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Voluntarios de Cruz Roja atienden a un grupo de inmigrantes, en la madrugada de ayer, a su llegada al puerto de Cartagena.
Voluntarios de Cruz Roja atienden a un grupo de inmigrantes, en la madrugada de ayer, a su llegada al puerto de Cartagena. C. ROJA

Las mafias intensifican el envío de pateras al pensar que la vigilancia costera ha caído

Los grupos trabajan a todo tren azuzados por el mar en calma y la creencia falsa de que el celo es menor por la crisis en Cataluña

Alicia Negre

Murcia

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Jueves, 12 de octubre 2017

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Hacía mucho tiempo que las costas de la Región no asistían a una oleada de pateras de esta envergadura. En la última semana, más de 200 inmigrantes irregulares han sido interceptados por la Guardia Civil y por Salvamento Marítimo cuando trataban de alcanzar el litoral murciano. En la tarde de ayer otras dos barcazas, con 17 personas a bordo, llegaron a Cartagena, sumándose a los 95 magrebíes arribados en las últimas 24 horas. Una importante llegada de 'sin papeles' que, sin embargo, no ha pillado desprevenidos a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado que, según pudo saber 'La Verdad', ya aguardaban desde el pasado fin de semana una posible avalancha de barcazas.

Los inmigrantes aprovechan normalmente para alcanzar el continente europeo los días en los que las condiciones meteorológicas favorecen la navegación y la travesía resulta mucho menos peligrosa. El mar lleva varios días en calma, lo que impulsa estos viajes. Esta no es, sin embargo, la única explicación para este fenómeno. Según explicaron algunos de los efectivos que trabajan con los inmigrantes, las mafias también están trabajando estos días a todo tren amparadas en la idea de que la situación política que se vive en Cataluña podría haber generado un desplazamiento de efectivos hacia esa comunidad y, por tanto, una mayor relajación en la vigilancia de la costa murciana.

Radares e infrarrojos

Una idea que, sin embargo, no obedece a la realidad, ya que, pese al traslado de casi un centenar de agentes del Instituto Armado y el Cuerpo Nacional de Policía a Cataluña, el Servicio Marítimo de la Guardia Civil sigue funcionando a pleno rendimiento. Las costas, además, son controladas por el Sistema Integrado de Vigilancia Exterior (SIVE), un avanzado dispositivo de radares y cámaras de infrarrojos que, a partir de su instalación en 2009 logró rebajar la arribada de pateras un 80%.

El delegado del Gobierno, Antonio Sánchez-Solís, descartó ayer, en el acto conmemorativo de la Virgen del Pilar, Patrona de la Guardia Civil, que exista una carencia de medios y quiso destacar la «labor humanitaria» que presta este cuerpo y el de la Policía Nacional ante el fenómeno de la inmigración. «Es una tragedia humana el hecho de que en el siglo XXI haya tantas personas que se vean en la obligación de cruzar el Mediterráneo en esas condiciones para llegar a nuestro país y buscar una vida mejor».

El delegado no aclaró, sin embargo, si la elevada cifra de 'sin papeles' llegados a la Región en los últimos días podrán alojarse en el centro de internamiento de extranjeros (CIE) de Murcia -donde esperan su repatriación- o si tendrán que derivarse hacia centros de otras comunidades autónomas.

El coronel jefe de la Quinta Zona de la Guardia Civil, Jesús Arribas, también se refirió, a lo largo de su discurso, a la inmigración y recordó que en lo que va de año ya han alcanzado la costa murciana 747 inmigrantes en 73 embarcaciones -ayer se sumaron dos más-.

De acuerdo a los datos que maneja la Delegación del Gobierno -que solo recogen la proporción del fenómeno que acaba siendo detectada por los efectivos de la Guardia Civil o de Salvamento Marítimo-, los 529 'sin papeles' sorprendidos el pasado año duplicaron el número registrado en 2015 y, sin embargo, la cifra ya se ha quedado pequeña. A casi tres meses aún de cerrar este 2017, suman ya 764 los inmigrantes que se jugaron la vida encima de una barcaza para llegar hasta Europa. La cifra supera, incluso, las cotas de 2007 y 2008, los años más fuertes de este fenómeno. Ni la fragilidad de sus barcas, ni la oscuridad de las noches en alta mar, son capaces de alejarlos de su deseo de prosperar.

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