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Miércoles, 6 de junio 2018, 07:36
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Los vecinos del Camino del Reguerón de Alquerías llevaban unas semanas extrañados por el olor, tan poco habitual, que se percibía en una zona donde, en esta época, reinan los delicados efluvios del azahar. Hasta que hace unos días, un grupo de agentes de la Policía Nacional desveló el misterio al desmantelar un invernadero de marihuana, con unas 150 plantas, que había sido instalado en las dos pisos de una vieja casa de huerta.
Los investigadores centraron su atención en ese inmueble después de haber recibido informaciones que apuntaban a que unas personas habían estado manipulando las instalaciones públicas de electricidad, tendiendo un cable hasta la casa de forma aparentemente clandestina. Cuando se pasaron por la zona les bastó con olfatear el aire para constatar que allí se estaba cultivando marihuana a gran escala.
Los policías sometieron a vigilancia la vivienda durante unos días y comprobaron que estaba ocupada de forma casi permanente por dos hombres y una mujer, que apenas salían a la calle, y que habían instalado grandes cubas en la azotea con el aparente fin de garantizar el suministro de agua para la plantación. Tampoco les pasaron desapercibidos los aparatos de ventilación instalados en el inmueble, que funcionaban de forma ininterrumpida.
Con esos datos, los especialistas de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (UDYCO) solicitaron un mandamiento judicial de entrada y registro y penetraron en la vivienda la semana pasada, sorprendiendo en su interior a cinco personas, una de ellas menor de edad. Instantes más tarde comprobaron que sus sospechas eran acertadas, ya que en dos salas distintas se habían instalado sendos invernaderos de marihuana: uno de ellos con 74 macetas y otro con 77, que fueron desmanteladas por completo.
Los policías también desmontaron todos los equipos utilizados para el cultivo de las plantas de cannabis, entre los que destacaban aparatos de aire acondicionado, reflectantes halógenos, transformadores de electricidad, filtros, aparatos extractores de aire, ventiladores...
Los cinco sospechosos fueron puestos a disposición de las autoridades judiciales por los presuntos delitos de tráfico de drogas y defraudación de fluido eléctrico. El letrado Raúl Pardo-Geijo Ruiz, que se ha hecho cargo de la defensa de todos los arrestados, aseguró que sus clientes habían negado cualquier relación con la plantación y que explicaron haber ido a la vivienda para visitar a unos amigos. Todos ellos han quedado en libertad con cargos.
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