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A. N.
Viernes, 4 de septiembre 2015, 00:30
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El miedo a una venganza entre los dos clanes cobra fuerza conforme transcurren las horas. Johanna, una vecina del edificio Principado Azul, donde residía gran parte del clan de Los Pelayos, aguardaba ayer a que la Guardia Civil levantase el cordón policial para agarrar unas mudas con las que permanecer unos días lejos del barrio. La reyerta mortal le pilló dentro de su piso. «Escuché el jaleo. Me asusté mucho y me fui», explica. En su huida está vecina dejó abierta la puerta de su casa, que fue utilizada, al parecer, por Los Pelayos para esconderse. Ahora, Johanna tiene miedo de regresar. «Voy a ver si me voy un tiempo fuera».
Antonio, otro vecino de la zona, se muestra convencido de que el clan rival, el de Los Eulogios, querrá vengar la muerte de su matriarca. «Esto tiene que traer problemas fuertes», recalca. «Si se cruzan se matan».
Ramón, un joven de estas calles, reconoce que «estamos un poco asustados». Algunos residentes de la barriada aseguran que los componentes de ambos clanes ya intercambiaron amenazas, a gritos, pocas horas después del crimen. Miguel, que reside cerca del clan de Los Eulogios, afirmaba ayer que habían llegado cerca de medio centenar de familiares de otros puntos del país, principalmente de Andalucía, y que las voces que clamaban venganza ya resonaban en las calles del municipio. «Esto va a ser una masacre».
Ochenta guardias en la zona
Para mantener la calma, la Guardia Civil desplegó ayer a unos ochenta agentes en la localidad, muchos de ellos de paisano.La concejal de Policía Local de Mazarrón, Isabel María López, señala que «la situación está bajo control» e hizo un llamamiento a la calma. La edil reconoce que «en el subconsciente es inevitable pensar» en la posibilidad de que las familias inicien una 'vendetta', pero hizo hincapié en que se están tomando las «medidas oportunas» para evitarlo.
«La zona ahora está vigilada por los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado». La edil asegura no tener constancia de quejas por la situación del edificio Principado Azul, donde viven numerosas familias okupas, entre ellas las de Los Pelayos. López señaló, no obstante, que la alcaldesa inició gestiones el pasado mes con los propietarios del inmueble, al parecer una entidad bancaria, «dado que si no denuncia el propietario, los agentes del orden no pueden actuar».
El sargento de la Policía Local de Mazarrón, Ramón Segura, admite que en los últimos años han sido frecuentes las quejas en el vecindario, principalmente por exceso de ruido, pero recalca que nunca se habían registrado agresiones de este calibre entre los vecinos.
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