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ANDRÉS EGEA
Lunes, 17 de noviembre 2014, 00:48
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No hay manera. El UCAM no sabe por dónde empezar a romper la mala racha que le ha llevado ya a perder en 17 ocasiones en la pista del Real Madrid, y eso que esta vez no dio la sensación de caer ante la mejor versión de su rival. Fue algo similar a lo ocurrido en Zaragoza frente al CAI. El equipo murciano mostró su peor cara, la que tiene cuando suele jugar lejos del Palacio de los Deportes. Eso sí, los 'merengues' contaron con actores secundarios que en esta ocasión fueron grandes protagonistas, tales como Maciulis y Campazzo. Diego Ocampo lo intentó todo, pero nada le salió bien porque Neto, Lima, Wood y Radovic no tuvieron continuidad.
El UCAM no fue fiel a sus creencias, posiblemente debido a que sus jugadores se impresionaron demasiado cuando saltaron a la pista y de ahí que tardasen tanto tiempo en reaccionar, 8 minutos. Pero tampoco el de ayer fue el mejor Real Madrid, quizá porque sus jugadores aún le estaban dando vueltas a la derrota sufrida en Turquía ante el Efes tras conceder un palmeo ofensivo en el último segundo.
No se presentaba un partido normal y se palpaba en el ambiente desde el comienzo. Los unos porque estaban algo deprimidos y tardaron en entrar en juego y los otros porque la historia parece que empieza a pesar demasiado.
El resumen de lo que ocurrió es muy sencillo: el UCAM reaccionó ofensivamente desde el perímetro a los dos primeros arreones que tuvo el Real Madrid, pero durante el tercer cuarto perdió los papeles y entregó el encuentro con un parcial de 20-0 en seis minutos. Ahí se acabó la ilusión de ganar por primera vez en la pista 'merengue'. El partido se pudo romper en el primer y segundo cuarto, pero no lo hizo hasta el tercero y tras el 47-46 del minuto 23. Fue a partir de entonces cuando nadie pudo frenar el tiro de tres de Maciulis y Campazzo, ni los contragolpes finalizados por Gustavo Ayón tras recuperar los locales su rebote. En ese corto espacio de tiempo el UCAM no hizo ni un solo punto, perdió seis balones y su oponente sentenció el choque desde la línea de tres puntos con cinco canastas de seis intentos.
El partido en Madrid ya comenzaba con un atasco ofensivo sobresaliente de los murcianos, que medio se mantenían en el marcador gracias a su buena defensa. Pero en los cinco primeros minutos el UCAM solo había anotado un tiro libre y su rival 9 puntos. El Real Madrid comenzaba a marcharse en el marcador. Ocampo quitó a Lima y jugó con dos ala-pívots con el 13-4 y con sus dos bases a partir del 18-4, pero la diferencia se fue hasta el 22-6 merced al dominio de Bourousis en los tableros, de Maciulis en el exterior y de Llull al contragolpe.
Los triples de Neto y Radovic minimizaron los daños (26-16). El inicio del segundo cuarto fue muy explosivo por parte murciana, el UCAM reaccionó a base de mover con velocidad el balón en el perímetro y encontrar posiciones cómodas de tiro desde la línea de tres puntos. Así fue como en poco más de dos minutos se había metido en el partido y forzado el tiempo muerto de Pablo Laso (28-27), que tenía a todos sus titulares en el banquillo.
Los de Ocampo tuvieron, incluso, una posesión para ponerse por delante, pero los madridistas debieron entender muy bien las consignas de su técnico, ya que con los triples y segundas opciones de Reyes tras el rebote ofensivo, la brecha se volvió a abrir a cinco minutos para el descanso (40-27). Tras el 12-0 de parcial y un tiempo previo del técnico visitante, llegó la reacción del UCAM a base de triples liberados después de una buena circulación del balón. Parcial de 2-14 con palmeo de Lima sobre la bocina en los últimos cuatro minutos y partido casi nuevo, o eso parecía con el 42-41 al descanso.
Tras el mismo, ambos conjuntos intercambiaron canastas en los tres primeros minutos, 47-46, y fue entonces cuando el Real Madrid comenzó a castigar al UCAM a base de triples, mientras que los visitantes perdían la posesión en ataque una y otra vez, en ocasiones sin llegar a lanzar a canasta.
Recital de triples
El conjunto de Laso empezó a encontrarse cómodo anotando triples al límite de la posesión y corriendo a lo largo y ancho de la pista. Hasta seis minutos estuvo el UCAM sin anotar un solo punto, por 20 del líder. El atasco y apagón ofensivo murciano eran de tales dimensiones que hasta Lima se tuvo que jugar un triple sobre la bocina. Lo insólito es que acabó anotándolo, aunque no evitó que a falta de los últimos diez minutos el partido estuviera listo de papeles, 70-49.
Aún se podía esperar una última reacción de los hombres de Ocampo, no para ganar pero sí para acabar el partido de forma decorosa, pero estaba claro que no era el día ofensivo del UCAM, que finalizaría el partido con un 34% en tiros de dos cuando su promedio supera el 53%. Los murcianos le pusieron voluntad, pero el marcador pesaba demasiado y nada pudieron hacer por evitar una nueva derrota, también dolorosa porque fue por 25 puntos y no ante la mejor versión del Real Madrid (90-65). El juego murciano en esta ocasión, y a diferencia de cuando el UCAM disputa los partidos en su feudo, careció de regularidad y de orden en la mayor parte de los momentos. Demasiados lanzamientos precipitados y muchas pérdidas absurdas del balón que hicieron que el equipo de Pablo Laso jugase con mucha facilidad. Cuando el Real Madrid jugó con su quinteto de gala, el UCAM no fue rival y cuando eran los 'suplentes' los que estaban en la pista, el partido se nivelaba o caía del lado visitante&hellippero no lo suficiente como para contrarrestar la brecha anterior.
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