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Demasiado perro ·

Pedir un 155 del agua es pedir, como marca el 155, que nos intervengan la Comunidad Autónoma porque… ¡no tenemos agua!

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Viernes, 15 de diciembre 2017, 23:45

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Hace un par de semanas estuve en Santiago de Compostela y quedé sorprendido. ¿A que no adivinan ustedes cuál era el tema estrella, el monotema que preocupaba sobremanera a todos y cada uno de los ciudadanos con quienes hablé? Se lo digo: el agua. La sequía. Parece mentira ¿verdad? En Galicia. Pues sí, resulta que en pleno siglo XXI nos encontramos con que los ciudadanos de Galicia viven agobiados por la falta del líquido elemento. Las restricciones eran inminentes, en Coruña en una semana y en Vigo, en dos. Y dirán ustedes… «¿restricciones en Galicia?». Pues así es, amigos, dado que lleva un año sin llover por allí, que el subsuelo no recarga y que no se han construido infraestructuras hidráulicas para retener agua, los gallegos viven momentos de agobio. Ahora, el cambio climático es un hecho, por más que Trump y una panda de 'neocons' se empleen en negarlo. Y Galicia, tras un año sin llover, está sin agua.

Ahora, pídele tú agua a un gallego. Es por esto, que los ciudadanos del norte que ahora se ven con restricciones, no pueden comprender que 'los de Murcia' pidan agua. Porque no es fácil explicarles que, al no existir allí una cultura de ahorro, no se han creado infraestructuras para disponer de ella incluso si no llueve. Eso no había pasado. Los dos pantanos que abastecen Galicia están bajo mínimos y se han producido enfrentamientos entre municipios por los trasvases que han hecho dentro de la comunidad autónoma. ¿Les suena?

Nosotros pertenecemos a una cultura del agua que es milenaria. En Beceite, Teruel, donde pasé varios veranos, la gente se sorprendía cuando contaba que aquí el agua de casa se paga. Allí no, enchufan la tubería al río y punto, gratis. Mi sobrina, que vive en Suecia, tampoco paga agua. Pero nosotros sí. Tenemos que comenzar a comunicar mejor, a explicar lo que hacemos aquí con el agua y tenemos la obligación de hacer pedagogía con el tema porque en eso, por desgracia, vamos por delante y el cambio climático es un hecho.

Alegre inconsciencia. Un Estado de verdad, un país serio, lleva a cabo planificaciones minuciosas y a largo plazo sobre aquellos recursos y/o sectores que se consideran estratégicos. Todos entendemos que USA, Francia o Alemania desarrollan sesudas planificaciones sobre el carbón que se va a necesitar, sobre cuánto petróleo disponen y cuánto necesitarán, si son necesarios más tanques o no, cuáles son los posibles enemigos y de dónde vendrán, cómo van las reservas de madera o el estado presente futuro y pasado de su atmósfera. Un país que se precie, planifica. Y planifica en sectores clave, desde recursos, pasando por seguridad nacional, previsiones de recaudación y planteamientos geoestratégicos varios. Es por esto que no cabe en cabeza humana que, siendo éste un país con una importante vertiente mediterránea que no es, lo que se dice, excedente en agua, no se haya realizado una planificación a nivel estatal de 'cuánta agua tenemos', 'cuánta vamos a necesitar', 'cómo la muevo' y 'de dónde puedo sacarla cuando no tenga'. Esto tenía que hacerse a cincuenta años vista, tenerlo todo preparado, estudiadas las posibles contingencias y el suministro asegurado. ¿Existe algo así en España? No, padre.

PHN. En el asunto del agua somos un país de pandereta. No hay un todo, sino 17 comunidades enfrentadas sin entender que, con el cambio climático, esto ha cambiado. Y para todos. No se soluciona con ocurrencias de asesor mediático como «el 155 del agua». Por Dios, reflexionemos sobre esa tontería. Pedir un 155 del agua es pedir, como marca el 155, que nos intervengan la Comunidad Autónoma porque… ¡no tenemos agua! Frivolidades aparte, hemos de cambiar nuestra forma de pensar, tenemos que sustituir ya los viejos paradigmas. Si seguimos con la desalación a tope, igual llega el día en que somos nosotros los que tenemos que enviar agua hacia arriba. Con el cambio climático y con lo que sucede en el norte, no es descartable que tengamos que importar el agua incluso de Francia y se hace evidente que hay que desarrollar infraestructuras en las comunidades del norte de España para poder llevar, traer y servir agua a sus ciudadanos. ¿Eso cómo se llama? Pues se llama Plan Hidrológico Nacional. No un trasvase del Ebro, no. Europa casi nos sanciona por no hacer los deberes. Rajoy no ha tenido pelotas a hacerlo. Y es necesario. No sólo para trasvasar al sur, sino para traer agua de Europa, para subirla hacia el norte y para que los gallegos también dejen de pasar sed. Como nosotros.

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