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Varios alumnos del último Máster de Fotografía Profesional de Mazarrón toman imágenes del dique de San Cristóbal II. JUAN SÁNCHEZ CALVENTUS
El futuro incierto del patrimonio de los cotos mineros

El futuro incierto del patrimonio de los cotos mineros

Vecinos se unen para evitar que un proyecto de la Consejería suponga un daño al paisaje histórico del distrito. La Comunidad mantiene la ejecución de las obras de sellado en el dique San Cristóbal II; la plataforma anuncia «más movilizaciones si la situación lo requiere»

J. R. PALACIOS

MAZARRÓN

Domingo, 1 de abril 2018, 07:37

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Siglo VII a. C. Los barcos fenicios atracan en el puerto para cargar en sus compartimentos plomo y otros metales. El comercio con los pueblos del Mediterráneo es habitual en una época de gran efervescencia en este enclave costero, donde la actividad minera juega un papel fundamental en su desarrollo. Los negocios se suceden conforme pasan los siglos y los yacimientos van cobrando cada vez más fuerza. En 1890, la fiebre minera 'estalla' gracias al plomo, el hierro y el zinc que los operarios extraen de los pozos y galerías de Mazarrón. Pero, a partir de la Guerra Civil, el sector entra en declive, hasta desaparecer en el año 1967.

Las minas desarrollaron un papel fundamental en Mazarrón a lo largo de toda la historia. Sin embargo, el abandono de ese patrimonio en las últimas décadas y la dejadez de la Administración para su acondicionamiento como un recurso turístico y cultural han propiciado fisuras entre un pueblo que reclama la puesta en valor de un entorno protegido como Bien de Interés Cultural (BIC), con la categoría de sitio histórico, y la Comunidad Autónoma, que acomete el sellado de un dique en San Cristóbal II al entender que «existe riesgo estructural para las personas». La Consejería de Empresa insiste, en un informe elaborado por los técnicos de la Dirección General de Energía, que hay un peligro en la estructura.

Juan Sánchez Calventus, fotógrafo y técnico del Ayuntamiento, se echó las manos a la cabeza cuando tuvo noticias, hace unas semanas, de la ejecución inminente de estas obras al considerar que supondrían un daño irreparable en uno de los enclaves más característicos del distrito. Este mazarronero creó una entrada en change.org para la puesta en valor del patrimonio minero. Más de 4.500 personas ya han firmado esa petición.

Otros antiguos depósitos de estériles «pueden perjudicar más» por su proximidad al casco urbano

Fue el detonante para que vecinos se unieran y crearan una plataforma ciudadana en defensa del patrimonio minero, respaldada por todos los grupos políticos del Consistorio. «Creemos que se puede conjugar la seguridad de las personas con la riqueza turística y la puesta en valor del entorno», afirma Calventus, quien ya ha mantenido varias reuniones con el consejero de Empleo, Juan Hernández, a quien ha solicitado la paralización de las obras, cuya ejecución supone una inversión de 1,2 millones de euros.

Pero las opiniones son diversas. La Asociación para la Defensa, Conservación, Estudio e Interpretación del Patrimonio Histórico de Mazarrón justifica las obras de la Comunidad al considerar que «el aislamiento de la balsa de lodos no supone pérdida o merma alguna de elementos patrimoniales del coto minero de Mazarrón».

Calventus advierte de que existen otras zonas en ese entorno que «pueden perjudicar más a las personas por su proximidad al casco urbano». Explica que «hay que matizar que la Comunidad habla del riesgo estructural en San Cristóbal II, y nosotros añadimos que también puede existir un peligro químico. A pesar de ello, desde la plataforma creemos que las terreras de El Roble y de la mina Triunfo son dos puntos calientes donde se debería de actuar de una forma más inmediata. La primera de ellas está a 150 metros del instituto de Secundaria Felipe II, mientras que la segunda se ubica junto a varios inmuebles». La plataforma presentó hace unas semanas varias propuestas a la Comunidad, como la elaboración de un estudio sobre el estado de todos los depósitos mineros, otro que determine si es adecuado o no sellar la balsa y recrear un dique artificial con materiales no tóxicos para preservar el paisaje. Y el consejero se comprometió «a buscar las soluciones técnicas posibles para garantizar la seguridad y preservar el alto valor paisajístico».

Antecedentes y estudios

En 2003, la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) realizó una tomografía para conocer la composición del suelo minero. «Este fue el primer estudio, y el más serio, que se ha llevado a cabo», dicen desde la plataforma. Aquel trabajo concluyó que existía contaminación y que la balsa de San Cristóbal II se encontraba por encima de la media en cuanto a estabilidad. Posteriormente, en 2010, el proyecto Mipolare de la UPCT intentó hacer una inmersión en la balsa de San Cristóbal I para regenerar el suelo minero. «Los vecinos nos opusimos a esa intervención porque realmente no regeneraba nada. Proponían 'enterrar' la balsa en una capa de mármol y acondicionar la superficie para plantar vegetación. Eso no es regenerar; los minerales seguían estando ahí», apuntan. No se llegó a hacer.

Dos meses después de aquel proyecto, un vecino denunció que existía peligrosidad en la balsa ante la Fiscalía de Medio Ambiente. Fue entonces cuando el Instituto Geológico y Minero de España (Igme) llevó a cabo una inspección. Además, un informe de la Unidad Adscrita a la Fiscalía aseguraba que la balsa de San Cristóbal II era un foco de contaminación, por lo que aconsejó llevar a cabo un estudio del paraje. Pero en 2015, la Dirección General de Actividad Minera acordó hacer una zanja para evitar que se formara una laguna de agua en el dique. «La zanja provocó una erosión en el lateral de la balsa de San Cristóbal II; hizo un daño estructural», critica la plataforma.

¿Una parque temático?

Javier Martínez, exalumno del Máster de Historia y Patrimonio Histórico de la Universidad de Murcia (UMU) y miembro de la plataforma, desarrolló un trabajo el año pasado en el que concluía que «hay condiciones para crear un parque temático. El proyecto conllevaría mostrar una explotación, recrear la casa de un minero, habilitar puntos de información y construir varios miradores en San Cristóbal y Los Perules». Sin embargo, cualquier propuesta turística ocupa un segundo plano desde entonces. Ahora priman las obras que la Comunidad no va a paralizar «para garantizar la seguridad de las personas».

El Pleno aprobó esta semana una declaración institucional, respaldada por todos los grupos, «para exigir a la Dirección General de Minas que paralicen las obras». En el caso de que finalmente no se consiguiera, los partidos solicitaron «que se acometa un dique de contención para evitar el colapso de la balsa y, mientras tanto, buscar soluciones para conciliar el entorno con la seguridad».

A pesar de ello, la mayoría de los vecinos se plantean cómo poder reivindicar y conseguir que las minas de Mazarrón se conviertan en un gran reclamo para el turismo con su puesta en valor y que no exista riesgo para las personas. «Mazarrón nació por y para las minas. Gracias a ellas fuimos uno de los primeros pueblos donde llegaron la luz y los trenes, cuando estábamos incomunicados», explica Calventus.

Desde la plataforma anuncian que «llevaremos a cabo más movilizaciones si la situación lo requiere. Queremos que la Consejería tenga en cuenta nuestras propuestas y las incluya dentro del presupuesto de 1,2 millones. Hernández nos dijo que estas iniciativas tenían que ir en una futura intervención, pero nosotros creemos que se pueden llevar a cabo ahora». Las dudas se ciernen sobre el futuro el patrimonio minero de Mazarrón.

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