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«Lo que yo quiero es un trabajo; esto es malvivir»

Teresa, madre soltera, recibe 537 euros al mes, de los que 350 se van directamente a pagar el alquiler

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Lunes, 18 de septiembre 2017, 07:42

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Teresa, madre soltera con un hijo de 15 años a su cargo, lleva años sin saber lo que es un empleo fijo o, al menos, bien remunerado. Ha trabajado como monitora de comedor en colegios -por 200 euros al mes-, de dependienta en una tienda de ropa y de cajera en un supermercado, pero a tiempo parcial. Durante un tiempo consiguió ir tirando, pero en enero de 2016 quedó en el paro sin derecho a prestación, y los meses fueron pasando sin que surgieran oportunidades. «A mis 49 años, el mercado laboral está cerrado para mí. Hablan de recuperación pero esto es lo que tenemos», se lamenta.

Aguantó como pudo, hasta que en diciembre, casi un año después de caer en el desempleo, empezó a recibir una renta básica de inserción. Tampoco es que le tocase la lotería: empezó percibiendo 430 euros al mes, de los que 350 iban directamente al alquiler del piso en el que vive, en la diputación de San Antón, en Cartagena. ¿Cómo hacer frente a las facturas y a la ropa y comida de un chico de 15 años con 80 euros? «No se puede, me ayudan a pagar recibos y compro en el supermercado de Cáritas». Luz, agua y alimentos básicos, su vida no puede ir más allá. «No voy a ningún sitio, no tengo vida social. La última vez que mi hijo y yo estuvimos en el cine fue hace dos años», cuenta. Desde julio, y gracias al aumento en las ayudas, Teresa ha pasado a recibir 537 euros. Es un alivio importante, pero eso no saca a alguien de la pobreza. «Yo lo que quiero es un trabajo, esto es malvivir», resume.

«Esperando desde abril»

Ahora, Teresa está formándose en la ONG Rascasa para poder acceder a cursos del SEF que le permitan probar suerte en la rama sociosanitaria. También a Rascasa acude Fulgencio, de 55 años, sin empleo ni ingresos. «Pedí la renta básica de inserción a finales de abril y estoy todavía esperando», se queja. El IMAS defiende que ya no hay listas de espera porque -asegura- todos los expedientes se resuelven en el plazo establecido (dos meses). Pero el IMAS contabiliza la espera solo desde el momento en que el expediente está completo. Todo el proceso previo, desde la tramitación en los servicios sociales municipales a las ocasiones en que falta algún documento y hay que solicitarlo al interesado, no consta en ninguna parte.

Para la Red de Lucha contra la Pobreza (EAPN), de la que forma parte Rascasa, el aumento de la renta básica es un paso positivo, pero se queda corto. «Es necesario seguir revisando en profundidad el sistema de protección social de la Región». La renta básica debe ser, para EAPN, una herramienta más integrada en «una estructura legal más amplia» con la que luchar contra la exclusión social.

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