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INMA RUIZ
LORCA
Jueves, 10 de agosto 2017, 01:28
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«Cuando llega esta época del año tenemos pánico; es un sinvivir». El presidente de los vecinos de Campillo, Joaquín Giner, expresó así el sentimiento de los habitantes de la zona ante la posibilidad de que una tormenta descargue en el mismo lugar que ya fue pasto de la riada de San Wenceslao en 2012. «No se ha hecho nada para evitar que se repita, pero es que la situación es mucho peor que hace cinco años», lamentó.
Una mejora del proyecto para la ampliación de las obras de drenaje de las carreteras RM-11 (Lorca-Águilas) y RM-621 (Lorca-Purias), que cruzan la rambla de Biznaga, ha retrasado los trabajos que ya estaban adjudicados. El concejal de Fomento e Infraestructuras, Ángel Meca, explicó a 'La Verdad' que los vecinos han pedido que se baje la rasante y que se construyan dos marcos más, que se sumarían a los tres diseñados inicialmente, «para poder evacuar más fácilmente casi el doble de agua ante episodios de lluvias abundantes».
La rambla de Biznaga es un importante afluente del Guadalentín, que recoge las aguas procedentes de las ramblas de Torrecilla, de Béjar y parte de la de Nogalte, por lo que puede acumular un caudal muy importante. Así sucedió en la riada de la que el 28 de septiembre se cumplirá el quinto aniversario.
Este mes de septiembre está previsto diseñar la mejora tras evaluar a qué cota se puede bajar la rasante, aseguró el edil, quien añadió que la modificación está consensuada con la Confederación Hidrográfica del Segura CHS, la Dirección General de Carreteras y la Asociación de Vecinos de Campillo. Las obras, que podrían comenzar a finales de ese mismo mes, están presupuestadas en un millón de euros.
Elrepresentante vecinal afirmó que estos trabajos deberían estar terminados desde hace tiempo, porque «nadie se puede imaginar hasta qué punto vivimos en una situación de riesgo permanente cuando llega esta época del año. Solo nos queda rezar para que la tormenta no descargue aquí».
Aumentar la capacidad de desagüe de la rambla de Biznaga es solo parte de la solución para los habitantes de la zona. Otro de los afectados, Antonio Reinaldos, se mostró convencido de que «una evacuación a mayor profundidad será un paso importante, pero no va a ser suficiente, porque ante un episodio de gota fría no hay drenaje que valga». Recordó que en la riada de hace cinco años quedó embalsada agua durante un mes hasta una altura de tres metros, porque la autovía sirvió de presa. Reclaman que la CHS actúe con mayor agilidad que la demostrada hasta ahora, encauce la rambla de Biznaga y construya una presa en la de Nogalte como única solución posible para frenar la fuerza de agua ante las avenidas.
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