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Miguel Sánchez y Mario Gómez, rodeados de militantes y simpatizantes, anoche, tras el mitin en el Siete Coronas.
Ciudadanos se proclama el enemigo a batir tras quince días de «durísimos ataques»

Ciudadanos se proclama el enemigo a batir tras quince días de «durísimos ataques»

Miguel Sánchez atribuye al «miedo» la reacción de los grandes partidos a la irrupción de su formación en el panorama político

Guillermo Hermida

Sábado, 23 de mayo 2015, 01:18

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«A mi ya me han dado la extremaunción una vez y aquí estoy, dando guerra». Miguel Sánchez, el candidato de Ciudadanos a la presidencia de la Comunidad Autónoma, tiró ayer de sus recuerdos de infancia y juventud para insuflar ánimos a las huestes naranjas en el acto de cierre de campaña, celebrado anoche en el hotel Siete Coronas de la capital.

  • recorridos en campaña, lo que supone una media de 466 al día.

  • La cabalgata naranja ha cumplido su objetivo de llegar a los 35 municipios en los que se presenta en las elecciones, además de repetir en varias ocasiones en las grandes ciudades. En un solo día llegaron a estar en Murcia, las localidades del Mar Menor y cerraron el recorrido en Caravaca de la Cruz.

  • Perdido en el Valle de Ricote

  • Miguel Sánchez tiene intención de «perderse» junto a su pareja en algún rincón de la Región que no quiere desvelar. «Estaré por el centro, probablemente por el Valle de Ricote», explicaba el candidato a la presidencia de la Comunidad Autónoma. Por su parte, Mario Gómez, el aspirante a la alcaldía de Murcia, dedicará la jornada a «recuperar el tiempo con la familia» en su casa de la capital regional.

Sánchez recordó su difícil alumbramiento -«me tuvieron que sacar con forceps y tuve un enorme coágulo de sangre»- para hacer una analogía con la situación actual de la formación que lidera: «Me dieron por muerto, pero aquí estoy», apuntó. El candidato se autoproclamó el «enemigo a batir» por los grandes partidos, especialmente por un Partido Popular que ha redoblado los ataques contra su formación: «Tienen miedo y responden con ataques a las propuestas que ponemos encima de la mesa», aseguró Sánchez ante unos 150 militantes y simpatizantes.

El candidato aseguró que los últimos días de la campaña «parecía que vivía el día de la marmota», en referencia a las críticas y ataques recibidos: «Han sido quince días durísimos, terribles, en los que se me ha insultado y humillado... No habría aguantado si no fuera por vosotros», afirmó señalando a su audiencia.

Pese a que en el mitin no hubo demasiado tono mitinero, sí se colaron un par de clásicos del repertorio de Sánchez, como la referencia a su encuentro hace dos décadas con su ahora contrincante en las urnas, Pedro Antonio Sánchez. Tampoco faltó la referencia a la «oportunidad» de la aparición del proyecto de Ciudadanos -«no es una casualidad, somos el partido que los murcianos necesitan ahora»- y la apelación al cambio responsable: «La vieja política saldrá el 24M, y si no lo hace por las buenas, lo hará por las urnas. Esto tiene que cambiar y es nuestra responsabilidad», proclamó.

«UPyD parecía Vietnam»

Sánchez divagó por momentos y dedicó buena parte de su intervención a hacer un repaso a su trayectoria, sin obviar su paso por UPyD como edil en Caravaca de la Cruz. «Parecía Vietnam», recordó respecto al enfrentamiento que mantuvo entonces junto a otros militantes de la formación magenta contra la dirección regional.

Uno de sus compañeros en esa travesía fue Mario Gómez, ahora el candidato a la alcaldía de Murcia por Ciudadanos, quien le precedió en el atril y al que dio el relevo con un «alcalde, eres un crack». Gómez habló de una campaña «pedanía a pedanía, barrio a barrio, puerta a puerta» a la que sus problemas de salud no le dejaron dedicarle tanto tiempo como quería.

El candidato municipal afirmó que «hay ganas de cambio» y que los «viejos partidos han perdido la credibilidad, porque ahora nos atacan en vez de hablar de sus proyectos y programas». Gómez exhibió precisamente un programa electoral del Partido Popular de 1995, del que tomó algunas propuestas para demostrar «que 20 años después estamos igual» en temas como burocracia, servicios o presión fiscal.

Tras el acto en el hotel, los militantes se desplazaron al parque de Fofó para una celebración. Lo hicieron luciendo las camisetas naranjas que antes, de camino al mitin, llevaban guardadas. «Esto ha sido un subidón», explicaba para justificar ese cambio una simpatizante. Bueno, eso y el fresco que empezaba a enfriar carnes y moderar ánimos.

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