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Domingo, 18 de marzo 2018, 08:38
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Pensiones dignas, blindadas en la Constitución y garantizadas a través de los Presupuestos Generales del Estado de cada año. Eso es principalmente lo que reclamaron ayer los miles de ciudadanos de la Región -jubilados, pero también jóvenes y niños, trabajadores y parados, familias enteras- que se manifestaron en diferentes localidades de la Comunidad. La más multitudinaria fue la protesta en la capital, que reunió a entre 10.000 personas (según la Policía Local) y 20.000, según la organización, que clamaron en defensa del sistema público de pensiones. Con mucha reiteración en la palabra «ladrones», los ciudadanos recordaron que estas prestaciones «son un derecho, no una limosna», y dedicaron un amplio abanico de 'lindezas' al 0,25% de incremento aplicado por el Gobierno este año. Desde «vergüenza» a «miseria» pasando directamente por la «ruina» y la «mierda», los más elocuentes.
La irritación con los gobernantes se palpaba sin mucho esfuerzo en el ambiente, principalmente porque «ese 0,25% ha sido la gota que ha colmado el vaso, y la carta, la famosa carta con la que nos lo anuncian, es indignante, un insulto», definía Andrés Mora, portavoz de la Plataforma de la Región de Murcia en Defensa del Sistema Público de Pensiones y de los 'yayoflautas' de Murcia, que ayer parecían ser más legión que nunca. Mora puso voz a todos los manifestantes al exigir «la revalorización de las prestaciones en función del IPC para no perder poder adquisitivo, así como una ley que blinde las pensiones para que, entre el gobierno que entre, no se puedan tocar».
Con presencia de muchos miembros de Podemos y del PSOE, y ninguno de Ciudadanos y el PP, la manifestación de la capital avanzó a buen ritmo desde el Paseo Alfonso X y la Delegación del Gobierno hasta la avenida Teniente Flomesta, donde los organizadores, a golpe de megáfono, volvieron a enarbolar el clásico «el pueblo unido jamás será vencido», además de dejar claro que «la dignidad no se negocia». Asimismo, al término de la marcha se leyó un manifiesto en el que exigieron que «haya dinero para la gente, y se reparta, ya que sí lo hay para las autopistas, los bancos y la corrupción», criticaron. «Queremos vivir con dignidad», reclamaron al unísono.
El secretario general del PSRM-PSOE, Diego Conesa, lamentó que «desgraciadamente» el Gobierno de España «no se ha tomado en serio los acuerdos de país sobre pensiones, ya que rompió de forma unilateral el pacto de Toledo. Un país serio debe tomarse las pensiones en serio», destacó. «Si seguimos en esa dinámica, vamos a romper el pacto entre generaciones, y eso no se puede permitir», señaló Conesa, quien estuvo acompañado de otros miembros de la Ejecutiva Regional socialista, alcaldes y alcaldesas socialistas, y portavoces municipales. «Por dignidad, estamos hoy aquí acompañando a todos los pensionistas», señaló.
Quien también realizó el recorrido, además de los responsables de los sindicatos UGT y Comisiones Obreras de la Región, Antonio Jiménez y Santiago Navarro, respectivamente, fue el secretario general de Podemos, Óscar Urralburu, junto a varios diputados y diputadas de la formación. Urralburu aseguró que «los mayores han estado trabajando toda la vida y garantizando el presente y el futuro de este país y, por eso, tenemos que hacer un esfuerzo por ser honestos y justos con ellos. No podemos seguir con pensiones de miseria».
En Cartagena, un millar de pensionistas se concentraron a mediodía convocados por los 'Yayoflautas Cartagena' en la plaza del Ayuntamiento. El portavoz del colectivo, Pedro Castaño, aseguró que esta movilización es una continuación de las protestas de las últimas semanas que buscan mostrar el «malestar» por las consecuencias del actual sistema de pensiones, que lleva a este grupo a una «pobreza en algunos casos severa». Castaño dijo que, una vez jubilados, las personas sufren un «descenso brusco» en su nivel de vida, que llega a ser «dramático» y que genera «dependencia e indefensión». Recordó que cobran «cantidades injustamente bajas» porque el sistema de reparto reduce la riqueza colectiva en lugar de preservar e incrementar la de cada cotizante.
Asimismo, la Plataforma anunció nuevas movilizaciones para las próximas semanas en toda la Región. «Esto no se va a quedar aquí».
Ramón Romero, 70 años Su trabajo como gerente de una empresa de toldos le deja hoy a Ramón Romero una pensión de 1.143 euros al mes, dos euros más que el año pasado 'gracias' a ese 0,25% de subida que ayer era el blanco de todas las críticas. «Tenemos tres hijos, y dos aún viven en casa. También tres nietos, a los que hay que darles sus cositas. Uno de ellos se ha ido ahora a Alemania, y le hemos dado un dinerito. Nosotros llegamos a final de mes, sí, pero menos mal que no tenemos hipoteca, ni deudas. Hay gente mucho peor que nosotros», reconoce. «Estamos aquí para defender el futuro de nuestros hijos y nietos», subrayan.
María Vera, 69 años María Vera, 69 años que «no se notan», cobra una pensión de 605 euros con la que «no podría hacerle frente a nada si estuviera yo sola», asegura. Menos mal que María vive junto a su marido, Pedro, que cobra otros 1.200 euros de prestación, lo que ya conforma un sueldecillo «decente» en casa. Eso sí, con cuatro hijos (dos de ellos solteros) y tres nietos, la mayor parte del dinero está destinado a «que no les falte de nada a ellos», que son para María «lo más importante». Esta murciana reclama, además, «trabajos menos precarios» para sostener el sistema y facilitar también que los jóvenes «puedan independizarse».
Fernando Vicente, 65 años Fernando Vicente cobra una pensión de unos 850 euros al mes, el único ingreso del matrimonio, que no se puede «estirar más con tanta subida del agua, de la luz...». En esta casa no se llega fácilmente a fin de mes, y si se llega es «recortando mucho, comprando en el mercado los productos de oferta y con cualquier lujo absolutamente archivado». Fernando y su mujer, como es habitual entre pensionistas, también destinan todo lo que pueden a ayudar a los hijos, «que es lo que toca». Vicente pide a los políticos que «a ver si se pueden llevar algo menos ellos y lo reparten entre los pobres».
David Sandoval, 63 años David Sandoval se jubiló de forma anticipada por el ERE que se firmó en la caja de ahorros en la que trabajaba como informático, un empleo que le dejó una pensión nada desdeñable: 1.800 euros al mes. Su esposa aún trabaja, así que la prestación que recibe Sandoval da para vivir sin apuros. «Yo tengo clarísimo que soy un privilegiado, porque hay pensionistas en una situación muy precaria». Sandoval acudió a la manifestación para reclamar que los políticos hagan lo necesario para «mantener el sistema». Por ejemplo, «cobrando los impuestos que se deberían cobrar. Esto debería ser parte de los presupuestos».
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