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Cáritas abrirá en octubre una casa de acogida para personas que viven en la calle

Tendrá capacidad para ocho residentes, que recibirán formación profesional y serán atendidos por médicos y trabajadores sociales

INMA RUIZ

LORCA

Miércoles, 16 de agosto 2017, 03:15

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Cáritas Interparroquial tiene previsto abrir el próximo mes de octubre una casa para personas que viven en la calle. «Queremos ofrecer una oportunidad a gente a la que la vida ha golpeado duramente. Hemos visto la necesidad en el municipio y vamos a tenderles la mano porque no se merecen la ignorancia y el desprecio de la sociedad», anunció a 'La Verdad' el presidente de la ONG en Lorca, Lázaro Caballero. La vivienda tendrá capacidad para ocho personas a las que no solo se les dará cobijo, también una formación profesional «para que puedan optar a un puesto de trabajo, a una vida normal».

Los residentes serán asistidos, en función de sus necesidades, por trabajadores sociales, psicólogos, médicos y enfermeros. «El gasto de la vivienda será muy importante; no podríamos afrontarlo, por lo que recibiremos el respaldo económico de Cáritas Diocesana», que ha incluido este proyecto en sus presupuestos generales, explicó Caballero.

Cáritas sigue buscando un local adecuado donde instalar el albergue de transeúntes después de que el rechazo de los vecinos del barrio de San Diego impidiera el pasado mes de mayo la implantación de este servicio en la zona. «Es una pena porque era un sitio ideal. No entiendo el rechazo de los vecinos. Al albergue no vienen personas que den problemas, necesitan nuestra ayuda, no podemos darles la espalda».

La ONG busca un local con destino a su albergue de transeúntes tras el rechazo de vecinos de San Diego

Desde que el pasado mes de marzo la ONG se viera obligada a cerrar sus instalaciones en el antiguo depósito carcelario por riesgo de hundimiento, los transeúntes son atendidos, de manera provisional, en la parroquia de San Mateo desde las 20.30 horas hasta las 23 horas todos los días de la semana. «Les damos unos vales para que puedan alojarse en algún hostal y para la cena y el desayuno». Caballero lamenta que «no es una atención adecuada, no podemos ofrecer el contacto personal y la asistencia que estas personas necesitan, ahora esto funciona como una oficina».

El importante desembolso económico que supone para la organización este sistema es otro de los problemas añadidos. En verano acuden diariamente de tres a seis personas, porque la mayoría de transeúntes se desplazan a localidades de la costa. Pero en invierno la media se eleva y «tendremos que hacerle frente con mucho esfuerzo».

La Concejalía de Servicios Sociales y la ONG han estudiado más de una docena de emplazamientos alternativos, pero «no es fácil encontrar un local de las características que necesitamos. Me temo que esto se va a alargar, sobre todo si continúa el rechazo social».

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