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Andrés Gil Buendía, director de Azor Ambiental.
Una de cada tres baterías de automoción fabricadas en España lleva plomo de Azor

Una de cada tres baterías de automoción fabricadas en España lleva plomo de Azor

La firma molinense fundirá este año más de 50.000 toneladas de este metal, lo que elevará su facturación por encima de los 95 millones de euros

Juan Carlos Hernández

Domingo, 19 de marzo 2017, 10:23

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La metalurgia murciana vuelve a cobrar vigor. Un ejemplo de ello es el grupo Azor Ambiental, con sede en el polígono La Polvorista, en Molina de Segura. Creada en 1948, es una de las mayores empresas recicladoras de baterías de automoción de Europa y, a la vez, una fundición que suministra plomo para un tercio de las que se fabrican en España, bajo marcas tan conocidas como Bosch y Varta.

Tras una reestructuración financiera coordinada por Deloitte, la firma generará este año más de 50.000 toneladas de dicho metal, un 20% más respecto a 2016, lo que le permitirá elevar su facturación por encima de los 95 millones de euros.

Azor recoge y recibe al año cinco millones de baterías agotadas -tanto de España como del resto de Europa- para su reciclado. De ellas extrae plomo para fundirlo en lingotes, perdigones y postas. El ácido sulfúrico y los materiales plásticos los envía a otras empresas para reconvertirlos en sulfato sódico (para jabones y detergentes, por ejemplo) y polipropileno, respectivamente. Para estas tareas trabaja una plantilla de 229 personas.

Solo el 10% del plomo refundido por Azor se convierte en perdigones y postas. El 90% restante se vende a la multinacional Johnson Controls, el mayor fabricante mundial de baterías (Bosch, Varta, Óptima y diversas marcas blancas, como Carrefour, FeuVert y Norauto). En concreto, a sus plantas de Burgos y Guardamar del Segura. Ello hace que el plomo reciclado de la fima molinense esté presente en una de cada tres baterías que se producen en España.

Andrés Gil Buendía, director de Azor, recalca que España no solo es el segundo productor europeo de baterías de automoción de Europa, sino también el segundo fabricante de coches del continente: tres millones de automóviles -«cada uno de los cuales porta una batería fabricada en nuestro país», resalta-, de los que se exportan más de dos millones.

Por esa razón, España consume 275.000 toneladas anuales de plomo, solo superado por Alemania. De tal volumen, 165.000 toneladas proceden del reciclaje y la refundición.

Filón inagotable

«El consumo mundial de plomo -subraya Gil Buendía- es de 11,3 millones de toneladas anuales. El 80% va destinado a baterías. Se trata de un elemento crítico para un automóvil: sin gasolina no anda, sin batería ni siquiera arranca». Añade que la minería tan solo aporta 4,3 millones de toneladas, el resto de la demanda es cubierta mediante el reciclado de baterías.

«No se trata solo de realizar una función ambiental, sino de abastecer a todo un mercado. Se puede decir que el reciclaje de plomo es la mayor mina del mundo, un filón inagotable para un parque móvil mundial que está ahora en 700 millones de vehículos y que, antes de que pase una década, se situará en 1.000 millones», explica.

¿Y las baterías de litio? «No podrán sustituir a las de plomo, por una cuestión púramente aritmética», incide Gil Buendía. Explica que la producción mundial de litio ronda las 50.000 toneladas anuales, que además son disputadas por empresas electrónicas, fotovoltaicas y de telefonía móvil. Por otro lado, se concentra en pocos países, como Bolivia, China y Rusia. «Con las existencias mundiales disponibles de litio -incide-, no más de un 6% del parque móvil mundial será de vehículos eléctricos e híbridos. Dudo de que en las siguientes tres décadas cambie la necesidad de plomo».

Señala que la tecnología de las baterías de plomo aún puede dar mucho de sí. Cita como ejemplo a la firma automovilística murciana Comarth, con sede en Beniaján, que las usa para sus modelos de vehículos eléctricos, muy demandados por Correos y ayuntamientos.

Expansión y financiación

Ante la creciente necesidad de reciclar plomo para abastecer al mercado nacional (más de un 30% de las baterías que llegan a Azor procenden del resto de Europa), la empresa molinense ha puesto en marcha una filial en Sevilla llamada Sanpros. Incluye una planta de 45.000 m2, más de 60 empleados y capacidad para separar 110.000 toneladas anuales de elementos de baterías, cuyo plomo se funde en Molina de Segura. «Las de Sevilla son las instalaciones más modernas de Europa», asevera Gil Buendía.

Para asumir la elevada inversión necesaria en Sanpros, de más 36 millones de euros, Azor recurrió a la consultora Deloitte para coordinar la refinanciación del gupo mediante un 'pool' de trece entidades tras un acuerdo suscrito en noviembre.

Gerardo Yagüe, socio de Deloitte, destaca que la reordenación de la deuda de Azor Ambiental «es un ejemplo de cómo potenciar negocios de empresas muy viables para que se adapten a nuevas situaciones de mercado, con el componente añadido de la protección ambiental».

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