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Andrés Jerez, en los laboratorios del IMIB del Centro Regional de Hemodonación-Servicio de Oncohematología del Morales. Vicente Vicéns / AGM
Investigadores del Morales buscan frenar la leucemia mediante ingeniería genética

Investigadores del Morales buscan frenar la leucemia mediante ingeniería genética

La concesión de una beca Gilead permitirá al equipo que lidera Andrés Jerez estudiar si la edición genómica es eficaz en el control de las células tumorales

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Lunes, 27 de noviembre 2017, 07:52

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Cortar y reparar ADN mediante las últimas técnicas de edición genómica para tratar de frenar la progresión de células tumorales en un tipo de leucemia linfática crónica para el que no hay en este momento tratamientos realmente eficaces. Así de ambiciosa es la meta que se ha marcado para los próximos años el Grupo de Hematología y Oncología Clínico-Experimental del Morales Meseguer, uno de los más potentes del Instituto Murciano de Investigación Biosanitaria (IMIB).

El proyecto, dirigido por Andrés Jerez, acaba de recibir un importante impulso gracias a la concesión de una de las becas del prestigioso 'Gilead Fellowship Program', que se entregaron la semana pasada en Madrid. Los investigadores murcianos dispondrán de 60.000 euros para poder desarrollar su trabajo. «Nuestro objetivo es avanzar en la medicina de precisión -explica Andrés Jerez-; queremos identificar dianas terapéuticas en un grupo de pacientes con el tipo de leucemia más frecuente, la leucemia linfática crónica, que no responden bien a los tratamientos actuales». A día de hoy, los científicos ya conocen «con exactitud qué genes, de los 25.000 que tenemos, están dañados en este tipo de pacientes». A la luz de estos datos, los investigadores del Morales Meseguer han llegado a la conclusión de que aquellos enfermos que presentan una alteración en el gen Notch1 «responden peor a los tratamientos». Además, «hemos observado que esos pacientes presentan una actividad aumentada» de una molécula, llamada Ciclina D2, «que provoca que las células sigan dividiéndose de manera incontrolada», explica Andrés Jerez.

  • El proyecto Los investigadores aplicarán la técnica de edición genómica CRISPR-Cas9 en un tipo de leucemia linfática crónica para la que no hay actualmente tratamientos realmente eficaces. Son pacientes que presentan una alteración en el gen Notch1, y en los que la división de las células tumorales se ve beneficiada por la presencia de una molécula «sobreactivada».

  • Los investigadores El proyecto, que coordina Andrés Jerez, se desarrolla desde el servicio de Oncohematología del Morales Meseguer, que dirige Vicente Vicente.

  • La beca El 'Gilead Fellowship Program' ha becado con 60.000 euros el proyecto.

Gracias a la beca Gilead, los investigadores del servicio de Oncohematología del Morales Meseguer continuarán con sus experimentos para «comprobar si la corrección de esa Ciclina D2 consigue eliminar esa ventaja para sobrevivir que tiene la célula leucémica, con el objetivo de eliminarla». Para ello, «usaremos técnicas de reciente desarrollo», subraya. Esta tecnología a la que se refiere Andrés Jerez es conocida como CRISPR-Cas9, y está protagonizando una auténtica revolución en el campo de la ingeniería genética.

La técnica CRISPR-Cas9

Si hoy los oncohematólogos del Morales Meseguer albergan la esperanza de poder frenar la leucemia linfática crónica a través de esta vía es gracias a los hallazgos del microbiólogo de la Universidad de Alicante Francis Mojica, quien hace 25 años descubrió las conocidas como secuencias CRISPR en el ADN de organismos unicelulares procariotas (bacterias y arqueas). Estas secuencias son la base de la técnica de edición genómica CRISPR-Cas9, que permite «cortar» una secuencia de ADN en la que hay información defectuosa para después «reparar». El microbiólogo alicantino, cuyo nombre ha sonado en los últimos años en las quinielas del Nobel, lo explicaba así a 'La Verdad' a principios de mes, con motivo de su ingresó en la Real Academia de Medicina y Cirugía de Murcia.

Andrés Jerez y el resto de investigadores del proyecto llevarán ahora a cabo esta labor de edición genómica con el objetivo de tratar de frenar el cáncer. «Intentaremos comprobar los efectos de eliminar esa activación exagerada de la Ciclina D2, anulando el gen que da lugar a la molécula», subraya.

«Este tipo de manipulación solo nos la planteamos fuera del paciente -aclara el hematólogo-, en experimentos con sus células aisladas en cultivo en el laboratorio». Se necesitan «más conocimientos de seguridad para aplicar directamente este tipo de edición génica en el propio paciente», advierte. La esperanza es que sea posible hacerlo «en un futuro no muy lejano».

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