Las constructoras medianas, contra las bajas «temerarias»

El problema de las llamadas bajas «temerarias» casi está poniendo contra las cuerdas a un buen número de constructoras de tamaño mediano y pequeño, es decir, las pymes del sector. Según sus cuentas, los descuentos con que algunas grandes compañías están acudiendo a distintas licitaciones públicas superan el 40% y resultan «difíciles de aceptan solventemente».

Es la denuncia que realizó este lunes el presidente de la Asociación Nacional de Constructores Independientes (ANCI), Jaime Lamo de Espinosa. Su queja nace porque la participación de las empresas que representa hasta 25, con nombres como Sando, Copisa, Sarrión y Aldesa, entre otros en los contratos de obras de las diferentes administraciones, fundamentalmente del Estado, resulta «claramente insuficiente».

Por eso, Espinosa solicitó que de cara a los Presupuestos Generales de 2016, cuya aprobación puede retrasarse por las elecciones generales, la inversión pública aumente en 5.000 millones de euros para carreteras, ferrocarril y obra hidráulica. Lamentó, además, que la media de este gasto en España ni siquiera llegue a la mitad de otros países europeos como Alemania, Reino Unido, Francia e Italia, por lo que aconsejó recurrir a la cofinanciación del llamado Plan Juncker, con el objetivo de que no compute como déficit.

El problema de las bajas «temerarias» también ha sido denunciado por algunas de las grandes constructoras, que en unas ocasiones se benefician de ellas pero en otras salen perjudicadas. Según los últimos datos de su patronal, Seopan, el peso de aquellas se ha duplicado con creces en los concursos estatales desde 2010.

Más de un tercio de casos

En las licitaciones del Ministerio de Fomento, por ejemplo, estas rebajas que han llegado a superar el 65% pasaron de un 14,5% al 32,5% registrado en 2014, mientras en el de Medio Ambiente subieron del 20,8% al 41,7%. En las administraciones territoriales (CC AA y ayuntamientos), no obstante, el aumento ha sido más mesurado: del 20% a casi el 28%.

En los últimos meses se han producido distintos ejemplos de bajas aparentemente más que arriesgadas, según fuentes del sector, aunque los protagonistas han sido en cada ocasión distintos. Así, Transmediterránea, la filial naviera de Acciona, se adjudicó el concurso de la línea marítima que une Málaga y Almería con Melilla tras aplicar una rebaja del 69% al presupuesto inicial que manejaba la Administración; su precio final, de 7,6 millones, era la mitad de lo que proponían sus competidores.

A su vez, Vías y Construcciones, una de las filiales del grupo ACS, consiguió hace poco la obras de remodelación de cinco salas VIP del aeropuerto madrileño de Madrid-Barajas. La compañía lo intentó primero con un descuento del 37%, pero ante las dudas de AENA terminó reduciendo su propuesta económica hasta 4,4 millones, con un descuento final del 51% al que el gestor aeroportuario sí dio su aprobación.