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El cómico Carles Sans, componente de la compañía catalana Tricicle.
«Intentamos hacer un espectáculo más tranquilo, pero es imposible»

«Intentamos hacer un espectáculo más tranquilo, pero es imposible»

cómico

ROSA MARTÍNEZ

Lunes, 18 de junio 2018, 18:17

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No necesitan una sola palabra para que el patio de butacas se venga abajo, para que, puntualizan, «se muera de risa» y componga la banda sonora característica de los espectáculos que la compañía catalana lleva 36 años paseando por los escenarios de medio mundo, dentro y fuera de España. El idioma, para ellos, nunca ha sido un problema. Tricicle, apunta Carles Sans (Badalona, 1955), parte integrante del trío cómico de humor gestual -junto a él viajan Joan Gràcia y Paco Mir-, es sinónimo de «diversión», de «calidad», de «humor muy particular», matiza. También de una marca inconfundible. 'Bits' -este viernes y sábado en el Auditorio Víctor Villegas de Murcia, dentro de la programación de la Semana Grande de Cajamurcia- es su último espectáculo. El último que han creado y el último que, «muy probablemente», crearán, porque el humor es eterno, pero los años, asume Sans, no pasan en balde.

  • Qué 'Bits', de Tricicle.

  • Dónde y cuándo Este viernes 16, a las 21.00 horas; y el sábado 17, a las 19.00 y 21.30 horas. En el Auditorio Víctor Villegas de Murcia. Entrada

-¿Qué proponen?

-Un espectáculo donde cada diez segundos el público se ríe. Y eso está comprobado. El 'show' cumple con los códigos que conocen aquellos que ya han visto a Tricicle, pero en esta ocasión utilizamos el mundo de internet para pasar de un 'sketch' a otro. Internet es una especie de cajón de sastre inmenso. Para el espectáculo teníamos un montón de ideas muy dispares unas de otras, y qué mejor que hacerlo desde un medio como internet, donde, a golpe de ratón, uno puede viajar de una página a otra. Transformamos el teatro en una especie de portátil gigante.

-¿Desde dónde hasta dónde viajan?

-Por ejemplo, desde una manifestación en la que hay solo un manifestante y un antidisturbio, algo muy absurdo y muy Tricicle, hasta una carrera de ancianos con tacataca en un geriátrico, o a la historia de dos pescadores que cada tres minutos son interrumpidos por un vendedor ambulante que les ofrece cosas de lo más variopintas. Todo son situaciones que contadas así parecen muy anecdóticas pero que están nutridas de trazos muy humanos donde el público se puede reconocer a sí mismo.

-¿El humor sigue estando en las cosas cotidianas?

-Sí, y además es fundamental, yo siempre digo: 'Mira si es importante el humor para el ser humano, que el ser humano paga para que le hagan reír; en un bar, en un teatro o en un cine'.

-¿Es importante estar conectado con la realidad diaria para trasladarla al escenario?

-Sí, pero nosotros no nos nutrimos de la noticia del día. No hacemos humor político ni una parodia de una noticia que salga hoy, porque eso dura muy poco, y nuestros espectáculos giran cuatro años. Estamos al corriente, pero más al corriente de las reacciones humanas que de las noticias.

-Cuatro años con un mismo espectáculo, ¿cansa?

-Muy pocas compañías pueden explotar cuatro años un mismo espectáculo. Eso significa que tienes mucho público, que estás mucho tiempo en cada plaza, y por tanto, es sinónimo de éxito. ¿Es cansado? Sí, pero no por el hecho de actuar, sino por el hecho de estar en una ciudad que no es la tuya esperando durante horas en la habitación de un hotel a que empiece la función, y que cuando acabe, en vez de ir a tu casa, regreses a esa habitación del hotel. Todo eso con los años se hace un poquito largo.

-¿No se ven en los escenarios a largo plazo?

-Ya tienes menos ganas. La ilusión a la hora de actuar es la misma, pero todo lo que rodea a esa actuación se hace un poco más cuesta arriba. Preparar un espectáculo nuevo implica un proceso muy largo y difícil, y seguramente ya no lo vamos a hacer. Haremos un grandes éxitos con el que podamos ir viajando a ritmo tranquilo por toda España, despidiéndonos de un público que nos ha seguido durante 36 años.

-¿Con qué se queda?

-Con la satisfacción de haber podido llenar todos los teatros siempre que hemos ido a cualquier ciudad; de haber tenido un público fiel, y de haber podido crear una marca como Tricicle, sinónimo de diversión, de calidad, de humor muy particular. Cuando miro atrás y veo todo lo que hemos hecho... Es muy bonito.

-En 'Bits' hacen un homenaje a Les Luthiers, que ahora cobra mayor sentido por la pérdida de Daniel Rabinovich [el cómico argentino falleció el pasado mes de agosto].

-Daniel era un tío fantástico. Siempre que coincidíamos en España almorzábamos juntos y nos contábamos mil anécdotas. Era un tío seductor y estupendo. Nos tenemos una admiración mutua [Les Luthiers y Tricicle] y por eso hicimos un número dedicado a ellos, en el que además han participado de manera directa poniendo incluso la voz en off.

-Ellos siguen en el escenario.

-Ellos ya llevan tiempo viajando con sustitutos por si acaso. Nosotros no lo hacemos porque no lo necesitamos, y porque si los tuviéramos, cada día nos sustituirían a uno o a otro. Siempre decimos que vamos a hacer un espectáculo más tranquilo y no al ritmo que lo hacemos, pero nos resulta imposible; nos sale un espectáculo cañero [ríe].

-¿Cómo se consigue hacer reír sin decir una sola palabra?

-No sé, tenemos la capacidad y la intuición de poder trabajar en un género distinto. Hemos creado una fórmula y nos hemos especializado en ella, y la verdad es que nos sale natural.

-¿Ensayan mucho delante del espejo?

-Muy poco, porque pierdes la frescura, la mirada.

-¿Improvisan?

-Sí, pero poquito. Nuestro espectáculo es como una partitura musical. Los gestos son muy concretos y se han de aplicar en el momento oportuno, ni antes ni después. Eso te marca una especie de partitura que, si la cumples, sabes que el público se va a morir de risa. Otra cosa es que un día, de repente, animado por un público que esté muy eufórico, te salgas de la partitura, pero se trata muchas veces de momentos excepcionales.

-Murcia...

-A Murcia, 'Bits' llega en un momento óptimo. Nuestros espectáculos van reforzándose cada día, los vamos perfeccionando y llenándolos de gags. Ya estamos con los últimos coletazos de 'Bits' [lo estrenaron en 2012] y creo que llega en un buen momento. Merece la pena verlo.

-¿De la Región guardan buenos recuerdos?

-En lo gastronómico seguro, porque en Murcia se come fenomenal; y, luego, el público, siempre ha sido muy cariñoso. Es una ciudad en la que nos sentimos muy a gusto.

-¿Cómo se llevan con las nuevas tecnologías?

-Bien, nosotros utilizamos 'smartphones' y ordenadores, pero no somos unos cibernautas especialistas, ni 'hackers' ni nada de eso [ríe].

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