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La consejera de Educación visitó, ayer, el instituto molinense, junto a la alcaldesa.
El bólido del IES Francisco de Goya avanza imparable

El bólido del IES Francisco de Goya avanza imparable

El vehículo ecológico del instituto fue el segundo prototipo español en Londres, en la Shell Eco-Marathon Europe 2016

Juan Luis Vivas

Sábado, 16 de julio 2016, 00:58

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Por sexto año consecutivo, el equipo GreenWheel, en representación del instituto Francisco de Goya de Molina de Segura, ha participado en la Shell Eco-Marathon Europe 2016. Está formado por profesores de los departamentos de Electricidad y Electrónica y del área de Transporte y Mantenimiento de Vehículos Autopropulsados, así como por alumnos de grado superior de Formación Profesional de los ciclos formativos de Automatización y Robótica Industrial y de Automoción.

Esta edición se celebró en Londres y, entre un total de 50 equipos de la categoría Battery-Electric, el equipo molinense consiguió un disputado puesto 23, siendo el segundo clasificado español y el primero de la Región, por delante del equipo de la UCAM. Su prototipo Maxwell, conducido por un alumno de 52 kilos de peso -no pueden bajar de 50 kilos-, obtuvo un buen resultado con su nuevo sistema electrónico y no sólo superó las dificultades del circuito, sino que completó las cinco rondas de ocho vueltas, un total de 90 kilómetros.

Tras este excelente resultado, la consejera de Educación y Universidades de la Región de Murcia, María Isabel Sánchez Mora, y la alcaldesa de Molina de Segura, Esther Clavero Mira, realizaron ayer una visita al IES Francisco de Goya, al objeto de entrevistarse con el equipo directivo y con los responsables del prototipo de vehículo eléctrico que, desde 2010, participa en competiciones nacionales e internacionales.

La Shell Eco-Marathon Europe es una competición anual en la que los participantes, estudiantes de toda Europa, diseñan, construyen y, finalmente, conducen un vehículo de alta eficiencia energética. La competición está dividida en dos categorías, Prototypes y Urban Cars.

José Antonio Pérez y Juan García, docentes de Mecánica y Sistemas Eléctricos del IES Francisco de Goya, explicaron que en las distintas categorías compiten diversas tecnologías (motores de explosión, eléctricos puros solares, pilas de combustible, etc.), con el único objetivo de minimizar el consumo al máximo. Ambos remarcaron que una de las finalidades era contribuir de manera eficiente al medio ambiente y al desarrollo sostenible, lo que les obliga a continuar con la investigación y el objetivo de mejorar su diseño para conseguir un vehículo ecológico competitivo. «Se trata de poner de manifiesto la importancia de las energías renovables no fósiles en el sector empresarial y productivo, especialmente en el sector de la automoción», indican.

Circuito complicado

Londres fue la ciudad elegida este año como localización de esta prestigiosa competición, que cumple 31 años de historia, en la que todos los equipos lucharon por conseguir el vehículo más eficiente. Más de 200 equipos y cerca de 3.000 estudiantes, se dieron cita en este evento que quedó marcado por la dificultad del circuito y la climatología. Alejandro, alumno de Automatización y Robótica, hizo hincapié en que una de las secciones del circuito dispuesto en Queen Elizabeth Olympic Park, la larga subida de un puente de Londres, resultó «insalvable» para muchos de los coches.

«Los equipos se vieron obligados a ajustar al máximo sus sistemas de propulsión, así como decidir cuál era la mejor táctica para salvar dicha rampa», señaló este estudiante que ya ha encontrado trabajo en una importante empresa. Agregó que el pavimento mojado, debido a la frecuente lluvia londinense, hizo que una curva del circuito fuera el punto final para muchas de las carrocerías de los vehículos participantes.

Norman Koch, director técnico mundial de la Shell Eco-Marathon, reconoció que «la pista 2016 ha sido particularmente difícil para todos los equipos». Alejandro también explicó que, antes de llegar a la pista, los vehículos tuvieron que pasar diez exhaustivas inspecciones técnicas. Para algunos el único objetivo era conseguir pasar las pruebas. Muchos ni siquiera llegaron tan lejos. Eso sí, los molinenses, con su prototipo Maxwell, las pasaron sin dificultades y obtuvo el reconocimiento.

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