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Isabel Toledo. LV
La exalcaldesa Toledo vuelve a ser condenada por prevaricar al permitir los ruidos de otro pub

La exalcaldesa Toledo vuelve a ser condenada por prevaricar al permitir los ruidos de otro pub

El juez la inhabilita a siete años por delito continuado de omisión ante las denuncias de dos vecinos, en una sentencia acordada con las partes

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Sábado, 7 de abril 2018, 03:47

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La exalcaldesa de Pliego, Isabel Toledo, que gobernó la localidad entre los años 2003 y 2014, ha sido condenada a una pena de siete años de inhabilitación para cargo público por un delito continuado de prevaricación, por omisión de las denuncias presentadas por dos vecinos ante los ruidos que sufrían provenientes de un pub de copas del pueblo (Acaltoni). Así lo establece el Juzgado de lo Penal nº 1 de Murcia en una sentencia acordada con todas las partes implicadas y el Ministerio Fiscal.

Según los demandantes, a quienes les fue leída ayer la sentencia acordada, al igual que a los demandados, la condena se produce por omisión a las denuncias presentadas a la Policía Local sobre los ruidos y molestias que provocaba dicho local de copas situado en la calle Juan Carlos I de Pliego, un establecimiento que cerró finalmente hace cuatro años, aunque reabrió sus puertas poco después con otro nombre y con otros propietarios.

Igualmente, se condena a los dueños de Acaltoni a dos años de cárcel por un delito contra el medio ambiente, en concurso con un delito de lesiones. Una pena de prisión que no cumplirán al no sobrepasar los dos años. El matrimonio que regentaba el local también es penado con el pago de una indemnización de 15.000 euros a los demandantes, así como el pago de tres euros diarios durante ocho meses. A la vista judicial se habían presentado testigos y agentes de la Policía Local, los cuales no tuvieron que testificar debido a que las partes habían alcanzado un acuerdo.

Uno de los afectados, Diego Noguera, de 84 años, reconoce su «alegría» por el fallo

Se trata de un caso muy similar al sentenciado por la Sala de lo Civil y de lo Penal del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Murcia, en mayo de 2014, que impuso a la propia exregidora popular, así como al exprimer edil socialista Juan Guillén (1999-2003), una pena de nueve años de inhabilitación para empleo o cargo público por un delito continuado de prevaricación por omisión ante los ruidos del pub El Escondite, a lo largo de trece años y medio, lo que había causado un auténtico «calvario» a los vecinos de la calle Los Pasos y de la avenida de Alhama. De hecho, la exalcaldesa tuvo que dimitir por ello.

El cuanto al caso sentenciado ayer, arranca en 2005, cuando los dos vecinos citados, Diego Noguera y Pedro Ruiz, venían denunciando ante la Policía Local la situación «insoportable» que estaban viviendo con el elevado ruido, por música y otras molestias. Unos demandantes que, al comprobar que pasaba el tiempo y desde el Ayuntamiento no se tomaba ninguna medida, decidieron denunciar la situación ante los tribunales. Como consecuencia de ello, se produce esta nueva condena a Isabel Toledo de siete años de inhabilitación para cargo público. Según los demandantes, el juez en su resolución dice que las emisiones ruidosas del pub Acaltoni, a lo largo de una década, habían causado un auténtico «sufrimiento» a los vecinos de la calle Juan Carlos I. Asimismo, señalan que la exregidora «eludió adoptar medidas contra ese pub a lo largo de ese tiempo».

Diego Noguera, de 84 años de edad, uno de los afectados, señaló ayer a 'La Verdad que «llevo muchos años padeciendo y, al final, me han dado la razón. Espero que esto no vuelva a suceder más, porque si no tendré que buscar mis medios, porque mi vida, con los años que tengo, quiero vivirla con tranquilidad, pues esto son disgustos para mí y mi familia, que están tocados todos y enfermos. Así que, estoy contento porque me lo han aprobado todo, mucha alegría».

El fallo del TSJ en 2014 por los ruidos del pub El Escondite también exponía que fueron especialmente graves los perjuicios sufridos por Juan Francisco Vivo y por su madre, una anciana enferma de alzhéimer, que tuvo que estar soportando unos niveles de ruido muy por encima de los permitidos hasta el mismo día de su muerte, que se produjo en septiembre de 2007.

De hecho, la querella de este vecino fue la que dio origen a aquel procedimiento que acabó con la condena de los dueños del pub y de los dos alcaldes de Pliego. Los magistrados dejaron sentado, entonces, en su sentencia que la actividad de ese local originó «un elevadísimo número de quejas», que llevaron a los agentes de la Policía Local a realizar un buen número de mediciones sonométricas y a redactar varios informes sobre el exceso de ruidos. De ello fueron informados no solo los propietarios del establecimiento, sino también el alcalde Guillén, quien incluso llegó a dictar una orden de cierre que nunca hizo cumplir y, más tarde, desde 2003, la que fue alcaldesa Isabel Toledo, quien también, al no aplicar la ley, permitió que el local siguiera funcionando y molestando a los vecinos.

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