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A. S. / P. W. R.
Sábado, 28 de noviembre 2015, 00:56
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Las pinturas murales descubiertas en la colegiata de San Patricio estaban escondidas bajo capas de cal. Este elemento cáustico se usaba entonces como desinfectante en los periodos de epidemias y para dar solución a situaciones de insalubridad como consecuencia de los enterramientos que se llevaban a cabo en los templos.
La cal, en el caso de la colegial de San Patricio, se aplicó sobre las pinturas. Los pigmentos se realizaron sobre una base de piedra, por lo que al ser tan dura se optó por no picar y recubrir con yeso, como ha sido el caso de otros templos. De esta forma, las pinturas han estado escondidas, pero también protegidas durante todo ese tiempo y ahora se podrán recuperar en su integridad al no haber sufrido deterioro alguno.
Su recuperación podría compatibilizarse con el uso de la colegiata, aunque los técnicos se muestran partidarios de que la rehabilitación sea total antes de que vuelva a abrir sus puertas.
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