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Imafronte de la Colegiata de San Patricio, erigida entre 1694 y 1704 por José de Vallés, maestro mayor de las obras.
Surgida de una cruzada

Surgida de una cruzada

La consagración de la colegiata a San Patricio tiene su origen en la batalla de los Alporchones. Las fachadas del monumento religioso lucen restauradas casi al completo tras los daños ocasionados por los terremotos

LA VERDAD

Viernes, 17 de abril 2015, 01:56

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La Colegiata de San Patricio esta siendo sometida a una profunda rehabilitación tras los daños que sufrió como consecuencia de los terremotos de mayo de 2011. Está cerrada a cal y canto, pero su exterior es visible. Gran parte de los daños de sus fachadas han sido ya restaurados, por lo que el monumento luce prácticamente en todo su esplendor.

El templo es de los pocos que hay en España bajo la advocación de San Patricio. Su consagración al santo irlandés tiene su origen en la batalla de los Alporchones que se libró el 17 de marzo de 1452. En ella, se enfrentaron los habitantes de la ciudad con las huestes musulmanas granadinas que habían asolado la comarca de Cartagena. Tras la victoria cristiana San Patricio fue nombrado Patrón del Reino de Murcia.

Las obras de la iglesia colegial de San Patricio comenzaron en 1533, tras la bula de erección del Papa Clemente VII, sobre la modesta iglesia medieval de San Jorge. El empuje de la oligarquía lorquina que buscaba un proyecto que dignificara la imagen de su pujante ciudad, fue en buena medida la impulsora de esta obra, inspirada en la catedral de Murcia.

Un proyecto de Quijano

La construcción, no exenta de problemas, se dilató hasta 1780 siguiendo el proyecto de Jerónimo Quijano, maestro de las obras del Obispado de Cartagena. Fue concebida con aires catedralicios. Su interior se articula en tres naves, doce capillas laterales en los contrafuertes, coro y trascoro, girola con capillas radiales y torre campanario y elevado crucero.

La fachada principal, por su belleza y monumentalidad, constituye uno de los elementos más destacados de la Colegiata. En este imafronte se manifiesta la fusión de las influencias arquitectónicas granadinas y valencianas. Es una obra de clara factura barroca. Las secuelas del terremoto de 2011 aún son visibles en pináculos y estatuas, aunque muchos de los daños ya han sido reparados. El templo está situado en la Plaza de España en la que también están el Ayuntamiento, los juzgados y la Casa del Coronel Poutous. Esta última se esconde detrás de un andamio cubierto por una tela mientras se trabaja en su recuperación.

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