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La cuatro generaciones de Melgarejo, durante su encuentro en Jumilla.
Entre bisabuelos y gemelos Melgarejo

Entre bisabuelos y gemelos Melgarejo

Más de 60 familiares de cuatro generaciones de esta estirpe se reúnen en la localidad para estrechar lazos

SARAY FERNÁNDEZ

Domingo, 24 de julio 2016, 01:31

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Sangre, unión y mucho cariño. Los Melgarejo han demostrado que la lealtad a un apellido es capaz de trascender hasta cuatro generaciones. Y esta familia originaria de Jumilla reunió hace unos días a todos sus componentes para una comida de hermandad. Una celebración en la que estuvieron presentes todos los descendientes de Antonio Melgarejo Marín y Magdalena Hernández Gómez, patriarcas de este gran árbol genealógico que se ha mantenido sólido a lo largo de los años. Nada más y nada menos que cuatro generaciones se unieron para consolidar sus resistentes lazos. Los kilómetros habían distanciado a esta familia que, por lo general, solía verse esporádicamente y no siempre con motivo de buenas noticias. La familia, compuesta por siete hermanos, tres de los cuales han fallecido, decidió reunirse con el resto de sus descendientes para festejar en una alegre celebración la necesidad de disfrutar todos juntos.

De los cuatro hermanos de la familia que continúan con vida, solo dos de ellos, Francisco y Magdalena, mantienen un contacto continuo ya que ambos residen en Jumilla. Sin embargo, los otros dos, Lorenzo y Antonio, por diversos motivos, tuvieron que emigrar y trasladarse fuera de la localidad jumillana. Lorenzo se instaló en Elche y Antonio, en Valencia.

Por ello, la reunión se presentaba como una excusa perfecta para poder retomar sus raíces y afecto entre todos los parientes, así como también para compartir recuerdos con los más pequeños del clan. Hermanos, primos, hijos, nietos y algún que otro bisnieto, participaron en esta cita, donde más de 60 familiares se reunieron para recordar y conmemorar el honor del apellido Melgarejo. Y Francisco, el hermano mayor, contempló ilusionado la cuantiosa parentela que atesora. Agarrado a su bastón reflexionó sobre el paso del tiempo, consciente de que los años traen vida pero también la quitan. Y expuso entre lágrimas de felicidad que «envejecer es una oportunidad para recoger todo el amor cosechado».

Una familia que cuenta además con una fuerte dosis de amor multiplicada por dos debido a que entre los descendientes hay hasta tres parejas de gemelos. Maruja Melgarejo, hija de Pascuala, una de las hermanas ya sin vida, fue madre de los primeros gemelos de la familia, Pascual y José. Este último, para su sorpresa, también ha tenido dos niños gemelos, Eric y Unai, de tres años, quienes fueron los asistentes más pequeños al encuentro. También Antonio, hijo de Francisco, se unió a esta revolución genética y tiene dos niñas mellizas, Marta y Lorena.

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