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Un cofrade blanco observa las nuevas puertas de bronce de la capilla del Rosario.
Pasión blanca hecha bronce

Pasión blanca hecha bronce

Las nuevas puertas de la capilla del Rosario recogen a la Amargura en procesión. El trabajo de la artista Marta Maldonado sirve de colofón a las obras del conjunto monumental de Santo Domingo

P. W. R. / A. S.

Sábado, 7 de marzo 2015, 00:58

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Las nuevas puertas de la capilla del Rosario, sede religiosa del Paso Blanco, están ya a la vista, aunque el acto de inauguración oficial está previsto para el próximo viernes, día 13, con asistencia del presidente regional, Alberto Garre. Pero la directiva de la cofradía ha querido que, previamente, los cofrades, y los lorquinos en general, tengan la oportunidad de contemplar los bajorrelieves de bronce que decoran estas puertas.

Con la denominación de 'Puertas de la Salvación' la cofradía blanca quiere concluir las obras de rehabilitación del conjunto monumental de Santo Domingo. El proyecto global incluye las puertas en bronce de la capilla y las del museo, aunque ahora solo se han materializado las primeras. El Paso Blanco eligió a la artista Marta Maldonado, licenciada en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid y con un extenso currículum, para materializar este proyecto debido, como indica con detalle la memoria previa, «a su gran prestigio profesional y artístico».

Las puertas, indican fuentes de la cofradía, pretende materializar el intento de emular las grandes puertas de acceso que Salomón habilitara en el Templo de Jerusalem, siguiendo, de alguna manera, otras iniciativas similares llevadas a cabo en otros templos singulares.

En este caso las puertas que se han instalado en el acceso a la capilla del Rosario se pueden considerar monumentales pues miden 3.020 milímetros de ancho por 4.650 de altura, acabadas en arco de medio punto. En su confección se han empleado 2.400 kilos de bronce.

Marta Maldonado presentó varios dibujos y el elegido para materializarlo en bronce recoge al paso de la Virgen de la Amargura, a hombros de cofrades, por la carrera principal el Viernes Santo, mientras desde las tribunas un público enfervorizado agita pañuelos y lanza vivas.

Los artesanos elegidos por la cofradía para hacer realidad este proyecto ha sido la empresa especializada Fundirmetal Amando, creada en 1810 y que desde su fundación se ha distinguido por un trabajo de gran calidad. En este caso la técnica elegida ha sido la de 'cera perdida', un procedimiento escultórico de tradición muy antigua, siglo III a. C. que sirve para reproducir modelos de metal por medio de un molde que se elabora a raíz de un prototipo de arcilla, escayola y silicona.

Este modelo previo es rodeado de una gruesa capa de material blando que se solidifica y, una vez endurecido, se reproduce en cera la pieza a ejecutar. Después, se cubre de material cerámico y se mete en un horno que derrite la cera de la figura que sale por unos orificios preparados por los que se inyecta el metal fundido.

Para extraer la pieza final hay que destruir el molde y gracias a esta técnica de vaciado se pueden conseguir figuras escultóricas metálicas sólidas y duraderas, con detalles que sería imposible lograr por otros medios. Este tipo de trabajo requiere un largo y costoso proceso, peor ha permitido que las nuevas puertas de la capilla sean de gran calidad.

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