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Familiares y conocidos de Miguel Ángel López celebran ayer el triunfo del marchador, en Llano de Brujas.
«Se me pasó la ciática de golpe»

«Se me pasó la ciática de golpe»

La familia de Miguel Ángel saca el champán en Llano de Brujas. «Cuando pegó el arreón y dejó atrás al chino, comencé a dar saltos de alegría», explica su madre

JUAN A. CALVO

Lunes, 31 de agosto 2015, 12:25

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«¡Campeón!». Fue el grito unánime que brotó de las cinco gargantas del grupo familiar que, apretujado delante del televisor, estuvo pendiente de la carrera de los 20 km marcha que se estaba celebrando a muchos miles de kilómetros de distancia. En Pekín, en el Nido del Pájaro, un español, un murciano de Llano de Brujas, estaba a punto de proclamarse campeón mundial. Y se proclamó. Atravesó la línea de meta con los brazos en alto y entre los pensamientos que cruzaron por su mente en ese preciso momento, seguro que uno de ellos voló hasta su casa en la pedanía murciana, donde sabía que sus seres más queridos estarían pendientes de la carrera, pese a que esta comenzó a las dos y media de la mañana.

A miles de kilómetros de distancia, esos gritos de ánimo eran perfectamente audibles. Muchas luces encendidas en las ventanas de Llano de Brujas, y bastantes en la Región y en el resto de España, dejaban entender que había muchos murcianos y españoles pendientes de lo que estaba haciendo Miguel Ángel López.

En el salón de su casa se apretujaron su madre, Fina; la pareja de esta, Paco; su hermana y su novio y, novedad con respecto a medallas anteriores, su novia, una chica de la Orilla del Azarbe que hace ocho meses que sale con Miguel Ángel. Todos vibraron al unísono con cada arrancada de Miguel Ángel. Al final, cuando solo quedaban el chino Zhen Wang y él, en casa de Miguel Ángel comenzaron a verlo claro. Y eso pese a las reticencias de Fina, la madre, que no las tenía todas consigo con el chino: «Hasta que no lo dejó atrás no quise cantar victoria. Pero cuando pegó el arreón y lo dejó atrás, comencé a dar saltos de alegría porque la medalla estaba segura».

Una celebración que se alargó hasta las seis y media o siete de la mañana porque después de las emociones vividas nadie quería acostarse y las celebraciones se les antojaban cortas para el resultado final. Una hora y 18 minutos después de haberse dado el pistoletazo inicial Miguel Ángel era campeón del mundo.

«Yo tenía ciática -rememora Fina- pero yo creo que se me pasó de golpe en ese momento por la emoción, la inenarrable alegría que nos embargó a todos. El sueño, largamente acariciado, se había convertido en realidad. Miguel Ángel era campeón del mundo. ¿Los Juegos Olímpicos de Brasil del año que viene? Eso ya son palabras mayores. Pero todo se andará».

Es la primera medalla de oro del deporte murciano. Hasta ahora el referente era la medalla de plata en pruebas combinadas de Antonio Peñalver en los Juegos Olímpicos de Barcelona'92. A partir de ahora habrá que hacer borrón y cuenta nueva y hablar de esta de oro de Pekín como el máximo referente del deporte murciano en toda su historia.

Además, se trata también de la segunda medalla de oro en marcha en un Mundial después de la que consiguió el catalán Valentín Massana en Stuttgart'93

Y, a la vez, Miguel Ángel se convierte en el primer medallista español en estos XV Campeonatos del Mundo de atletismo. El atleta une este metal a la medalla de oro del Europeo, la de bronce del pasado Mundial de Moscú y el diploma olímpico de Londres'2012.

Ahora a esperar su regreso y a darle el merecido y emocionante abrazo que el espera en su casa de Llano de Brujas: «Supongo que volverá al jueves o el viernes, en la primera expedición de atletas españoles que regresen. He hablado con él por teléfono después de la carrera y le he encontrado muy bien. No he podido hablar mucho porque tenía que pasar el control antidóping y luego irse a comer. Hemos quedado para hablar largo y tendido más adelante. Ya cuento los días que faltan hasta que vuelva para darle un fuerte abrazo», concluye la madre.

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