Borrar
Uno de los dos impresionantes cañones Vickers que la batería de las Cenizas sigue conservando in situ sobre la plataforma que hoy sirve de estratégico mirador.
Primavera adelantada en el Monte de las Cenizas
PLANES

Primavera adelantada en el Monte de las Cenizas

Un paseo disfrutón, por la umbría, hasta la batería militar abandonada para contemplar unas maravillosas vistas

Pepa García

Viernes, 16 de enero 2015, 11:17

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Las albaidas y las lavandas viven una primavera adelantada, la que las benignas temperaturas de este invierno que no termina de estallar les permite al amparo del mar que atempera las heladas nocturnas. Sus flores amarillas y moradas se han abierto al calor de las despejadas y calurosas mañanas y colorean el paisaje del Monte de las Cenizas, una elevación costera de 307 metros de altura e incluida en el espacio protegido del Parque Regional de Calblanque, el Pico del Águila y el Monte de las Cenizas.

La propuesta para este fin de semana, en que ya terminan oficialmente las fiestas navideñas hasta para el refranero español -'hasta San Antón, Pascuas son'-, es poner el cuerpo en movimiento para eliminar alguna de las reservas acumuladas esta Navidad con las copiosas comidas y cenas familiares. Y qué mejor que hacerlo subiendo hasta la cima del Monte de las Cenizas para observar el maravilloso panorama que pone a sus pies, además de aprovechar la oportunidad de curiosear por las instalaciones militares que sobre este monte estuvieron en activo hasta mediados de la década de los 90: la batería de las Cenizas.

Los itinerarios posibles son muchos, pero para empezar poco a poco les recomiendo un recorrido que no supera los 7 kilómetros de distancia, que no tiene pérdida y que es apto para toda la familia, desde niños hasta abuelos.

Deben dejar el coche junto a la explanada que hay en la carretera de acceso al Llano del Beal, desde la carretera RM-314 que va de Los Belones a Portmán. Ascendiendo por la carretera en dirección a Portmán -aprovechen el carril bici para no ser arrollados por ningún coche- en la siguiente curva, a la izquierda, verán el cartel que les indica el itinerario de subida a la batería militar por el PR-MU2, junto a una pista empedrada que está cerrada al tráfico de vehículos por una valla, pero permite el acceso de peatones.

El itinerario no tiene pérdida ni dificultad, siempre que se marque el ritmo adecuado a su estado de forma en la ascensión. Nosotros lo realizamos acompañados por Pedro Gadea, secretario de la Asociación de Vecinos Cobaticas-La Jordana, y su amigo Carlos, Rafa y el secretario de Acude, Juan Luis Castanedo, todos ellos andarines amantes de la naturaleza.

Zona minera por excelencia -los castilletes, los pozos, las montañas de estériles y las viejas instalaciones abandonadas están casi todo el tiempo al alcance de la vista- y territorio militar privilegiado por su situación estratégica, el Monte de las Cenizas ofrece un paseo disfrutón que, por su corta distancia, permite distraerse internándose en la nutrida pinada que, casi desde el principio, recibe al caminante y entre la que crecen también sabinas moras, alguna encina despistada, espino negro, lentisco, romero, palmito y esparto, mucho esparto.

El amoratado color de las láguenas acompaña al caminante desde los primeros tramos y, si es aficionado a la geología, podrá pasear sobre la microplaca que colisionó hace unos 25 millones de años con el sureste peninsular originando la Cordillera Bética.

En el itinerario de subida, si se fija, también podrá ver, en alguna ladera, cómo se recuperan tras el último incendio que sufrió la zona las especies vegetales y observar que el palmito es el primero que ha rebrotado y conquista con su verde estos espacios.

Aunque la recompensa visual llegará cuando coronen el monte, disfruten en el camino del anticipo que le ofrece el itinerario del Mar Menor, sobre todo si la calima se lo permite. En la segunda mitad del itinerario, las vistas se abren hacia el Portus Magnum y el resultado de la irresponsabilidad humana, la hoy acolmatada Bahía de Portmán, que espera revivir tiempos mejores si, por fin, el plan de regeneración ambiental se lleva a cabo.

El espeso pinar da cabida también a enredaderas que se abrazan a los troncos de los pinos adultos y de sus ramas cuelgan líquenes que, en este tiempo, verdean.

A buen ritmo, en tres cuartos de hora puede estar pasando bajo la exótica portada de acceso, una construcción de estilo maya-tolteca que marca el inicio de la instalación militar, protegida por la Ley de Patrimonio Histórico Español, pero devastada y expoliada sin miramientos. Construida a finales de los años 20 del siglo XX y finalizada al inicio de los años 30, sobre una de las viejas construcciones está hoy uno de los radares con los que se vigilan las costas para evitar la entrada ilegal de inmigrantes y el tráfico de drogas.

Una vez arriba, lo que más sorprende es uno de los impresionantes cañones Vickers con los que estuvo armada esta instalación abandonada hace poco más de una década. Hay otro en el extremo oeste de la batería. Desde esta plataforma, concédase un rato y asómese sin prisa a este maravilloso balcón en el que la vista al sur se pierde en el horizonte marino, y que ofrece unas maravillosa panorámica del Mar Menor con sus islas y La Manga, el sobresaliente Cabezo de la Fuente -El Leonico, lo llaman los marineros- y las doradas playas de Calblanque con sus Salinas del Rasall. Hacia el oeste, grave la imagen de la Bahía de Portmán, con los restos de la Villa romana del Paturro (completamente abandonados) en su vertiente este e imagine cómo fue este enclave antes de que la minería lo destrozase y retrasase su línea de costa varios kilómetros; admire El Gorguel, hoy todavía en estado salvaje, y la mole de Cabo Tiñoso internándose en el mar. Las vistas son infinitas, salvo que la bruma teja una cortina que las vele. Pero si el día es claro y despejado, podrán ver hasta La Muela y Cabo Cope.

De vuelta, si le sobra tiempo, no dude en recorrer el barranco del Moro, cuyo acceso está a unos cientos de metros en dirección a Portmán, en el que hay restos de lo que han catalogado como una calzada romana.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios