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McCalebb lucha con el argentino Campazzo en el encuentro de ayer.
Desquiciado ante un rival sin cortapisas

Desquiciado ante un rival sin cortapisas

El UCAM, que arrancó como un cohete, se sale del partido tras gestionar mal la excesiva permisividad de los colegiados con la defensa del Gran Canaria

ANDRÉS EGEA

Lunes, 8 de mayo 2017, 00:50

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El UCAM perdió todas sus opciones de jugar por el título de forma cruel, la que dictan los colegiados cuando deciden cambiar, sin saber la razón, su criterio arbitral. Perdió por diez puntos de diferencia en Gran Canaria contra el Herbalife, y seguramente mereció tal suerte a tenor de su horrible ataque durante el segundo y tercer cuartos, pero hasta esta circunstancia tuvo una explicación. Los jugadores de Fotis Katsikaris se desesperaron y, ante la injusticia con que fueron tratados, no respondieron de la mejor manera. No es la primera vez que ocurre ante el Herbalife. En los tres partidos anteriores la diferencia en tiros libres y faltas personales señaladas favoreció de forma clara a los canarios y esta vez volvió a ocurrir aunque con un matiz. Los tres árbitros decidieron equilibrar las faltas cuando el partido estaba ya decidido y la victoria era local.

Resulta evidente que algo pasa cuando de un 7-21 se pasa a un 65-46 entre los dos últimos minutos del primer cuarto, el segundo y el tercero completos, y los 2:30 primeros del último cuarto. Esta vez no se trató simplemente de un apagón, en esta ocasión estuvo motivado. Es muy difícil que un equipo lo borde al principio, se vaya del encuentro durante 25 minutos y regrese al final para maquillar el resultado. No fue lo que ocurrió, aunque no es menos cierto que la falta de reacción de Baron y Benite tampoco ayudaron mucho. Entre los dos sumaron dos tiros libres del brasileño, e hicieron un 0 de 10 en tiros de campo. Muy probablemente fueron los que más sufrieron la fuerte defensa que el trío arbitral permitió a los locales.

El pecado fue que el UCAM no supo abstraerse de lo que estaba sucediendo y perdió el norte. Tras el triunfo del MoraBanc Andorra, el conjunto murciano se despide de la octava plaza, por lo que ahora solo puede alcanzar el noveno, ya que le benefició la derrota del RETAbet Bilbao en Tenerife.

Con el inicio que tuvo el UCAM nadie podría pensar que serían los murcianos los que no tendrían la ocasión ni de luchar por la victoria en la recta final. Comienza el partido y los de Katsikaris fuerzan la primera pérdida en los locales. Rojas se atrevió desde el perímetro y anotó de tres. Canasta de Antelo y otro triple, en esta ocasión de Campazzo.

Cosas 'raras'

Muy seguros atrás, sin dejar que ningún jugador del Herbalife pudiese penetrar con facilidad, los visitantes se sentían seguros también en ataque. Tras una jugada genial del base argentino, Delía lograba su segundo mate y con el 0-12 Luis Casimiro tenía que pedir un tiempo muerto a 6:14. Los locales consiguieron encontrar la puerta para llegar a la canasta del UCAM, pero los murcianos no dejaron de anotar y a dos minutos para el final del cuarto el partido estaba en un esperanzador 7-21. A partir de ese instante comenzaron a suceder cosas muy 'raras', tales como que los colegiados dejaron de señalar faltas claras a los canarios, mientras que los visitantes comenzaban a tener problemas para mantener la misma defensa que habían empleado los ocho primeros minutos sin que fueran castigados con faltas. Parcial de 9-3 y comienza la remontada.

Luis Casimiro se dio cuenta de que todo valía, así que le dio una vuelta de tuerca más a la defensa de su equipo para ver hasta dónde podía llegar sin que los árbitros le penalizasen con faltas. No había problemas, porque parecía que estaban de fin de semana y no se atrevían a señalar faltas a los locales, los cuales empezaban a generar pérdidas de balón en los hombres de Katsikaris. El criterio arbitral había cambiado descaradamente y los murcianos entraban en el bonus de forma rápida (tiros libres para los de casa).

En el UCAM, los jugadores se empezaban a dar cuenta de lo que estaba sucediendo y se fueron del partido. Precipitación en ataque, faltas no señaladas a los locales, castigo en la defensa visitante, pasos, errores en los pases... El UCAM parecía otro equipo muy distinto. Los murcianos se habían ido del encuentro y el Herbalife remontó antes del descanso con un 20-10. Solo se mantenía de pie por la defensa.

Siguen dentro

Pese a todo, había partido tras el descanso, ya que la renta local tan solo era de dos puntos. El UCAM salió mentalizado del vestuario e intentó olvidarse de los colegiados, pero seguían permitiendo una defensa excesivamente dura a los locales y esa fue la razón por la que, tras cinco minutos, el marcador estuviese 42-38. El Herbalife estaba precipitado e intentaba acabar con el partido de forma rápida, pero el esfuerzo defensivo murciano se lo impidió. Pero claro, los visitantes en ataque no podían porque su rival tenía licencia para casi todo. Posteriormente dos triples de Aguilar y uno más de Salin pusieron el 52-38. Estaba todo perdido porque la dinámica no era buena y en el UCAM no sabían qué más podían hacer para intentar anotar. Al final del cuarto la renta era de 16.

En el último acto anotó un triple Llompart, Rojas recuperó el balón y se lo arrebataron de forma poco ortodoxa. El dominicano estalló y protestó, siendo sancionado con una técnica. En ese momento las faltas estaban en 15/22, algo que en la recta final se terminaría equilibrando debido a un nuevo giro, con todo perdido para los visitantes, en el criterio arbitral. Los locales llegaron a tener una máxima renta de 65-46 a 7:37 y lo peor para el UCAM es que no había opciones de reacción porque todos estaban fuera del partido. Con todo perdido se metió Campazzo, que gracias a sus triples y a la ayuda de Pocius, logró poner a su equipo 67-58 a 4:30 para el final. Luis Casimiro pidió un tiempo muerto y Kuric anotó un triple tranquilizador para sus compañeros. Como el UCAM no tenía margen de error, acabó perdiendo 74-64.

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