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Manuel Martínez-Tafalla. Vicente Vicéns / AGM
«Por encima de los tecnicismos de la partitura, prefiero la improvisación»

«Por encima de los tecnicismos de la partitura, prefiero la improvisación»

Manuel Martínez-Tafalla. Violinista

MINERVA PIÑERO

Viernes, 20 de octubre 2017, 08:54

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Cautivado por las trompetas que escuchaba en las procesiones de Semana Santa durante su infancia, Manuel Martínez-Tafalla decidió, con el apoyo de sus padres, encauzar su formación musical inscribiéndose, por petición materna, en la especialidad de violín en el Conservatorio Profesional de Lorca. Olvidada la ilusión del instrumento de viento, a los catorce años empezó a compaginar sus estudios profesionales con numerosos conciertos en grupos de pop. Desde 2012, su violín es el encargado de dar los notas más agudas de la banda Lady Ma Belle.

-Dicen que es el instrumento más difícil. ¿Es así?

-De lo más complicados, seguro. Para tocar medianamente bien, hacen falta práctica, oído y perseverancia. El músico debe coordinar perfectamente la mano derecha, encargada de marcar la velocidad de la música, con la izquierda, que da las notas melódicas. No es como el piano, instrumento en el que pones la mano en las teclas y suena, o como la guitarra, en el que sacas un sonido agradable apoyando los dedos sobre el traste. Cuando adquirí las nociones básicas para tocarlo aceptablemente, mi hermana pequeña también se apuntó al conservatorio, y, al escucharla, me di cuenta de lo mal que suena en los principiantes. Me sorprendió que mis padres quisieran repetir la experiencia.

-¿Por qué pasó de la música de cámara a la de un grupo de pop?

-Porque el conservatorio es un mundo cerrado, un ámbito que no deja hueco a la improvisación. Aunque me gustaba tocar en orquestas y en grupos de cámara, echaba de menos probar otros estilos, como el pop o el jazz, género que cursé en una asignatura optativa. El profesor me dijo que era el primer violinista que entraba a su clase, y me encantó.

-¿Y del violín clásico al eléctrico?

-Llegar tarde a casa, tener que estudiar con el instrumento un par de horas por la noche y no molestar a los vecinos, es una ecuación difícil de resolver. Con el violín eléctrico podía solucionarla usando unos auriculares. Con el tiempo, empecé a llevármelo a los conciertos de pop, ya que prefería guardar el clásico para otras ocasiones: tiene doscientos años y quiero que sume más temporadas.

-¿Doscientos años?

-Y algunos más. Fue fabricado en 1802 como copia de un Stradivarius, y sigue sonando perfectamente. Pensar en las dos guerras mundiales que ha vivido y en la cantidad de gente que lo ha podido tocar, lo convierten en un instrumento especial. Es tan longevo y tan romántico, que lo quiero como si fuera mi hijo.

-¿Se siente en segundo plano compartiendo escenario con cantantes y guitarristas?

-Parece que ellos son los únicos músicos que pueden llamar la atención, pero, el violín, al ser tan poco común en los conciertos de pop, genera un gran impacto. Al público le atrae su diseño, es hueco.

-Ha tocado en ambientes más nocturnos. ¿Con qué tipo de música combinaba su instrumento en las discotecas?

-Con 'house', estilo musical con el que se complementa perfectamente. Empecé a participar en este tipo de iniciativas hace cinco años, momento en el que estaba de moda que los saxofonistas tocasen en las discotecas, y la gente se asombraba al ver a un violinista subido en la tarima. Más tarde, trasladé la idea a las clases de 'spinning' en los gimnasios.

-¿Se subía también a la bicicleta?

-Claro. Mientras seguía la cadencia de la clase con los pies en los pedales, daba las notas y el ritmo de las canciones con las manos.

-¿Disfruta más como solista o en grupo?

-Cuando eres el único protagonista puedes lucirte más, pero, la satisfacción, si es compartida con más músicos, sabe mejor.

-¿Compone?

-Siempre que puedo. Para descansar de mi rutina como ingeniero industrial, la composición se convierte en mi vía de escape.

-¿Se plantea ser profesor de conservatorio?

-No me convence. Como es un organismo que limita la espontaneidad, me decantaría por dar clases en una escuela de música. Por encima de los tecnicismos de la partitura, prefiero la improvisación.

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