismo de músicos que también escriben?

-En mi caso ha sido al revés. Fue antes la escritura. A Fernández Mallo le conozco desde hace mucho tiempo. Nos invitó como La Costa Brava a la presentación de su 'Nocilla', pero le llamé y me lo dejó claro: "Le echo un vistazo, si me gusta y creo que es literatura, hago el prólogo. Si no, no". Y la suerte es que sí que identificó una entidad literaria y lo escribió. Respecto a lo que hagan los demás Uno se puede poner en la piel del otro pero siempre con prejuicios, así que intento no hacerlo. Hay gente que puede ser más multidisciplinar y puede darse un batacazo o resultar un éxito, otros, quizá, lleven una trayectoria como yo y se hayan decidido también ya porque tienen algo más que contar No lo sé. Estoy especulando. Lo importante es no ser el último de la cola.

-De su novela: "Uno sale para volver a casa, si no seríamos otro tipo de músicos, de esos que nunca quieren volver. Conozco algunos y no me quiero parecer a ellos". Esto es como un viaje a Ítaca o una novela bizantina o

-O 'El Quijote'. Uno puede volver a casa dentro de una jaula, con otro gesto o muerto, que es lo que ocurre en 'El Quijote': tiene que hacer su testamento para dejar constancia de que ya ha terminado. En todas las buenas historias lo importante es volver. Lo que ocurre es que cuando uno está de gira o está luchando por algo no quiere volver sin haber conseguido parte de lo que se propuso. La imagen del Quijote, volviendo en una jaula por todos los hitos por los que había pasado es algo que me fascinó la primera vez que lo leí y es algo que me ha perseguido el resto de mi vida.

-¿El planteamiento de la novela es autobiográfico o es pura ficción?

-Utilizo experiencias propias. Hay cosas de las que como músico no me atrevo a hablar, pero como novelista tienes que hablar. No le veo ningún problema a "ficcionar" un montón de cosas, aunque el pudor es como un elemento que me guía. Sólo quiero ser honesto y narrar bien el texto. Las analogías, las elipsis forman aquí parte de la técnica, como las escalas, las armonías y los acordes en música.

-Además el texto reproduce algo similar a la escritura automática, en la que hilvana frases que parecen surrealistas, pero el conjunto tiene bastante coherencia

-¡Claro! es por mi formación filosófica. Tengo tendencia a no dejar cabos sueltos, porque incurriría en una contradicción y eso no puede ser (risas). Intento que sea narrativa al uso aunque se me escape algo de mi doble vida como profesor de filosofía y escritor y músico En el fondo, las palabras son como el tamiz de mis obsesiones que se van filtrando.

-Y aquello que citas en tu novela relacionado con los odios hacia ciertos lugares concretos como hoteles o bares ¿es cierto?

-Los hoteles son una de mis obsesiones o mis tabúes. Lo más duro de viajar es saber si va a haber bañera o no. A mí me duele mucho la espalda y suele ser muy útil Pero los promotores tienden a entrar en un bucle y todos te llevan a los mismos sitios y hay lugares, como el Hotel de Murcia que menciono, que no soporto. La realidad me ha dado la razón, de hecho, porque da miedo ¡Encontraron en ese hotel al pederasta aquel marroquí-español que causó tanto revuelo poco después de haberme alojado allí! Lo curioso es que luego comentas con otros músicos que hay hoteles terribles y recurrentes y piensan lo mismo. Lo he hecho también como nota aclarativa: a ver si lo leen los promotores y se dan por enterados (risas).

-¿Tiene ya más seguridad en sus notas fantasma?

-Las notas fantasma son las canciones que no son mías. Salvo una canción que toco sólo en algunos shows. Como el resto del repertorio es todo mío en esta gira, ya no tengo ese problema. Es un problema muy de los baterías. Algún día grabaré las pistas de todos los baterías que canturrean las notas fantasmas de la armonía que no tocan. Es un problema que sucede hasta que dominas la canción y la haces tuya.

-¿Cómo funcionan los directos en acústico? ¿La gente espera escuchar esa ornamentación que llena pero no tapa sus canciones y los coros tan significativos, como en A Joni Nitchell con todo mi amor?

-El espectáculo tiene varios formatos. A veces voy con banda, otras es sólo presentación y otras formato acústico. Una cosa es ser músico, otra escritor y otra intérprete. La labor en acústico, de intérprete, creo que es la más complicada. A medida que va caminando la gira, vas haciendo pequeños arreglos y te vas apañando con ellos. Lo importante es la dinámica. Cuando el disco entra en 2000 líneas, tienes que bajar musicalidad y subir coros. Si es un momento más íntimo, tienes que subir todo, etc. Las ausencias y las diferencias las arreglas con interpretación: énfasis y elipsis.

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