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Saura y Alonso, a la derecha, en 2012 durante su reunión con el consejero Manuel Campos (en el centro), junto a directivos de Dalkia.
Amistades peligrosas en Cartagena

Amistades peligrosas en Cartagena

La investigación revela la influencia del exalcalde Alonso a nivel local y regional. El juez indaga si el exregidor socialista gestionó contratos para Púnica gracias a sus vínculos con Pilar Barreiro y con un exedil del PP

José Alberto González

Miércoles, 10 de junio 2015, 13:05

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«Me llama la atención por qué José Antonio Alonso ha podido usar la tarjeta para desplazamientos que, como diputada, tiene la alcaldesa de Cartagena. ¿Eso lo ha comentado, lo ha oído, le ha hecho gracia a usted una cosa tan irregular?», preguntó hace unos meses en Madrid el juez Eloy Velasco a Esther Gutiérrez, la secretaria del exalcalde socialista y actual empresario, y, también, de su hermano Agustín.

La investigación de la presunta trama de corrupción Púnica, cuyo sumario judicial (aún bajo secreto parcial) incluye ese interrogatorio del magistrado de la Audiencia Nacional a Gutiérrez, ha sacado a la luz pública lo que desde hace varios años era vox pópuli en Cartagena. Se trata de las sombras de sospecha en torno a las estrechas relaciones entre la política de origen gallego que ha regido el municipio durante veinte años y su predecesor socialista, el cartagenero imputado por seis presuntos delitos y a quien el juez cree «cabeza de un entramado de tráfico de influencias» a nivel nacional.

La imputación del dimisionario consejero de Industria y Turismo, el también cartagenero Juan Carlos Ruiz, por esta trama agrandó ayer las dudas sobre la influencia de Alonso en la gestión del Ayuntamiento -en especial en asuntos de urbanismo y de turismo-y en sus intentos por lograr lo mismo en la Comunidad Autónoma. Respecto a esto último, las sospechas se centran en el ascendente que, valiéndose de sus lazos con Barreiro, Alonso habría conseguido sobre algunos responsables del Ejecutivo, a través de un peón común de origen también cartagenero: el ex secretario general del PP local, exconcejal de Urbanismo y Turismo y exjefe de gabinete de Ruiz, José Fidel Saura. Al igual que Alonso, aquél fue detenido en octubre por la Guardia Civil e imputado por su participación en el supuesto intento de amaño de un contrato de 24.000 euros para una campaña turística en internet en favor de empresas ligadas a Púnica.

Se da la circunstancia de que, antes de ser fichado por Ruiz, durante unos años Saura coincidió con Alonso en la empresa Dalkia; el primero era delegado comercial en la Región y el segundo, consejero delegado. En 2012, ambos presentaron al consejero de Presidencia, Manuel Campos, un proyecto de construcción de una planta de transformación de biomasa en Cieza. Anunciaron la inversión de 60 millones de euros y la creación de mil empleos, y Campos destacó la «gran repercusión económica» del plan. También en ese periodo, el Gobierno de Barreiro dio a Dalkia, sin concurso público, 15 contratos por valor total de unos 100.000 euros.

El desgaste que las revelaciones sobre estas 'amistades peligrosas' (el juez también cuestionó a la secretaria de Alonso acerca de si éste y la alcaldesa tienen una relación de pareja) ha tenido para Barreiro explica, en parte, su decisión de renunciar al acta de concejal para la próxima legislatura. Según el PP, Barreiro quiere facilitar a su partido un posible pacto de gobierno local con Movimiento Ciudadano (MC), tras el batacazo en las elecciones municipales.

Reputación en diarios 'zombis'

Sin perder de vista que Barreiro es diputada nacional y que Púnica afecta a varias provincias, entre ellas Madrid, el impacto autonómico de este asunto en la Región de Murcia tiene en vilo a los populares. Junto al 'caso Novo Carthago' (Barreiro fue 'desimputada' por el Tribunal Supremo pero IU-V, PSOE y ANSE han recurrido), Púnica es una espada de Damocles sobre Pedro Antonio Sánchez y sus negociaciones con Ciudadanos para formar un gobierno estable.

El 2 de mayo, la precampaña de Sánchez como aspirante a la presidencia autonómica se vio alterada al saberse que EICO Online le hizo en septiembre una oferta para mejorar su imagen a través de diarios digitales 'zombis' (generadores de noticias positivas para los políticos). Una testigo del caso, María José Gutiérrez, SEO Manager de la empresa controlada por el empresario Alejandro de Pedro, presunto cabecilla de la red, admitió la existencia de la propuesta a quien entonces solo era consejero de Educación y Cultura.

Gutiérrez afirmó que no trabajó en ella, porque «lo tenía previsto para la semana siguiente a cuando se produjo el registro». Aludió así a que las detenciones de los principales sospechosos y los registros de sus mercantiles por parte de la Guardia Civil frustraron, en octubre, los planes de De Pedro, con quien colaboró Alonso.

Ya en febrero, se supo que Ruiz recibió una oferta similar de EICO; y tras saltar la noticia sobre Sánchez, Barreiro admitió que le propusieron lo mismo. Los tres reaccionaron igual: aseguraron que rechazaron la idea, por innecesaria e inconveniente.

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