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Pepa García
Viernes, 5 de febrero 2016, 16:19
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Las plumas y las lentejuelas iluminan y dan brillo a la Región en estos días de Carnaval, una fiesta con milenios de antigüedad en la que, hasta hace solo unas décadas, bajo las máscaras se daba rienda suelta a la diversión. El desenfreno vence al recato, se apodera de febrero y celebra con anticipo la llegada de la primavera. Así que, prepárense para disfrutar y hacer del jolgorio y la pasión carnal su guía para descubrir la Región en Carnaval.
Fue ayer precisamente cuando Águilas descorchó su Fiesta de Interés Turístico Internacional, el Carnaval con más gancho de la Región: fue cuando La Mussona, mitad humano, mitad animal, bajó del barrio del Castillo por las oscuras y empinadas calles y revolucionó a niños y a mayores con su 'aterrador' vestuario a base de esparto y palmas, conchas y caracolas recogidas del mar. No obstante, no teman, aún están a tiempo de disfrutar de lo mejor de este Carnaval con fama nacional. Y pueden empezar hoy mismo, cuando aguileños y visitantes se entregan a la cata de la cuerva: una bebida tradicional en la localidad costera a base de vino, licores y frutas; entre ellos, dos centenares de miembros del gran jurado recorrerán los 150 bares que participan en el concurso nacional para elegir la mejor. No pueden marcharse de Águilas sin probar la cuerva si han decidido vivir su Carnaval; mejor, con moderación: entra bien y sube directamente a la cabeza.
El sábado, mañana, el colorido y la sátira inundan las calles. Los grupos de amigos se juntan ya a mediodía pertrechados de sus disfraces; desde el aperitivo hasta bien avanzada la noche, el ambiente festivo inunda las calles y la música suena aquí y allá. Si tienen pensado comer en Águilas, prepárense a hacerse hueco en las barras entre el animado gentío, sobre todo si no han reservado con anterioridad. El de mañana será un día de fiesta que culminará, ya entrada la noche, con la Batalla de Cascarones entre Doña Cuaresma y Don Carnal, una de las señas de identidad de estas jubilosas fiestas. Si no lo han previsto, aún están a tiempo de cascar los huevos que consuman desde ya hasta mañana por uno de los extremos, limpiarlos y dejarlos secar para rellenarlos de confeti o papeles de colores. Será la munición para lanzar, sin piedad, al bando contrario. Un bombardeo multicolor en la céntrica Glorieta de España. Todo antes de que Don Carnal y sus coloridas huestes salgan invictas de esta guerra incruenta contra el sobrio bando de Doña Cuaresma, y de que los pregoneros, este año con Carlos Baute como invitado, inauguren oficialmente la mascarada.
Primer desfile
La tarde del domingo está reservada al primer gran desfile de Águilas, donde las peñas y comparsas exhiben sus más lujosas galas, esas en las que llevan trabajando e invirtiendo casi desde que acabó el pasado carnaval, y que deslumbran al visitante. Serán más de tres horas de desfile y, para verlo, lo más recomendable es coger una silla en el recorrido. Los aguileños aseguran que desde cualquier punto del itinerario se disfruta bien, pero quizá la perspectiva desde la avenida Juan Carlos I es la mejor.
Si tienen intención de pasar unos días por la zona, la paradisíaca costa de Águilas les ofrecerá la oportunidad de hacer un merecido paréntesis para descansar del bullicio. Pueden pasear por la orilla del mar entre Calarreona y la Playa de los Cocedores, en el límite con Almería. O, en el otro extremo, recorrer el variado surtido de calas que ofrece el litoral entre Cabo Cope y Puntas de Calnegre. Además, si tienen suerte y echándole 'valor', podrían anticipar la bienvenida a la primavera estrenando la temporada de baño.
El Carnaval de la Noche es otro de los acontecimientos de la fiesta aguileña. Más local, pero muy divertido, saca el lunes a todo Águilas a la calle con sus disfraces más originales y reina el buen ambiente con la ventaja de que todo está menos masificado. De esa noche saldrá el premio de La máscara de la noche y dará paso al segundo gran desfile, el de Martes de Carnaval.
Los aguileños cada vez van prolongando más estas fiestas, que año tras año atraen a más visitantes. De esa intención nace el Sábado de Piñata. Cuentan que un año llovió el Martes de Carnaval y los vecinos, deseosos de sacar el máximo partido a sus trajes y lucir el trabajo de todo un año, trasladaron el desfile al sábado siguiente. Ese es el día en que Don Carnal arde en una hoguera y Doña Cuaresma vence al fin. Sin embargo, este año las celebraciones se prolongarán algo más y no será hasta que acabe el siguiente fin de semana, con el Concurso Nacional de Drag Queen (otro gran sábado de pluma, lentejuela y tacón) y el Certamen Nacional de Chirigotas (el musical satírico de la actualidad), cuando vuelva la cordura y la tranquilidad a la apacible localidad costera.
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