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Antelo y Kevin Jones pelean por recuperar el balón tras un rebote.
El UCAM se desangra en diez minutos

El UCAM se desangra en diez minutos

Encajó un parcial de 24-8 en un tercer cuarto aciago y cuando el equipo de Quintana reaccionó ya era tarde

ANDRÉS EGEA

Jueves, 12 de enero 2017, 01:01

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Al UCAM le sobraron diez minutos en Krasnodar. Pese a que llegó a la localidad rusa después de un viaje de más de 24 horas, los jugadores compitieron y lo hicieron bien durante 30 de los 40 minutos. Comenzó el partido de forma mágica, anotando todos los triples que lanzaba, tras errar los tres primeros y terminó compitiendo por el triunfo a falta de dos minutos para el final. Fueron precisamente esos triples que no entraron los que privaron a los de Quintana de ponerse a tiro de una canasta y disputar la victoria.

Pero estaba claro que no era posible mantener el nivel de acierto del primer cuarto y que alguna variante más tendría que encontrar el equipo que no fuera el lanzamiento desde el perímetro. No obstante, se pueden sacar más notas positivas que negativas, ya que la defensa que infringió a su rival, menos en el tercer cuarto, fue de las que hacen mucho daño a cualquiera. Mentalidad, concentración, inspiración y anticipación.

El equipo de Quintana practicó la mejor defensa de la temporada y casi logra su propósito. Dio la cara pero perdió al final y todo porque erró sus últimos cuatro ataques y se dejó llevar en defensa en la recta final, cuando se supo perdedor. Pero el 70-60 deja buenas sensaciones de cara a la Liga Endesa y a su siguiente compromiso europeo.

El equipo de Murcia tenías un rival muy complicado que está en racha, pero el Lokomotiv Kuban no contaba con que, tras su 6-0 inicial (3 minutos sin anotar), Billy Baron iniciaría una serie de seis de seis en triples con uno más de Rojas y cuatro de Antelo. El UCAM estaba haciendo el partido perfecto. Con un tremendo acierto en el tiro de tres puntos, todas las canastas seguidas, el UCAM se situó por delante 12-20. A los rusos les costaba un mundo anotar.

No era normal que al final del primer cuarto el equipo murciano estuviera en 6 de 10 en triples, ni que su oponente solo llevara 1 de 6. Pero estaba claro que algo más debía hacer el equipo de Quintana, ya que solo con triples no se sustenta un encuentro de baloncesto. Los universitarios le dieron la vuelta al marcador y se situaron por delante gracias a su acierto en el perímetro y con una brillante defensa pusieron a sus oponentes a sudar para acertar con el aro.

Tan importante fue el acierto exterior como la gran defensa visitante. Posteriormente, en el segundo cuarto, el UCAM falló mucho en ataque y por eso solo hizo 2 puntos en los últimos cinco minutos y medio antes del descanso. El partido estaba en 19-27 porque la defensa volvía a maniatar a los locales y Radovic estaba muy fino bajo el aro, pero era el único. Los murcianos volvieron a repetir la máxima renta a su favor y solo una defensa perfecta le permitió irse al descanso por delante, ya que los errores se sucedieron, unas veces por precipitación y otras por querer resolver rápido. Pero no pasaba nada, el 4 de 14 en tiros de campo (1 de 5 en triples) pasaba a un segundo plano debido a que la defensa le permitía seguir compitiendo. Pero anotar 17 puntos en 20 pasa factura y más en la pista del Lokomotiv.

Mal tras el descanso

Lo que parecía una piscina en le primer cuarto, la canasta rusa, se había convertido en el agujero de un desagüe. En el equipo ruso, y debido a su escaso acierto de tres, Sasa Obradovic dio órdenes de correr tras capturar el rebote en defensa para cansar al rival y hacer transiciones rápidas para asegurar las canastas de tres puntos.

Los murcianos afrontaron los últimos diez minutos con la difícil empresa de tener que levantar 14 puntos, que fueron 15 cuando tras una técnica a Quintana. A falta de 5 minutos el marcador parecía imposible con el 62-47. La consigna era la de perder por la menor diferencia posible, ya que el 'average' puede ser muy importante de cara a clasificarse para los cuartos de fina. En menos de tres minutos y a falta de 2.17 para el final el técnico local tuvo que pedir un tiempo muerto. El UCAM se acercó (64-59). Pero falló Benite, falló Baron y falló Campazzo en dos ocasiones y se esfumaron las opciones de dar la gran campanada.

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