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Fernando Bañuls. edit.um.es
«Lo que me interesa es pasarle el problema al espectador»

«Lo que me interesa es pasarle el problema al espectador»

Fernando Bañuls combina su trabajo de profesor de Filosofía con su pasión por la pintura

TERESA RUEDA

Lunes, 5 de marzo 2018, 08:33

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Su vida se entrelaza igual que su principal técnica artística: el 'collage'. De la misma forma que en sus cuadros mezcla grabados, pintura, libros o clavos, su trayectoria combina tantas disciplinas como cuadros en su exposición. Profesor en la Universidad de Alicante y formado en Filosofía, Sociología y Derecho, empezó pronto sus andanzas en la lectura y se convirtió en un amante de esta: «La lectura la pondría en el centro de todo». Sus aproximaciones al arte llegaron de la mano de la crítica, y no fue hasta diciembre de 2014 cuando «pasé al caballete». Desde entonces, este «hombre del siglo pasado», como él se describe, ha expuesto en varias salas; la última, con 'Fallo del sistema'.

-Sus obras están basadas en algunos autores contemporáneos que crean el contexto. ¿Cuánto de usted y cuánto de ellos hay en la obra?

-Yo trabajo mucho desde la historia del arte contemporáneo. Mi trabajo va de lo conceptual a lo plástico; pienso sobre algunos problemas que me interesan o me preocupan, y después busco la forma de plasmarlo en una obra artística. Para hacerlo, me inspiro (y a veces reproduzco) obras clásicas del expresionismo americano o de pintores españoles contemporáneos. No es cuestión tampoco de nacionalidades, sino de autores que me interesan.

-¿Qué espera provocar en su público?

-A mí lo que me interesa es pasarle el problema al espectador. Yo hago lo que quiero, y el problema lo tiene el que mira mis obras. No es que trate de transmitir un mensaje que si aciertas está bien, y si no, no; sino que yo plasmo lo que estoy interesado en plasmar, y dejo a la contemplación del espectador cualquier consideración. Si le digo la verdad, no me interesa especialmente.

-Al ser profesor de Filosofía, quizá considera más la visión subjetiva de cada persona, que cada uno sienta lo que quiera.

-Lo que pasa es que no soy defensor de eso de 'para gustos, los colores', porque, si no, cualquier cosa valdría, y yo no lo entiendo así; yo creo que hay cosas que valen y cosas que no. Si quiero explicarte algo, escribo un artículo y lo publico, pero para eso no hago un cuadro; si hago un cuadro es porque siento que quiero plasmar una representación artística y no sé por qué lo quiero así.

-¿Con qué obra de sus series sintió una mayor conexión?

-Hay alguna más dura que otra. Hay una de Glover sobre el siglo XX, que fue una centuria de muchas barbaridades; hay algunas imágenes de tortura y muy feas. También hay uno de Primo Levi, que es una trilogía sobre la justificación teórica del nazismo. Este autor me impacta como escritor, y también por ser un superviviente de Auschwitz.

-Sus obras son una mezcla entre literatura e historia del arte contemporáneo. ¿Qué rama le tira más?

-A partir de la lectura y de lo que esta provoca, me voy al lienzo. No tendría sentido uno sin otro. A la hora de gustos personales, yo soy más lector. Me puedo representar a mí mismo sin pintar, pero difícilmente sin leer. Yo empecé a pintar muy tarde, pero los primeros cuadros con los que comencé fueron para buscarle una ocupación a algunos libros que me interesan mucho. Pondría en el centro la lectura.

-En la serie 4 de su exposición el público encuentra a Bartleby y a Fernando Pessoa. Las dos obras se muestran muy diferentes: una, ordenada y en calma; y la otra, un caos. ¿Por qué se han puesto juntas?

-En concreto, esa serie es la más heterogénea de todas; recojo cosas que me gustan de cada autor, pero no existe una conexión o un hilo común. Son sencillamente autores a los que les tengo reverencia, y no están en una temática en concreto.

-Por lo que veo, es un autor que hace, a su manera, lo que le da la gana.

-Yo me he metido ahora en este mundillo, pero un profesional me contó una vez que su galerista le decía que no se fiaba de los artistas que no tenían otro trabajo, porque entonces estaban en función del mercado; perdían mucho valor porque hacían lo que se les decía. Al vivir de ello, tienes que hacerlo para vender. Pero al no ser mi primera ocupación, hago lo que me da la gana, me lo paso muy bien, y lo cuelgo en la pared porque lo haces con la intención de que la gente lo vea, pero ya está.

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