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ALEXIA SALAS
Martes, 26 de mayo 2015, 13:16
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Ya son solo unos cuantos tablones carcomidos por la humedad, pero los turistas aún se fotografían ante su porte marinero y decadente. El Floridablanca es al tiempo el orgullo y la afrenta de los pinatarenses y, en cierto modo, la imagen de un municipio al ralentí respecto a la velocidad de los otros pueblos que bordean el Mar Menor. El paisaje del centenario icono turístico, vallado y cubiertas con lonas sus vergüenzas, formó parte de la anterior campaña electoral y continúa en ésta, porque nadie ha sido capaz de reconstruir el balneario-restaurante, como parte del impulso que necesita el sector turístico que más riqueza paisajística y natural tiene del litoral murciano.
Al mirar hacia el Parque Regional de las Salinas y Arenales de San Pedro, una península de sal y flamencos de 856 hectáreas, es inevitable tropezar la mirada con otros dos símbolos locales por reconstruir: los molinos salineros de Quintín y la Calcetera, que tampoco han encontrado inversor. La regeneración de la playa de Villananitos figura también en el apartado de asuntos pendientes, no así la ampliación del puerto privado de Lo Pagán.
A la lista se suma la playa de La Llana, cuya pérdida de superficie atenaza al espacio protegido de las salinas y a la propia industria salinera. A pesar de que numerosos estudios han señalado el puerto de San Pedro, que incluye dos dársenas deportivas, el carguero y el pesquero, más la mayor concentración de granjas de acuicultura de toda la costa murciana, ninguna administración ha puesto freno al deterioro de la playa virgen más apreciada del municipio. Sí se han realizado en cambio varias ampliaciones portuarias en los últimos años, sobre todo para albergar más superficie de pesca de crianza.
La sequía inversora ya dejó, al inicio de la legislatura, una muestra de sus zarpazos al obligar al cierre del teatro Moderno, edificio modernista en el centro del casco urbano que, a pesar de su titularidad privada, fue durante décadas y hasta 2011 epicentro de la vida cultural y motor de afluencia de público al centro del municipio. Una deuda de 27 millones de euros -25 de ellos a los bancos y el resto a proveedores-, en un presupuesto de 24,3 millones no deja mucho margen para alegrías inversoras. El Ayuntamiento recupera este año el capítulo de mejoras con 1,2 millones en arreglos urbanos. La precaria situación de las arcas municipales puso piedras en el camino de la apertura de dos de las obras estrella de legislaturas anteriores, una heredada de dos legislaturas atrás del PP, el Centro de Actividades Náuticas, y la legada por el Gobierno socialista, el albergue juvenil, finalmente abiertos ambos.
En el haber de la legislatura queda la promesa cumplida del PP con la reapertura de los bares de La Curva, aunque los comerciantes y hosteleros comprobaron que cinco bares nocturnos no eran la solución esperada para revitalizar la localidad turística, dependiente de un turismo nacional que ha sufrido los vaivenes de la crisis.
De hecho, Lo Pagán se convirtió en el ojo del descontento y hasta en el 'Gamonal murciano', cuando los vecinos y comerciantes lograron parar con sus protestas el proyecto municipal de implantar la zona azul para el aparcamiento de vehículos durante el verano. Los vecinos se apuntaron el tanto del pulso sostenido con la alcaldesa en el plan de la zona azul, pero no lograron sentar el precedente de que, a partir de entonces, se les consultara todo proyecto destinado a Lo Pagán. Las manifestaciones y escritos de protesta no consiguieron parar las obras del tanque de tormentas en pleno inicio de la campaña turística.
Nuevas siglas políticas
La mayor conflictividad social ha tenido sin embargo su principal acicate en el colectivo más azotado por la crisis: las familias que han vivido el drama del desahucio, los cortes de agua y luz y un mercado laboral escaso y precario. La Plataforma de Afectados por las Hipotecas denunció, incluso con pancartas en los plenos municipales, la falta de comprensión del área de Servicios Sociales con las familias más vulnerables. Del descontento social nacen formaciones políticas nuevas como Ganar San Pedro, encabezada por el biólogo Sergio Alejo Pérez Henarejos, y ¡Ahora!, con la veterana Trinidad Mañogil como 'número 1' de un partido creado por los vecinos. Ambas centran sus propuestas electorales en la atención prioritaria a los más perjudicados por el desempleo y los desalojos de viviendas.
Si la política social se sitúa en el municipio salinero en el centro de la preocupación ciudadana, Ganar San Pedro propone crear comedores sociales, un parque de viviendas de alquiler, garantizar el suministro de los servicios básicos a las familias necesitadas y sancionar a los bancos que tengan casas cerradas. ¡Ahora! prevé crear un bono social y erradicar los desahucios. Pugnarán por el voto de los pinatarenses con un PSOE renovado, con el abogado José Lorenzo Martínez en cabeza, dispuesto a crear un plan integral contra la pobreza, y a encontrar en 6 meses una solución para el Floridablanca y los molinos.
La candidatura de Ciudadanos vive su particular tirón, con el politólogo José Luis Ros como aspirante a la Alcaldía, cuya experiencia en la última legislatura le ha dado alas políticas, y el apoyo del partido local Democracia Pinatarense ya disuelto. Por otro lado, Vox se ha personalizado en el que ha sido presidente de la Asociación de Empresarios de Lo Pagán, José Antonio Sáez. Visitación Martínez, por segunda vez candidata a la alcaldía por el PP, espera conservar el sillón con la promesa de rebajas fiscales y apoyo a la segunda oportunidad, un plan de embellecimiento urbano y parques caninos, un ferry que enlace Lo Pagán con La Manga y potenciar los baños de lodo.
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