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Yao Li (con pala negra) y su hija Maria Xiao, en el pabellón de tenis de mesa de Cuatro Santos, ayer. :: antonio gil / agm
Cuando tu rival es tu hija

Cuando tu rival es tu hija

Maria Xiao, palista de 20 años del TM Cartagena, se enfrenta hoy en la ETTU Cup a su madre Yao Li, de 45 años, que es la estrella del Madelena portugués

Francisco J. Moya

Lunes, 3 de noviembre 2014, 11:25

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Era absolutamente imposible que Maria Xiao (Barcelona, 1994) se dedicara a otra cosa que no fuera al tenis de mesa. Sus padres, los chinos Daili Xiao y Yao Li, son jugadores profesionales y toda su vida ha girado siempre en torno al deporte nacional en el país de sus progenitores. Ambos se mudaron a España en 1992 y gran parte de su carrera la han hecho aquí. Lo que nunca pensó Xiao, que a sus 20 años acaba de comenzar su tercera temporada a las órdenes de Enrique Pérez Miras y Adriana Zamfir en el UCAM TM Cartagena, es que llegaría el día en el que se enfrentara en un partido oficial a su propia madre.

Pero ese día ha llegado. Y es hoy. Y es en Cartagena, en el duelo correspondiente a la primera ronda de la ETTU Cup, la Copa de Europa femenina de tenis de mesa. Arranca a las 11.30 horas en el pabellón específico de Cuatro Santos y se enfrentan el Cartagena y el Madelena, un modesto equipo portugués (con sede en las islas Azores) en el que la madre de Maria Xiao, la veteranísima Yao Li, de 45 años, hace de todo.

«Soy la primera jugadora y la entrenadora. Sigo porque me gusta competir y lo puedo compaginar con mi faceta de entrenadora. Me siento con fuerzas y ahora juego sin presión», cuenta Yao Li, quien lleva una vida nómada, entre España, Portugal y China, donde vive y trabaja su marido. «Mi padre fue un fantástico jugador y ahora se dedica a entrenar a jugadores de élite en China. Allí, el tenis de mesa es el deporte nacional. Los pabellones se llenan en cada partido, se gana mucho más dinero que aquí, los partidos los dan por televisión y hay mucho más nivel que en Europa», resume la joven palista del TM Cartagena, que tiene la nacionalidad española y que ya ha debutado con la selección absoluta.

A las dos, madre e hija, se les nosta nerviosas durante la charla con el periodista. No están acostumbradas a las entrevistas y les sorprende que alguien se interese por su historia. Pero, no obstante, entienden que no es normal que una madre y una hija sean rivales en un partido oficial, sea en el deporte que sea. «La verdad es que nunca se ha visto algo así en el tenis de mesa», dice con timidez Yao Li, en un castellano casi más fluido que el de su nerviosa hija. «No sé si nos enfrentaremos la una con la otra. Dependerá de la decisión de la entrenadora de Cartagena», añade.

Entrenan juntas

La eliminatoria se juega al estilo Copa Davis. Las números 1 y 2 de cada equipo se cruzan entre sí, disputándose así cuatro puntos. Y las dos números 3 se enfrentan entre sí en el quinto punto. Maria Xiao es habitualmente la 3 del UCAM TM Cartagena, por detrás de la rumana Iulia Necula y la china Li Xiang. Y Yao Li es la número 1 del Madelena. Para que luchen cara a cara por un punto de la eliminatoria, Zamfir tendría que poner a Xiao como número 2 del conjunto local. Sea como fuere, la madre tiene asumido que será la hija, quien tiene muchas opciones de ir a las Olimpiadas de Río, la que termine el día con alegría. «Cartagena es muy superior a nuestro equipo [las dos portuguesas que la acompañan son muy débiles] y van a pasar a la segunda ronda, juegue yo contra mi hija o no», confiesa Yao Li.

Si se enfrentan finalmente, no habrá secretos. Entrenan juntas cada día, ya que la madre vive con su hija en Cartagena y solo va a las Azores cuando tiene partido. «Cojo un tren, dos aviones, un barco y dos autobuses para llegar hasta allí», cuenta divertida. ¿Quién es mejor? Se miran, pero ninguna contesta. Ambas se ríen.

La madre hizo grandes temporadas en el Calella y luego tuvo años muy buenos en otra isla portuguesa, la de Madeira, el lugar en el que Maria Xiao, a los 5 años, cogió una pala por vez primera. Era obvio que Maria -hija única- tenía que ser jugadora profesional. Su madre fue capaz de ganar -jugando embarazada- la Copa del Rey en Cartagena, en el año 1994. «Ha pasado tanto tiempo que casi ya no me acuerdo, pero es verdad que competí estando embarazada de cuatro meses. Fue increíble», recuerda.

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