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José Cubero Luna. L.V
José Cubero Luna: «Intento transmitir la pequeña historia de Vistabella en la década de los 50»

José Cubero Luna: «Intento transmitir la pequeña historia de Vistabella en la década de los 50»

El escritor José Cubero Luna presenta su 'Vistabella mon amour'

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Viernes, 8 de junio 2018, 07:56

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Mirar hacia adentro y hacia atrás son las dos grandes formas de conocerse. Y José Cubero, después de la exitosa experiencia inaugurada con sus 'Memorias de un niño murciano', continúa la rememoración de su ayer con la entrada en la adolescencia y los descubrimientos y personajes que en ella lo asaltaron: el cine Popular, las clases en el Alfonso X o Maristas, las correrías por la Isla de las Ratas, los primeros cigarrillos, el amor infructuoso, las riadas del Segura, la atmósfera política del franquismo... Si recordar quiénes fuimos ayuda a entender quiénes somos, la magia literaria de Cubero convierte esa exploración emocional en el retrato insuperable de un mundo y de una época todavía cercanos, pero que empiezan a diluirse. Leer 'Vistabella, mon amour', en su opinión, «nos permite pasear por la Murcia que ya no vemos, pero de la que venimos...».

-¿Qué propone a los lectores en esta nueva obra?

-Mi deseo en la obra 'Vistabella, mon amour' es la de transmitir al lector la pequeña historia del barrio en la ya lejana época de la década de los años cincuenta, intentando reflejar las vivencias y personajes de entonces, así como algunas anécdotas curiosas de la vida murciana.

-En su primer libro nos acercó a sus recuerdos infantiles, ¿con cuál de ellos se quedaría?

-Mis recuerdos de la infancia murciana fueron muchos y muy queridos. No sé cuál prevalecería, pues tanto en el camino de La Ñora como en Vistabella hice grandes amistades que todavía perduran. Sí, me quedaría con mis queridos amigos.

-¿En qué o qué le inspira antes de ponerse a escribir?

-Esto de la inspiración me parece un tanto ambiguo. Lo que suelo hacer es ir tomando notas o instantáneas que después desarrollo para ir dando cuerpo a la historia que intento narrar. La verdad es que no creo mucho en la inspiración.

-¿Cuál es el rincón de Vistabella que más le agrada?

-Son muchos los rincones que me gustan de aquella Vistabella que yo viví. Sin duda, me quedaría con la plaza Central o de los Patos, que era nuestro punto de reunión con las chicas y los amigos en los calurosos veranos. Era y es una plaza con magia. Estoy seguro de que todavía sigue atrayendo a la juventud actual.

-¿Quiénes eran 'la Tuerta' y 'el legionario', a quienes cita en su obra?

-Bueno, eran personajes medio ficticios y medio reales. En verdad, eran unos vagabundos que pululaban por el barrio y vivían en una cueva que construimos nosotros y que después les cedimos. La historia de estos personajes está un tanto fabulada. Viene a definir la miseria de aquellos años, no sólo en Murcia, sino también en el resto del país.

-¿Cree que los murcianos han cambiado en estos años su forma de ser, de pensar, de vivir...?

-¡Claro que lo creo! Aunque la esencia no se puede cambiar, sí que se puede modificar la forma de expresión, la mentalidad y, sobre todo, los cambios que se han introducido en la sociedad por medio de las nuevas tecnologías. No, el murciano no es el mismo de hace cincuenta años, evidentemente.

-¿Quién le ha editado el libro o dónde puede adquirirse?

-'Vistabella, mon amour' es la segunda parte de 'Memorias de un niño murciano'. Transcurre en el barrio de Vistabella, donde viví casi siete años. El libro está editado por MurciaLibro, por el editor Francisco Serrano. Se puede adquirir en las librerías de Murcia, especialmente, pero también en cualquiera otra librería del país, dando el nombre de la editorial, así como el título del libro y el nombre del autor.

-¿Trabaja usted ahora en algún otro proyecto?

-Sí, sigo trabajando, claro. Tengo algunos libros a punto de acabar, como 'El Charnego ilustrado', que transcurre en Barcelona, en torno a los años ochenta. También una novela corta: 'La Decisión', ambientada en un Madrid de postguerra, cuando el militarismo franquista estaba en todo su auge. Además, en el cajón hay algunas más (cuentos y poesías) que esperan la ocasión de ver la luz.

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