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Adosados en la urbanización de La Alcayna, donde residen 4.331 vecinos.
Los vecinos de las urbanizaciones reclaman más servicios y atención

Los vecinos de las urbanizaciones reclaman más servicios y atención

Las ocho entidades del municipio financian con sus cuotas vecinales servicios como el transporte público

Juan Luis Vivas

Lunes, 18 de mayo 2015, 12:21

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«No nos sentimos vecinos de Molina de Segura». La frase de una vecina de La Alcayna resume el malestar que existe entre muchos residentes de las urbanizaciones que circundan la ciudad. Consideran que pagan muchos impuestos municipales -IBI, agua o basura- y el Ayuntamiento no invierte en sus zonas, por lo que muchas de ellas carecen de los servicios que sí tienen los vecinos del casco urbano. Con un total de 16.261 vecinos empadronados, las urbanizaciones representan casi el 23% de la población, un porcentaje que se eleva al 35,5% si se suman a la cifra las pedanías.

  • vecinos de los 70.843 censados residen en urbanizaciones.

  • Altorreal

  • 7.895 habitantes.

  • La Alcayna

  • 4.331 residentes.

  • Mirador de Agridulce II

  • 1.059 censados.

  • Los Conejos

  • 920 habitantes (sin entidad urbanística reconocida).

  • La Quinta-Tierra Cálida

  • 699 censados.

  • Toscas-El Chorrico

  • 582 habitantes (dos entidades gestionan sus cuatro fases).

  • Los Olivos

  • 417 residentes.

  • Montepríncipe

  • 538 censados.

La falta de inversión municipal tiene que compensarse, irremediablemente, con las cuotas que las familias abonan a sus respectivas entidades urbanísticas, que se estipulan en base al número de habitantes y a la superficie de sus respectivas parcelas. Es decir, los servicios se pagan «a costa de nuestros bolsillos», comenta una vecina de El Chorrico que, según dice, abona más de 1.100 euros solo en el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI).

Según los datos aportados por el concejal de Urbanizaciones, José Antonio Carbonell, existen ocho entidades colaboradoras de conservación en Altorreal, La Alcayna, Mirador de Agridulce, Montepríncipe, Los Olivos, La Quinta y dos en El Chorrico. Carbonell precisa que el objetivo es unir las dos entidades de El Chorrico -una formada por las fases I y II, y otra para la fase IV-, pero existen reticencias y aún está lejos de conseguirse un acuerdo.

Por el contrario, aún no existe entidad en una urbanización antigua, Los Conejos, donde parecen irreconciliables las posturas entre los propietarios que apuestan por su constitución y los que prefieren seguir sin entidad.

Urbanizaciones como Altorreal y La Alcayna, con más de 12.000 habitantes empadronados -las juntas de ambas entidades estiman que hay otros 6.000 o 7.000 sin empadronar-, cuentan con presupuestos anuales que superan el millón de euros. Con ese dinero pagan muchos servicios, sobre todo el mantenimiento de las líneas de transporte.

Un ejemplo es La Alcayna, donde el 60% de su presupuesto -algo más de 1,3 millones- se lo 'comen' el servicio de autobús a Murcia y la empresa externa que lleva la vigilancia, según la presidenta de la junta rectora, Ana Huidobro. Otra parte del dinero se destina a acometer algunas inversiones, como el arreglo del polideportivo y la piscina, entre otras. Pese a que llevan tiempo sin subir las cuotas -una vivienda con parcela de 800 metros cuadrados paga unos 40 euros mensuales a la entidad-, no hay déficit y siempre dejan dinero a final de año por si surge algún imprevisto.

En Altorreal, sin embargo, arrecian las críticas y denuncias por las presuntas irregularidades en la gestión económica de las dos últimas juntas directivas, como ha quedado patente en las últimas asambleas celebradas. «La urbanización no es lo que era, falta mantenimiento», indica resignada una mujer que reside en la urbanización más grande de Molina.

En las pequeñas y medianas, como El Chorrico, Los Olivos o La Quinta, los presupuestos están más limitados y ello redunda en menos servicios, por lo que generalmente se ven obligados a salir de sus urbanizaciones para hacer compras, acudir al médico o sacar dinero del cajero. «Echamos de menos el transporte público», remarca una vecina de El Chorrico

La comunicación con el casco urbano molinense es deficitaria. En Altorreal y La Alcayna pagan de su bolsillo la línea para viajar a la capital, pero no con Molina. «Hay más de 4.000 vecinos de La Alcayna para comprar en las tiendas de Molina, pero por inercia cogen el coche y se van a Murcia», señala la presidenta de esta entidad. La división vecinal también deriva en cuotas impagadas que, en muchos casos, se recurren por la vía judicial. Ello también ocasiona enfrentamientos. «Desde que dejé la presidencia de la entidad, hace tres años, no me han pinchado el coche», indica Paloma Lledó, que estuvo cuatro años al frente de la entidad de Los Olivos.

22.000 hogares conectados

La brecha tecnológica que existe en las urbanizaciones se ha agrandado en los últimos tiempos. El proyecto de despliegue de la fibra óptica hasta el hogar, puesto en marcha por Telefónica -con una inversión de unos cinco millones de euros-, permitirá que 22.000 hogares del municipio puedan contar con internet de alta velocidad. Pero de ello solo se pueden beneficiar los vecinos que dispongan de cableado en sus calles, algo que no ocurre en La Quinta y en muchas zonas de La Alcayna.

Como alternativa al cable se han realizado gestiones con algunas empresas que ofrecen implantar internet en base a tecnologías 'wimax' o wifi, mediante la instalación de antenas y repetidores. Muchos vecinos se buscan mientras la vida para tener acceso a internet, pero en unas condiciones inadecuadas.

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